¿Se viene la segunda ola cripto en Argentina, pero ahora desde los bancos?

Getting your Trinity Audio player ready...
Compartí esta noticia !

En los últimos días empezó a circular la noticia de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) prepara una disposición para habilitar a los bancos a ofrecer compra, venta e incluso custodia de criptoactivos. Aún no hay texto oficial ni fecha confirmada, pero en el ecosistema se habla de una posible aprobación hacia abril de 2026. Si avanza, podría abrirse una nueva ola de adopción masiva, esta vez desde el homebanking, el mismo entorno donde hoy pagamos servicios o compramos dólares.

Para entender su relevancia, vale recordar el déjà vu de 2022. Ese año, Banco Galicia fue pionero al permitir operar con Bitcoin, Ether, USDC y XRP desde su banca online. Brubank y Ualá siguieron el mismo camino, pero la experiencia duró muy poco: la Comunicación “A” 7506 del BCRA prohibió a las entidades financieras realizar operaciones con activos digitales y obligó a dar marcha atrás. La banca cripto quedó congelada, pero el interés de los usuarios no: mientras el sistema bancario se retiraba, el ecosistema creció por fuera del circuito tradicional.

Hoy el contexto es otro. Argentina se consolidó entre los líderes globales en adopción cripto, con millones de usuarios de billeteras y un volumen transaccionado enorme. La mayoría ingresó a través de exchanges y apps, no de bancos. Y el uso cotidiano está dominado por las stablecoins: tokens atados al dólar que los argentinos utilizan para dolarizar ahorros, cubrirse de la inflación o acceder a inversiones sin pasar por el dólar billete.

En paralelo, el tablero regulatorio global cambió. En 2022, el Fondo Monetario Internacional presionaba a El Salvador por la adopción de bitcoin. Hoy, Estados Unidos dio un giro al aprobar la GENIUS Act, la primera ley federal que regula stablecoins de pago. La norma exige respaldo 1:1 en activos líquidos, auditorías y transparencia, y reconoce a las stablecoins reguladas como parte del sistema financiero formal. El mensaje: pueden integrarse si cumplen reglas claras.

Con ese nuevo marco, muchos bancos del mundo dejaron de ver el cripto solo como amenaza y empezaron a incorporarlo como una capa adicional de servicios: acceso a Bitcoin o Ether, stablecoins reguladas e incluso productos sintéticos o ETFs vinculados a criptomonedas. Si el BCRA habilita operaciones con criptoactivos, la primera etapa probablemente sea conservadora: Bitcoin, Ether y algunas stablecoins líderes (USDT, USDC u otras que pasen el filtro regulatorio), con productos empaquetados y curados por los bancos.

Argentina tampoco parte de cero. En los últimos años se construyó un esquema regulatorio para los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV). La Comisión Nacional de Valores creó un registro formal, definió actividades obligadas a registrarse (intercambio, custodia, transferencias, servicios financieros asociados) y fijó requisitos de información y supervisión. Sobre esa base, el modelo más probable sería de articulación: bancos tradicionales asociándose con PSAV ya registrados para ofrecer servicios dentro del homebanking. De hecho, ya hay bancos trabajando con exchanges para tener listo el despliegue el día que se levante la prohibición.

A esto se suma una segunda oportunidad: la tokenización de activos del mundo real (RWA). Si el BCRA coordina su regulación con el trabajo de la CNV en materia de activos tokenizados, los bancos podrían ofrecer, además de criptomonedas, acceso a fideicomisos productivos tokenizados, real estate fraccionado o instrumentos para pymes, todo dentro de entornos regulados pero conectados con mercados cripto globales. Para los ahorristas, significaría diversificar más allá del plazo fijo o el dólar billete; para empresas y proyectos productivos, una nueva vía de financiamiento.

Tiene sentido que el BCRA se apoye en lo ya construido: PSAV supervisados, registros formales, requisitos de compliance y un ecosistema que opera a gran escala. Lo que falta definir es cómo se distribuirán los roles: si los bancos ofrecerán productos provistos por los PSAV, quién custodiará los activos, si se permitirán retiros a billeteras propias y qué tan interoperables serán estos sistemas con el ecosistema cripto existente. También quedan pendientes cuestiones tributarias, como el impacto del impuesto al cheque sobre operaciones reguladas, señalado como un factor que favorece la informalidad frente a los actores formales.

En síntesis, la potencial medida del BCRA no es un detalle técnico: puede ser el puente que conecte banca tradicional, ecosistema cripto y economía real. Si la apertura se hace con una mirada moderna, alineada con lo que ocurre en países que regulan sin frenar la innovación, Argentina podría pasar de una adopción “a pesar del sistema” a una adopción integrada y masiva: bancos ofreciendo cripto de forma regulada, PSAV aportando tecnología, y millones de usuarios accediendo a nuevos instrumentos desde plataformas que ya usan todos los días. Si prevalece una lógica restrictiva, será otra oportunidad perdida; si se aprovecha el momento, puede marcar el inicio de una nueva etapa para las finanzas digitales del país.

Autor

Compartí esta noticia !

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categorías

Solverwp- WordPress Theme and Plugin