Durante el último año se observó una fuerte contracción en el volumen total de yerba mate importada por la Argentina, aunque con un cambio significativo en la composición de los productos que ingresan al país. Los datos oficiales muestran que entre 2024 y 2025 las importaciones cayeron un 24,7%, pasando de 7.048.921 kilos a 5.309.051 kilos. Sin embargo, dentro de ese descenso general, la yerba mate envasada fue el único segmento que mostró crecimiento, casi duplicando su participación en el total.

El principal retroceso se dio en la yerba molida, que continúa siendo el rubro predominante, aunque su volumen se redujo de 6.437.117 a 4.579.763 kilos, lo que representa una baja del 28,9%. La yerba canchada, en tanto, experimentó un desplome del 79,6%, con apenas 50.440 kilos importados frente a los 247.340 del año anterior, una señal de casi parálisis en ese segmento.

Este escenario refleja una menor dependencia de materia prima y semielaborados del exterior, posiblemente por un mayor abastecimiento de origen nacional o por una caída en la demanda industrial de mezclas importadas, señala un estudio realizado por el diputado Christian Castro.

La envasada gana terreno

El dato más destacado es el incremento del 86,2% en las importaciones de yerba envasada, que pasaron de 364.564 a 678.848 kilos. En términos relativos, este tipo de producto pasó de representar el 5,2% del total importado en 2024 al 12,8% en 2025.

Este crecimiento indica un reposicionamiento del mercado importador hacia productos terminados, listos para góndola, y posiblemente vinculados a marcas extranjeras que buscan captar segmentos premium o de consumo diferenciado.

Reconfiguración del mercado

La estructura de las importaciones evidencia un viraje hacia un modelo con menor volumen físico, pero mayor valor agregado por unidad importada. Se reduce la llegada de insumos intermedios, mientras crece el peso del producto final, lo que podría implicar una presión competitiva adicional para la industria yerbatera local, especialmente en los segmentos altos de precio.

A la vez, la virtual desaparición de las importaciones de canchada puede ser leída como un refuerzo de la capacidad productiva nacional, o bien como un ajuste del mercado ante la reducción del consumo general.

El mercado de importación de yerba mate en la Argentina se achicó en volumen, pero se sofisticó en su composición. La sustitución de molida y canchada por envasada marca un cambio en las preferencias y estrategias comerciales.

Este proceso interpela a la producción nacional: mientras los elaboradores locales ganan terreno en abastecimiento de insumos, deberán competir con productos importados de mayor valor agregado. De sostenerse la tendencia, el país podría estar frente a una transformación estructural del mercado interno, con impacto tanto en los precios como en la oferta disponible para el consumidor argentino.