Los milagros activan nuestra fe
Introducción:
La fe se activa con los milagros, ya que Dios hace cosas sobrenaturales. Los milagros son un vislumbre de la gloria de Dios. Los milagros son hechos imposibles de realizar en circunstancias normales. Es algo que escapa de la lógica y que por lo tanto no tiene explicación científica. Un milagro desafía a lo que normalmente se esperaría. Un milagro escapa de las leyes conocidas.
Hay momentos en la vida que necesitaríamos que ocurrieran milagros. La realidad nos confronta muchas veces con la impotencia de no poder controlar los eventos y nos reconocemos seres débiles que no podemos cambiar las circunstancias, por más esfuerzo que hagamos. Debemos reconocer nuestros límites humanos. Y la verdad que nada podemos hacer frente a algunas situaciones y entonces debemos solo confiar en el poder de Dios. No hay nada que sea imposible para Dios.
Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Juan 16:24 NVI
Debemos ver a Dios como amoroso y misericordioso pues Él quiere que nuestra alegría sea plena. Sabemos que una persona con fe tiene alegría. Dios se deleita en activar nuestra fe con los milagros y los milagros mantienen la fe viva, pues la fe activa los milagros y los milagros activan la fe.
– MILAGROS EN EL ANTIGUO PACTO.
Dios se manifiesta al ser humano con milagros desde siempre.
Moisés tenía que crecer en la fe, pues debía creer en el Dios de lo imposible, en un Dios Todopoderoso que iba a realizar por mano de Moisés muchas cosas sobrenaturales. Así que desde el principio, el Creador se manifestó con hechos sorprendentes, que desafiaban la lógica. “Nada es imposible para Dios”. (Éxodo 3:1-6 NVI)
Moisés fue levantado como un gran líder, porque tenía milagros que demostrar.
Gedeón pidió milagros para la confirmación de que Dios lo estaba llamando. Lo más interesante es que Dios no se molestó por el pedido, todo lo contrario y le concedió lo que pretendía. La señal del vellón (Jueces 6:36 -40 NVI) Gedeón con estos milagros se dio cuenta de que Dios iba a salvar a Israel por su mano, ya no le tenía miedo a nada ni a nadie, sabía que Dios estaría con él y su valentía fue notoria llevando a Israel a la victoria. Dios quiere llevar bendición a su pueblo y los líderes primeramente deben estar con una fe alta, con una seguridad inconmovible para impartir ese tipo de fe a sus discípulos. Dios quiere hacer milagros grandiosos a través de nuestras vidas para Su gloria.
Elías, amó al pueblo de Dios y oró por su pueblo. (1Reyes 18:37-39 NVI) La maldición había caído sobre Israel fruto de su idolatría y desobediencia, las tinieblas habían caído sobre la mente del pueblo. Clamemos a Dios para que los milagros de Dios se manifiesten en esta generación. Los milagros afirman nuestra fe y nos muestra el Dios maravilloso que tenemos, para que no dudemos y podamos servirle confiados de que su obra sobre la tierra tiene implicancia eterna.
Cuando Dios obró en Job, el tuvo un encuentro con Dios y esa experiencia lo transformó y lo llevó a un nivel superior. El milagro tiene esa capacidad, de despertarnos, y nos hace entender que Dios escucha las oraciones y las responde. El hace las obras que tanto pedimos. El señor no se va a mover sin fe, escuchemos lo que Dios hace, creamos en Su palabra, despertemos nuestra fe y se producirán los milagros.
18/04/2022
– MINISTERIO DE JESÚS.
Cuando vino Cristo su enseñanza y sus milagros eran con un objetivo fundamental: que la gente creyera en Él y en el que lo envió. Los milagros siempre fueron un testimonio irrefutable de quien era Cristo. (Juan 17:3-4 NVI). Conforme a nuestra fe, Dios obrará en nuestras vidas.
En Capernaum, se hicieron muchos milagros, ya que allí residió Jesús por largo tiempo. (Mateo 11:23 NVI). Muchas personas se acostumbran a los milagros, pero estos deberían ser tomados en cuenta por la gente, pues si ya no creen con los milagros entonces Dios ya no tiene más nada que mostrarles. En el milagro de las bodas de Caná de Galilea, el hecho de ver la manifestación sobrenatural de la conversión de agua en vino, hizo que la fe de los discípulos se activara. (Juan 2:11 NVI) Hay que pedir a Dios que haga milagros, porque tienen un impacto multiplicativo, que acrecienta la fe de muchos, aun de generaciones. María fue quien confirmó la identidad divina de Jesús. (Juan 2:3-5 NVI). A través de los milagros que hizo Jesús, Dios demostraba Su poder, con las señales comunicaba su propósito para este mundo y las maravillas provocaron la fe y la confianza en que Él era el Hijo de Dios.
– EL MINISTERIO DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS.
Miremos lo que pensaba y veía Jesús en su corazón, en cuanto a la misericordia hacia la gente. (Mateo 9:35-38/ 10:1-4 NVI). Jesús delegó la autoridad y levantó a los discípulos. Desde el principio, la iglesia se formó con personas que tenían un peso de responsabilidad sobre los demás. Ese era el pensamiento y el compromiso de Jesús con el sufrimiento de la gente y no ha cambiado “es el mismo hoy, ayer y por los siglos” y pretende en este tiempo levantar obreros que lleven milagros a la gente.
Pero Jesús siempre pensó en una iglesia de milagros. Por eso cuando vieron un milagro y los discípulos quedaron asombrados, los desafió: “si tuvieran fe como un grano de mostaza podrían hacer milagros…” Mateo 17:20. Y también dijo, “mayores cosas harán” Juan 14:12
Para los primeros cristianos no era opcional la manifestación de milagros, lo vemos en la oración desesperada que hacían. (Hechos 4:29-30 NVI) Siempre los milagros deben acompañar la Palabra. El evangelio es parte de la obra evangelizadora, por esto debe ser acompañado por milagros. Y el ministerio del apóstol Pablo, que fue quien Dios usó para evangelizar occidente, fundando la mayoría de las iglesias, fue un ministerio de milagros poderosos. (Romanos 15:18-19 NVI). La gente no judía necesitaba una transformación, una obra milagrosa, para poder entender algo superior.
– CONTAR LOS MILAGROS ACTIVAN LA FE LA MUCHOS
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Digámosle al mundo las maravillas que Dios izo por nosotros para alabanza de su Gloria y para que la incredulidad sea vencida. Muchas personas están buscando algo genuino y por sobre todo una respuesta cierta para su vida. Un milagro puede ser la diferencia entre un antes y un después y cambiar para siempre el destino eterno de muchas familias. Si declaramos la obra de Dios hecha de forma milagrosa, por un Dios de misericordia, habrá muchas personas que al escuchar el milagro se encenderán en la fe y esto hace que Dios obre más y tiene un efecto multiplicativo.
En el caso de la liberación del endemoniado gadareno, Jesús pone de manifiesto el poder del testimonio, para traer salvación para mucha gente (Marcos 5:19 NVI). Cuando recibimos un milagro de parte de Dios, debemos contarlo, para proclamar la grandeza de Dios.
No he de morir; he de vivir para proclamar las maravillas del Señor. Salmos 118:17 RVR (Salmos 40:5 Salmo 9:1 – Salmos 9:11)
Glorifiquemos a Dios, pongámoslo en alto. El mejor motivo para vivir, que nos da propósito es contar las maravillas del Señor. Debemos proclamar la grandeza de Dios y hacer conocer su Nombre.