Nueva Ley de fomento a la industria naval y marina mercante dejaría fuera a barcos misioneros
Se promulgaron dos leyes importantes para promover la navegación fluvial y la industria naval, pero los barcos misioneros quedarían fuera de esos beneficios
El 28 de diciembre último se promulgaron dos leyes claves que buscan apuntalar a la anémica actividad fluvial argentina, tanto de los buques como de sus astilleros (los pocos que quedan).
El Gobierno promulgó la Ley 27.419 de la Marina Mercante y la Ley 27.418 de fomento a la Industria Naval, que establecen una serie de beneficios impositivos, flexibilización de condiciones laborales y descuentos en el combustible.
La mala noticia es que la escasísima actividad fluvial que tiene origen provincial –comprende un puñado de embarcaciones- quedará fuera de estos regímenes.
En diálogo con Economis, el Director Nacional de Transporte Fluvial y Martítimo, Gustavo Deleersnyder explicó que la ley busca atacar tres problemas que arrastra la actividad náutica comercial en la Argentina: el costo de capital, el costo laboral y el costo del combustible.
La Ley de la Marina Mercante trabaja sobre estos tres puntos, según explicó el funcionario en diálogo telefónico con Economis. A saber:
Costo de capital
– Arancel 0% extrazona para la importación de buques nuevos. O buques que tengan menos de 7 años de antigüedad.
Costo de combustible
-Subsidio del 50% del impuesto a los combustibles por 36 meses. Se va a devolver con un bono a las empresas fluviales y marítimas.
Costo laboral
-Disminución de las cargas patronales en los empleados de armadores y astilleros. Se paga solo hasta los primeros 12.000 pesos de sueldo bruto.
-Flexibilización de algunas condiciones laborales. Antes se tenían 80 días de vacaciones por cada 100 trabajados. Ahora ese número baja a 50 días.
Misiones queda afuera
La mala noticia para Misiones es que los pocos barcos que tienen actividad comercial en Misiones no quedarán comprendidos por estos regímenes de promoción que establece la ley.
Misiones cuenta actualmente con cinco barcos areneros que están operando en la zona. En tanto, también tiene al Catamarán Mburucuyá Connection, que está tratando de marcar un camino. Todos esos barcos chocan también con los altos costos que implica hoy operar en el río Paraná. Otros barcos que operan en la provincia son las balsas que hacen los cruces por los ríos Paraná y Uruguay.
“Los barcos areneros tienen una actividad que está atada a la demanda de la arena, no va a haber más por esta ley, por eso los vamos a excluir, lo mismo que un barco recreativo, acá lo que queremos fortalecer es el transporte de cabotaje, en especial de carga”, explicó Deleersnyder.
Cabe destacar que las leyes no operan solamente sobre los barcos fluviales, sino también sobre el transporte marítimo.
Respecto al transporte fluvial. Argentina es un país muy atrasado y se nota en la comparación con Paraguay en la explotación de la hidrovía. Según declaraciones del senador Alfredo Luenzo, uno de los impulsores de estas leyes, actualmente navegan en el Paraná-Paraguay 2.600 embarcaciones de bandera paraguaya, 100 de bandera boliviana y tan solo 60 de la Argentina.
Economis también habló con Mariano Gendra Gigena, uno de los asesores del bloque del Frente Renovador (Sergio Massa) en el Congreso Nacional que trabajó en estas leyes. Gendra Gigena aseguró que “estas leyes no son las ideales, se quitaron muchos incentivos y ventajas, pero al menos es una norma que es mejor a la que había antes, todavía hay mucho por cambiar para poder dar impulso a la navegación fluvial en la Argentina.
Según Gendra Gigena, en los borradores que se habían consensuado en comisiones, las leyes contenían incentivos más importantes que iban a hacer una diferencia para impulsar una actividad tan relegada en la Argentina. Sin embargo, a último momento se recortaron estas ventajas y se terminó avanzando con un proyecto con beneficios limitados.
“Durante varios meses se hicieron mesas de trabajo con todos los actores del sector: gremios, armadores, empresarios, políticos y como fruto de esos diálogos se arribó a un proyecto muy completo y consensuado. Durante todo 2017 intentamos tratarlo en el recinto, sin éxito, hasta que a fin de año, tras varios intentos fallidos, la Comisión de Intereses Marítimos de Diputados aprobó los dictámenes de mayoría para las Leyes de Marina Mercante e Industria Naval”, señaló Gendra, uno de los responsables de la redacción del proyecto de ley.
“Fue algo completamente inesperado, ya que no estaban siquiera en el orden del día”, señaló Gendra. Luego las leyes se convirtieron en ley y fueron promulgadas el 28 de diciembre último.
El fomento a la industria naval
En tanto, la Ley de fomenta a la Industria Naval también prevé ventajas para fomentar la actividad de los astilleros.
-Arancel 0% para la importación de piezas y partes que no se producen en el Mercosur, para armado o reparación de buques existentes.
En este rubro si Misiones podría tener algún tipo de beneficio ya que hace poco se armó un barco en el astillero de Jorge Muniagurria, empresario que tiene barcos areneros.
También el proyectado puerto de Posadas prevé la operación de un astillero y un dique seco para reparación de buques, y quizás si el día de mañana se ponen en marcha estas iniciativas, la ley implique algún beneficio fiscal para la actividad local.
Lo más importante para esta industria es no volver a cometer el error de dejar que sindicalistas voraces, mafiosos y depredadores (como fue el Caballo Zuares) se apoderen de nuestros puertos y la actividad, convirtiéndo algo que siempre debió ser dinámico y en constante desarrollo, en algo antieconomico, atrasado y en proceso de muerte.