¿Peligra la libertad de prensa?
SIGNIFICADO DE LA LIBERTAD DE PRENSA. Como libertad de prensa se denomina el derecho que tienen los medios de comunicación de investigar e informar sin ningún tipo de limitaciones o coacciones, como la censura previa, el acoso o el hostigamiento. En ese sentido, la libertad de prensa es una garantía constitucional, fundamentada en la libertad de expresión, propia de sociedades con sistemas políticos democráticos de libertades plenas. Como tal, la libertad de prensa permite a los ciudadanos la posibilidad de organizarse y crear medios de comunicación independientes del poder gubernamental, en los cuales tienen derecho a expresarse libremente y sin censura.
Uno de los mecanismos más directos para amenazar la libertad de prensa es a través de la censura previa. La censura previa consiste en prohibir la difusión de determinados contenidos por decisión de censores oficiales, es decir, funcionarios designados por el estado para ejercer control sobre la naturaleza de los contenidos que los medios difunden al público. La censura, asimismo, puede ser indirecta cuando se vale de presiones, hostigamiento, ataques o amenaza de cierre de medios.
De allí que, según la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), independientemente de que el sistema legal y político de un país no tenga disposiciones específicas orientadas a disminuir o atacar la libertad de prensa, puede considerarse que esta ha sido vulnerada, si son empleados medios indirectos coactivos, como el control del suministro de papel (caso de periódicos), de frecuencias radioeléctricas, o de enseres o aparatos usados en la difusión de la información, impidiendo así la libre difusión de ideas y opiniones. La libertad de prensa es fundamental en los sistemas democráticos, pues permite a los ciudadanos formarse opiniones y criterios en relación con la realidad en que viven. Por ese motivo, los medios de comunicación independiente son uno de los objetivos principales de los sistemas políticos antidemocráticos.
La libertad de los medios de comunicación y el acceso a la información fortalecen, a mayores, el objetivo de desarrollo de empoderar a las personas. El empoderamiento es un proceso pluridimensional social y político que ayuda a las personas a tomar el control de sus
propias vidas. Esto solo se puede conseguir mediante el acceso a la información precisa, justa e imparcial, que represente una pluralidad de opiniones, y a los medios de comunicar activamente de manera vertical y horizontal, participando de ese modo en la vida activa de la comunidad. Sin embargo, para hacer de la libertad de expresión una realidad, debe existir un entorno jurídico y normativo que permita el surgimiento de un sector mediático abierto y pluralista.
También debe existir voluntad política para apoyar al sector y Estado de derecho para protegerlo; además, el acceso a la información debe estar garantizado por ley, especialmente a la información de dominio público. Por último, los destinatarios de la prensa deben tener un conocimiento necesario de los medios de comunicación para sintetizar y analizar la información que reciben en forma crítica y utilizarla en su día a día, y también para responsabilizar a los medios de comunicación de sus acciones. Esos elementos, junto a los profesionales de los medios de comunicación que deben cumplir los más elevados criterios éticos y profesionales planteados por los expertos, constituyen la infraestructura fundamental en que la libertad de expresión debe prevalecer.
Partiendo de esa base, los medios de comunicación funcionan como un vigilante, en que la sociedad civil se relaciona con las autoridades y quienes han de tomar las decisiones para que la información fluya entre las diferentes comunidades. También la distribución de la pauta publicitaria puede influir en la libertad de prensa y en ese sentido en nuestro país la distribución favorece ampliamente a los medios afines al gobierno, pues el 82% está destinada a ellos y solo el 8% a los medios de la oposición.
El periodista más prolífico de la historia
Pasado apenas una semana del “Día del Periodista” es justo rendir un homenaje a Bradley Manning al que por lejos resulta el mejor periodista de la historia. Miles de documentos clasificados del gobierno estadounidense sobre las guerras de Irak y Afganistán y 250.000 cables del Departamento de Estado fueron enviados por el mismo al sitio de internet WikiLeaks de “un australiano de pelo blanco, llamado Julián Assange. El gobierno de EE.UU. lo denostó con los peores calificativos y pergeñó una serie de acusaciones en que lo califican de “deprimido”, “ansioso”, “preso de varios ataques de pánico”, etc., etc., como es habitual en los estamentos gubernamentales de la CIA y el FBI que lo acusan de “colusión con el enemigo “ para castigarlo con cadena perpetua.
