La anodina campaña de la oposición a la espera de un octubre salvador

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Hace un par de semanas Economis comenzó a elaborar un informe sobre los programas económicos de los espacios que aspiran a gobernar Misiones. El primero en responder fue Hugo Passalacqua, con la promesa de darle continuidad al programa económico actual para “que el Estado sea un actor en la escena económica”, además de la incorporación de dos o tres ideas nuevas a discutir mano a mano con la Nación. 

La sorpresa fue que en la oposición no tenían nada elaborado. A un mes de las elecciones. Pasaron unos días antes de reiterar el pedido. Los candidatos, a las apuradas en la campaña. ¿El equipo? ¿No hay plan plasmado en algún documento?

Cambiemos hasta este domingo no respondió. Pero “es más o menos lo que dice Martín Arjol en la campaña”, responden los allegados del candidato radical. Ese más o menos es “bajar impuestos” y subir sueldos de los estatales. Llamativo desbalance que repiten, con matices, desde el Frente de Todos. Promesas que además de difíciles de cumplir, llevarían a un desfinanciamiento del Estado provincial como ya sucedió en otros años.

Los libertarios siguen la misma línea y prometen privatizar empresas, pero a esta hora, se quedaron nuevamente sin candidato: Ninfa Alvarenga renunció a su candidatura en medio de una feroz interna.

Los demócratas, otro segmento de votantes de Javier Milei, prometen desempolvar planes de Domingo Cavallo “que no se ejecutaron” durante la presidencia de Mauricio Macri y admiten que el Partido Demócrata “ está en la búsqueda de un perfil productivo procíclico para Misiones que permita mantener la recaudación estable en momentos de crisis”. Está a la búsqueda. A menos de un mes de las elecciones. 

Esas licencias se pueden esperar de los espacios pequeños o en formación. Pero son imperdonables en la alianza Cambiemos y en el Frente de Todos, espacios que supuestamente aspiran a gobernar la provincia. Pero la anodina campaña desplegada por ambos, revela que están más preocupados por lo que sucederá en octubre que en lo que demanda mayo. La campaña se basa en paseos por redes sociales con rostros sonrientes y colaboradores que completan el escenario al que nadie presta demasiada atención. 

La radiografía de Juntos por el Cambio a nivel local nos muestra una dirigencia rebuscada, apelando a todo tipo de recursos para intentar captar la atención de los misioneros. La estrategia de campaña del candidato a gobernador de la alianza se limita a las conversaciones que se dan en el ámbito digital. Arjol y su equipo de estrategas buscan erróneamente suplir las falencias dadas por la falta de territorialidad con un análisis y proyección del sentir social reducido a lo que pasa en el mundo digital. Tal es así que sus acciones sólo tienden a captar unas pocas voluntades en base a los reportes de focus groups y al social listening de las redes sociales. 

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Cayendo en una tentación tantálica, el mensaje en clave electoral de Juntos por el Cambio busca generar un estado de euforia en un sector del electorado, pero lo cierto es que al chocar con la realidad ese estado se desvanece. 

El discurso de Martín Arjol podría asimilarse a una especie de inteligencia artificial de la política, porque proyecta una imagen virtual que no existe y que se derrumba cuando se la confronta con la realidad. 

El candidato de la alianza de JxC además enfrenta otro problema, las peleas internas siguen expulsando dirigentes y militantes que se alejan por el desgaste que genera esta situación. Son muchos los radicales que ya se alejaron y últimamente esta dinámica se traslada al PRO misionero en donde algunos referentes que no se sienten representados son seducidos por el liberalismo del ultra derecha. 

La realidad dista mucho del escenario creado por la inteligencia artificial política de Juntos por el Cambio. Los datos que se desprenden de la última encuesta cualitativa realizada en Misiones son un verdadero mazazo para el relato que quiere imponer la campaña de Cambiemos: el 90,6% de las personas consultadas manifiesta estar totalmente en contra de la grieta y valora el clima de convivencia social que se vive en Misiones. 

En su gran mayoría, los encuestados consideran que el auge del comercio, el turismo y los niveles de actividad económica que se dan en los diferentes sectores productivos permiten que la provincia se diferencie del clima de caos y agresividad que se da a nivel nacional, al cual lo consideran como algo “ajeno y lejano”. 

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Lo cierto es que se pueden citar un sinnúmero de hechos que han ido sucediendo en Misiones y que permiten trazar esa distancia con el contexto nacional: la vuelta a clases con el 100% de docentes en las aulas; la consolidación del sistema de salud con nuevos centros médicos inaugurados a lo largo y ancho de la provincia; la inauguración de la primera etapa de Silicon Misiones que se erige como el polo tecnológico más importante de la región; la puesta en funcionamiento del nuevo puerto de Posadas que permite un crecimiento exponencial de la logística para el sector productivo misionero; y lo más reciente, la inauguración del molino yerbatero más grande del país en la localidad de Andresito que permitirá a pequeños productores envasar yerba mate mediante maquinarias de última generación para competir de manera más eficiente en el mercado.

Se apuesta a que la grieta polarice y en ese revuelto, haya ganancia sin esfuerzo. En mayo, que algún distraído meta la boleta en el sobre. El problema es que la grieta sólo conviene en Buenos Aires, donde el Frente de Todos y Cambiemos se retroalimentan con una agenda que nada tiene que ver con el desarrollo de la Argentina. Incluso, la grieta corroe hacia dentro de los mismos espacios, donde no hay convivencia entre halcones y palomas. Patricia Bullrich contra Horacio Rodríguez Larreta. Mauricio Macri contra el intendente porteño. El presidente Alberto Fernández es ninguneado por sus ministros y la vicepresidenta. La sociedad observa atónita. 

En Misiones la oposición sigue atenta esa disputa que nada tiene que ver con la tierra colorada. No hay propuestas ni generación de hechos políticos. La agenda la marca el Gobierno provincial con sus acciones. La oposición repite diatribas que no se condicen con la realidad. Misiones muestra crecimiento de empleo y potencia industrial que contradicen los discursos opositores. 

Por eso la grieta “no vende” en Misiones. Las encuestas marcan que hay un distanciamiento de la pelea nacional. Por eso el Frente Renovador tiene una nítida preferencia: es el único espacio que les habla a los misioneros.

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