“La comunicación es esencial y una buena salud auditiva nos permite conectarnos con la familia y la comunidad”

Jimena Tato, profesora de Otorrinolaringología en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, recuerda la importancia de realizar controles auditivos desde los primeros días de vida, y también aporta tips para detectar la pérdida auditiva en niños y en adultos.

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Jimena Tato, profesora de Otorrinolaringología en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, recuerda la importancia de realizar controles auditivos desde los primeros días de vida, y también aporta tips para detectar la pérdida auditiva en niños y en adultos. 

En el Día Internacional de la Audición, la profesora Jimena Tato, profesora de Otorrinolaringología en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, recuerda la importancia que tienen los controles auditivos a lo largo de la vida.

“En primer lugar, debemos destacar la importancia de los controles auditivos al nacer, con la realización de otoemisiones acústicas, un procedimiento sencillo y rápido para el recién nacido que nos permite controlar el sistema auditivo y detectar precozmente aquellos niños con problemas”, indica Tato.

La profesora de la Universidad Austral explica que detección temprana de las hipoacusias (disminución de audición) o sorderas (ausencia total de audición) “es de suma importancia”, debido a que permite adoptar medidas de rehabilitación y equipamiento auditivo en forma temprana, que van desde el uso de audífonos hasta los implantes cocleares.

“La audición es fundamental para la adquisición del lenguaje oral. Por ende, las medidas tempranas son claves cuando se detecta un problema auditivo, debido a que cambiarán el desarrollo del niño”, profundiza.

Al mismo tiempo, la profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas recuerda que los controles auditivos deberán realizarse a lo largo de la infancia: “Primero, por parte del pediatra, si considera realizar algún estudio al detectar: alteraciones en el desarrollo del lenguaje; algún factor predisponente, como enfermedades perinatales; antecedentes familiares u otros. Más adelante, todo niño debería realizarse un estudio audiométrico, entre los 5 y 6 años, antes del ingreso a la escuela primaria”.

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Cuando sospechar pérdida auditiva en un niño:

Si no responde a los sonidos.
Si no entiende bien lo que se le dice.
Si tiene retraso del desarrollo del habla.
Si tiene secreciones óticas.
Si sufre episodios repetidos de dolor de oídos u obstrucción.

Cuando sospecharla en un adulto:

Si piden que le repitan lo dicho.
Si tiende a subir el volumen de la radio o la televisión.
Si a menudo no se entera de parte de las conversaciones.
Si oye ruidos que no proceden del exterior (acúfenos).
Si la gente dice que habla alto.
Si tiende a aislarse.

“A lo largo de la vida, tendremos diferentes pautas para controlarnos, por ejemplo después de los 50 años; quienes reciban tratamientos con drogas que produzcan toxicidad en los oídos (ototóxicos); aquellos que noten falta de entendimiento de la palabra, y quienes estén expuestos tanto al ruido laboral, como escuchar música a volumen alto”, detalla Tato.

“Una buena comunicación es esencial en nuestras vidas y una buena salud auditiva nos permite conectarnos con la familia y la comunidad. La intervención a tiempo y adecuada facilita el acceso a la educación, al trabajo y a la comunicación, en aquellas personas con pérdida auditiva”, concluye la profesora de la Universidad Austral.

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