Hacía un default administrado
A la Argentina le conviene ir hacía un default administrado. No será la primera vez que ello sucede a tal punto que se considera a la Argentina como el poseedor de un default serial y es por ello que el evento no será novedoso ante la comunidad internacional. Sin embargo este default está avalado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que declaró que la Argentina no está en condiciones de pagar su deuda y que por lo tanto tendrá que renegociarla convirtiéndola en certificados de deuda o bonos.
La Argentina es el país más endeudado de la región. Según los últimos datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la proporción de la deuda pública argentina alcanzó al 77,4 del PBI a mediados del año pasado, cuando en el 2015 el porcentaje era del 53,3%. Así superó a países como Brasil, Costa Rica y El Salvador.
Sin embargo, ese porcentaje del 77,4% incluye solo el primer desembolso del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), de USD 15.000 millones, en julio de 2018. Pero si se toma si se toma en cuenta los USD 13.400 millones más que fueron girados durante octubre, el nivel de endeudamiento de la Argentina está por encima del 80% del PBI, según aclaró la CEPAL en su informe titulado “Balance Preliminar De las Economías de América Latina y El Caribe” que fuera publicado la semana pasada. Aun así los datos de la CEPAL se quedan cortos. El nivel de endeudamiento se acerca a casi el 100% del PBI cuando se suman también el último desembolso de diciembre del año pasado. La cuenta final a diciembre de 2018 es de 97,7% del PBI.
“Es el porcentaje más alto de los últimos 15 años. El riesgo es que hay mucha deuda en dólares, el 75% de la deuda está en moneda extranjera, lo que nos lleva a pensar si realmente podemos pagar nuestra deuda pública si no se generan ingresos en esa moneda. Hay países que no tienen esta dificultad, emiten deuda en moneda doméstica y a tasas similares a las que crece su producto”, explicó Guido Lorenzo, economista de la consultora LCG.
Nuestro problema es que la deuda será llevada por los que nosotros consideramos “fondos buitres” al juzgado de Loreta Preska de Nueva York que considera a dichos fondos buitres como fondos de inversión y por lo tanto fallará en nuestra contra.
En la Argentina debiera existir una cláusula de ley que establezca que no se podrá tomar deuda en moneda extranjera sin el aval de la mayoría del 80% del Congreso Nacional.
Consignamos a continuación la Deuda Pública Bruta de América Latina y El Caribe en porcentajes del PBI, 2017-2018: Argentina 77%, Brasil 77%, Costa Rica 52%, El Salvador 49%, Uruguay 49%, Colombia 49%, Honduras 46%, Ecuador 44%, América del Sur 43%, América Latina 41%, Rep. Dominicana 39%, Centroamérica 39%, Panamá 37%, Nicaragua 35%, México 35%, Bolivia 33%, Haití 32%, Guatemala 24%.
Lo que los acreedores de la Argentina no tienen en cuenta es que el FMI es acreedor privilegiado de la deuda Argentina y que es quién tiene que cobrar antes que ningún otro acreedor que cobrará si sobra dinero, cosa muy difícil dado el nivel de deuda.
Dada la situación debo instar a los administradores de los Fondos a que se adecuen a la situación y no sean intransigentes.
Miguel Schmalko, consejero y ex presidente de FEBAP y CACEXMI (Federación Económica Brasil-Argentina-Paraguay y Cámara de Comercio Exterior de Misiones)