Looks modernos, filosofía de negocios y claves para emprender

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Graciela De Moura y Bárbara Perez dirigen Óptica del Sol. Pocos saben que detrás de este negocio hay tanta pasión y una filosofía que lleva el compromiso social atado al éxito. Además de dos historias de emprendedoras que se hicieron desde el llano; y que inspiran cada tanto el nacimiento de un nuevo comercio. 

La filosofía de Óptica Del Sol se expresa en dos ejes: el cliente y el trabajador. Y tiene un bonus: las obras solidarias en merenderos y la donación de anteojos a personas vulnerables. 

El cliente

“Cada día se presenta algo diferente y se aprende. Nunca un cliente es igual a otro”, señala Bárbara.

Nosotros no vendemos anteojos, vendemos la mejora de uno de los sentidos. Eso me atrapa. El poder ver, escuchar, sentir, hacer que veas mejor, me da mucha alegría. Mucha gente que llega que nunca usó anteojos, la felicidad que te da colocarlos en alguien que no veía bien. Te llena de amor, de felicidad”, relata Graciela quien comenzó a administrar la óptica en 2003, pero antes fue una trabajadora de ese local (esa historia la contamos más adelante).

Agrega Bárbara: “Hace unos días vino un paciente y dijo ‘se me hizo la luz’. Eso es muy satisfactorio, porque sentís que estás haciendo un bien”.

“Siempre tenemos clientes nuevos. Y agradecemos a los fieles clientes y eso en el mundo del negocio se valora mucho. Hace unos días vi un paciente que viene hace muchos años y que va a ser papá, eso me emocionó porque los vemos crecer, hasta sabemos de memoria la graduación que tienen”, contó Graciela.

Y fue ella quien llevó a su hermana, hacia este negocio. Hoy Bárbara  también tiene una óptica propia. Las hermanas son oriundas de El Soberbio. Graciela vino en 2000 y comenzó trabajando en La Ruedita. “Me encanta la venta, el comercio, los negocios, administrar. Es un don y me capacito para potenciarlo”, enumera Graciela que llegó a la Capital de Misiones para estudiar, pero el trabajo y la vida fueron sus grandes escuelas. Luego siguió capacitándose. 

¿Cómo llega a la óptica? Comienza a trabajar en la óptica Del Sol y después de un tiempo, los dueños debían volver a Buenos Aires, así que ella compró el negocio. ¿Cómo lo hizo? “Pagué con trabajo la mitad, y luego terminé de comprar el otro 50%. Los antiguos dueños son muy amigos además”, contó Graciela quien hizo todo eso ¡a los 23 años!”. 

“Cuando llegué en 2000 había una crisis. Con las crisis aprendemos un montón. Genera miedo. La gente le tiene miedo al miedo. Pero es una herramienta transformadora”, reflexiona. 

Bárbara por su parte, llegó desde El Soberbio a Posadas, algunos años después y enseguida comprendió el rubro; se hizo cargo de esa atención que necesita todo cliente para sentir que su problema tiene solución. 

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Los empleados/trabajadores

El segundo eje de este negocio es el empleado. Tienen una guía que dice  por ejemplo: “¿Sé lo que se espera de mí en el trabajo?”; “¿Tengo la oportunidad de expresar mis mejores capacidades?”; “¿Le importo como ser humano a mi superior?”; “¿Mi superior se preocupa por mi deseo profesional y humano?”; “¿Mis opiniones son tomadas en cuenta?”. 

Con esas preguntas Graciela y Bárbara buscan que las respuestas las lleven a tener los mejores empleados. “Todo depende del superior; es muy importante porque define el ambiente de trabajo”, señaló Graciela. 

Y la devolución no se deja esperar. “Me emocioné mucho, cuando en un momento difícil, tuvimos que reducir el horario de trabajo. Pero el personal decidió seguir trabajando tiempo completo, cobrando la mitad. Luego todo mejoró y volvimos al horario normal”.

Además, cuentan que dos de sus ex empleados abrieron sus propias ópticas. “Es muy lindo. No queremos personal cautivo, queremos que crezcan, que se independicen. Esa es la misión: que aprendan y puedan ser libres. Esto es una familia laboral”, contó Graciela. Ella sostiene que eso se logra por la libertad que se inspira en el trabajo, “el derecho a expresión, a sentirse a gusto con el trabajo; acá vienen muchos jóvenes que quieren hacer pasantías con nosotros”. 

Una vez por mes, la óptica Del Sol realiza una obra solidaria. Lo hace con todo el personal que también participa. 

“Surgió hace varios años. Primero trabajaba de forma individual, en hogares, mi equipo colaboraba con donaciones. Ahora es todo el plantel de trabajo que participa. Por ejemplo, tengo una docente amiga que nos contó de un niño sin recursos que necesitaba anteojos, fuimos y le hicimos unos sin cargo. También hacemos meriendas y actividades con los chicos. Es un lindo hábito que lo realizamos entre todos”, contó Graciela. 

Bárbara dijo que la llena de satisfacción aportar ese grano de arena. 

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Nosotros venimos de una familia humilde. En el interior se pasa por todo tipo de necesidades y sabemos lo importante que es ayudar a los otros. Es algo muy lindo hacerle los anteojitos a un niño que no ve. Hace poco pudimos darle uno a un joven deportista”.

Es devolver también al cliente. Es un premio para el cliente. El que nos compra es quien al final hace esa actividad solidaria. Estaría bueno sumar más gente. A veces uno quiere hacer algo grande, pero con algo pequeño ya se le cambia la vida a un niño. 

El círculo se va cerrando: cliente-empleado-solidaridad-cliente. 

También hay que hablar de las tendencias y los cambios en el mundo de las ópticas. 

“Se usan muchos lentes de color. Lo importante es hacer que vean, que estén a gusto y a la moda. La buena atención es un conjunto de esos tres servicios”, sintetiza Graciela. 

Bárbara explicó que viene una temporada de “muchos colores claros, espejados, rosados, grandes. A mi me gustan los grandes por campo visual que dan, es muy importante eso”. Y continúa: “Siguen los espejados, mucho dorado, plateado, metal, mezclados. Es importante que los clientes sepan que pueden usar anteojos y estar a la moda. Que se les puede poner graduación a cualquier anteojo de sol, eso ya no es un problema”. 

El cliente de estos tiempos viene además con los cambios tecnológicos: “El usuario ya viene con la foto de lo que quiere. La gente no tiene tiempo y va adelantando su compra por internet, viene y lo retira”.

La tecnología hace que tengamos clientes más exigentes, más instruidos, porque ya vienen con conocimientos y nosotros tenemos que estar al día, sino quedamos atrasados. Eso es muy bueno. 

Tips para el emprendedor

-Graciela: El consejo es “animarse”. Creo que las personas tenemos que trabajar en lo que nos gusta y hay que luchar por eso.

-Bárbara: Hay que jugársela, no podés quedarte en el molde. 

-Graciela: Hay obstáculos que se pueden usar como herramientas transformadoras. La quietud paraliza; al que está quieto le pasa todo por encima. Hay que moverse constantemente. 

-Bárbara: Se puede buscar asesoramiento, alguien que pueda trabajar sobre el miedo. 

-Graciela: En tiempos de crisis hay que reinventarse. Entender al cliente, acercarse. 

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