Investigador de UGD y Director de Metodología del IPEC disertará en Congreso Internacional
Bajo el marco del VI Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento, el Director de Metodología y Relevamiento Estadístico del Instituto Provincial de Estadística y Censos de la Provincia de Misiones e investigador, docente y coordinador del Doctorado en Desarrollo Sustentable e Integración de la Universidad Gastón Dachary, Darío Ezequiel Díaz, disertará sobre su artículo científico denominado “La psicología económica:: principios del comportamiento irracional en la vida económica y la teoría de la resiliencia y el bienestar en el desarrollo regional” el día miércoles 28 de agosto de 2019, a las 11.30 en el Sum del Parque del Conocimiento de Posadas.
El trabajo académico fue aprobado, luego de haber sido sometido a evaluación por parte del comité científico internacional.
Los economistas pretenden desarrollar modelos de comportamiento humano e interacciones en los mercados y otros entornos económicos. Pero los humanos se comportan de manera compleja. Aunque se trate de tomar decisiones racionales, se tienen capacidades cognitivas limitadas y fuerza de voluntad limitada. Si bien, las decisiones a menudo se guían por el interés propio, también es de interés la imparcialidad y la equidad. Además, las habilidades cognitivas, el autocontrol y la motivación pueden variar significativamente entre los diferentes individuos.
Para construir modelos útiles, los economistas hacen suposiciones simplificadoras. Una simplificación común y fructífera es asumir que los agentes son perfectamente racionales (Homos Economicus)
Esta simplificación ha permitido a los economistas construir modelos poderosos para analizar una multitud de diferentes problemas económicos y mercados. Sin embargo, éstos y los psicólogos han documentado desviaciones sistemáticas del comportamiento racional asumido en la economía neoclásica estándar. La economía del comportamiento o la psicología económica es una disciplina que tiene como objetivo el desarrollo de modelos teóricos sobre el comportamiento humano.
Los principios derivados de la economía del comportamiento son posibles a aplicar a otra disciplina que ha crecido significativamente en los últimos años. Las teorías de la competitividad regional han facilitado el florecimiento de una serie de conceptos adicionales que ayudan a explicar la desigualdad del desarrollo regional: resiliencia y bienestar. En la esfera de la economía, la resiliencia se considera como la capacidad de volver al equilibrio o moverse entre equilibrios, pero las ciencias sociales han tendido a vincular el término más con la adaptabilidad y la economía evolutiva. Desde una perspectiva política, la resiliencia es la capacidad de soportar shocks. Esto puede ser determinado por la sensibilidad a un shock, y es más probable que las economías que están menos influenciadas por éstos se recuperen.
El artículo de Díaz, tiene como objetivo general relacionar la economía del comportamiento, con la teoría de la competitividad del desarrollo regional, sistematizando los puntos de contacto de ambas disciplinas, a partir de un arduo recorrido de todo lo estudiado al momento.
La resiliencia tiene efectivamente tres propiedades en el contexto socioecológico de las economías regionales: la medida en que el cambio puede experimentarse sin la pérdida de la estructura; el grado en que una economía puede reorganizarse; y el grado en que puede crear y mantener una capacidad de aprendizaje y adaptación. Por supuesto, sería un error considerar la capacidad de recuperación de las economías regionales de forma aislada, ya que por el grado en que ocurren los cambios en ellas y se desarrolla la resiliencia, es probable que estén influenciadas por las acciones de otras economías vecinas y por factores como las políticas nacionales.
Un desafío clave al examinar la resiliencia regional es que la misma solo puede ponerse a prueba en períodos de dificultad. Esto significa que el éxito económico futuro no puede basarse en el éxito actual. Es importante, que se conserven suficiente adaptabilidad y flexibilidad.
Otro de los resultados del trabajo académico es que el desarrollo regional no debe limitarse a aspectos materiales, principalmente relacionados con el crecimiento económico y la visión “productiva” de dicho desarrollo, sino que también debe incorporar los aspectos más “humanísticos” del desarrollo. Esto se refiere a que las vidas de los seres humanos no se satisfacen simplemente por tener más bienes materiales, sino que también necesitan de la autorrealización y la dignidad; el progreso material es sólo un medio y no el fin del desarrollo.