Mundial Rusia 2018: El local borró a España en los penales
Otra selección candidata se retira tempranamente de Rusia. La anfitriona remó de atrás, lo empató y aguantó hasta los penales. Allí fue más certera y con dos atajadas de Igor Akinfeev se metió entre los mejores ocho del mundo. En cuartos de final se enfrentará al vencedor de Croacia – Dinamarca.
Las cartas estaban echadas sobre el campo de juego de Olímpico de Luzhniki, España asumió el rol de favorito y desde los primeros minutos lo plasmó. Se adueñó del balón, comenzó a prevalecer y rápidamente lo plasmó en el marcador a través de una pelota parada.
Solo se jugaban 11 minutos, y en una lucha cuerpo a cuerpo entre Sergio Ramos y Sergei Ignashevich, el defensor ruso increíblemente se desentendió de la pelota y no hizo más que vencer su propia valla para quebrar el cero en Moscú. Inmediatamente la sintonía fue la misma. Los rusos continuaban con su libreto defensivo a la espera de una maniobra que empate el juego.
Pero lentamente, apoyado por la afición, el local comenzó a inquietar ante la merma futbolística de los conducidos por Fernando Hierro. Y a poco tiempo del descanso, Gerard Piqué cometió un insólito penal. A la salida de un córner ganado en las alturas por Yuri Zhirkov, el defensor del Barcelona estiró su brazo obstruyendo el recorrido del balón. Mano, penal y gol de Artem Dzyuba que a los 42’ estampó el empate.
En el complemento, España prosiguió con la clásica estrategia aunque sin lograr penetrar la férrea defensa rusa que se aglutinó y apostó a las salidas rápidas por las bandas para conectar con la torre, Dzyuba. Ninguno de los dos gravitó en el arco de enfrente y fueron derecho a la prórroga.
En el tiempo suplementario, ya con Iniesta y Aspas, los españoles no lograron destrabar el esquema ruso, el cual salió prácticamente a la perfección. Así todo se definió desde el punto penal. Allí, Igor Akinfeev se convirtió en figura excluyente, le tapó los remates a Koke y Iago Aspas ante la efectividad completa de sus compañeros para desatar la algarabía plena de la gente local.
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