Cuando Manning habló por primera vez ante un tribunal en Fort Meade en Noviembre de 2012, no mostró ningún arrepentimiento y contó las condiciones inhumanas de detención que el mismo juez que lo acusa reconoció más rigurosas que lo necesario. Manning, un apasionado de la geopolítica y de tecnologías de la información, justificó sus actos por el deseo de provocar un debate público sobre las fuerzas armadas y la política exterior de Estados Unidos y estaba absolutamente seguro que las filtraciones de los documentos no
causan ningún daño a la seguridad nacional. Según sus defensores, el joven podría haberse identificado con los pueblos de Irak y Afganistán, en parte porque siente lo mismo que una minoría injustamente tratada. Los cientos de miles de muertes inocentes en los ataques que los hechos posteriores demostraron como injustificados a Irak y Afganistán y los hoy realizados por aviones drones sin piloto, que no distinguen entre combatiente mujaidin y un niño de pecho, ponen en duda todo el esquema de la denominada defensa de la seguridad de Estados Unidos.
Manning desnuda la hipocresía de un gobierno que con el argumento de la seguridad mantiene el dominio de fuentes petrolíferas de medio oriente para sus empresas que la explotan con la ayuda “invalorable” de los “democráticos” gobiernos de Arabia Saudita, Qatar, Emiratos, cuyos cuantiosos recursos económicos son invertidos en EE.UU. en la compra de armas y empresas del aliado americano.
Entre tanto, otro escándalo de similar trascendencia surge para poner al descubierto el esquema de actuación del ya desprestigiado gobierno de Obama. Edwars Snowden, un joven de 29 año, empleado de una subcontratista estadounidense de Defensa abandona su cómodo domicilio en Hawai y se traslada a Honk Kong donde filtra a “The Guardian”, los programas secretos de vigilancia de las comunicaciones que implementa Washington a través de todo el mundo para vigilar las conversaciones que se producen. El ex técnico de la CIA que trabajó en la Agencia Nacional de Seguridad (INSA) manifestó, “mi único objetivo es informar a la gente sobre lo que se está haciendo en su nombre y lo que se hace en su contra. Estoy dispuesto a sacrificar todo, en mi alma y mi conciencia, porque no puedo permitir al Gobierno de Estados Unidos que destruya la vida privada, la libertad de Internet, y las libertades fundamentales de
todo el mundo con ese enorme sistema de monitoreo que se está llevando secretamente”.
Ante tamaño escándalo, el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos, reacciona con violencia exigiendo la extradición y juzgamiento de Snowden. Ninguno de ellos, pidió una investigación sobre la violación a la libertad y a la violación de la Carta Magna que conllevan esas denuncias, poniendo a la luz, las hipocresías de la clase gobernante de Estados Unidos.
Analizando los motivos de hacer públicas sus manifestaciones, tanto Manning, como Snowden crean los anticuerpos necesarios para que sus cadáveres no aparezcan en algún lugar cuyos fallecimientos se deben a un accidente automovilístico o al exceso del consumo de drogas como tan perfectamente sabe hacerlo y lo ha hecho la CIA. Si hoy se produjera la muerte de alguno de ellos, aunque fuera por causas naturales, el efecto negativo sobre el Gobierno Estadounidense sería tan devastador a nivel mundial como para darle el mote de estado terrorista. Una sociedad sin embargo tiene sus anticuerpos naturales como los de Manning y Snowden y otros que irán apareciendo para defender los derechos del hombre a la privacidad de su vida, a su dignidad y a su libertad.
Miguel Schmalko-consejero y ex presidente de la FEBAP (Federación Económica Brasil-Argentina-Paraguay)