Nueva app argentina: medir la luz y frenar la miopía

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En los últimos 120 años, con el advenimiento de la luz eléctrica, la sociedad ha cambiado sus formas de exposición a ella, produciendo lo que se conoce como contaminación lumínica. Además, el uso de la nueva tecnología de televisores, computadoras, celulares y todo tipo de pantallas hace que las personas tengan mayor hábito de exposición a luz LED artificial lo cual, por el tipo de iluminación, puede ser perjudicial para la visión. Y es en este escenario donde la luz natural pasa a tener un rol clave que permite contrarrestar los efectos nocivos de la luz artificial.

Bajo esta premisa, la luz ambiental particularmente en edificios escolares ha sido tema de interés durante muchos años, ya que la exposición a la luz natural está asociada directamente con la salud de los ojos de los estudiantes. A mayores niveles de luz exterior, son menores las tasas de miopía. La medición de los niveles de luz en los ambientes educativos puede ayudar a tomar decisiones que tengan impacto directo sobre el nivel de aprendizaje y el bienestar escolar en general. Como parte de todos los esfuerzos e investigaciones al respecto el argentino, Cristián Rizzi Iribarren, especialista en tecnología y educación, profesor de la Especialización en Educación en Ciencias de la Universidad de San Andrés, nieto, sobrino y primo de oftalmólogos, creó en octubre de 2023 el proyecto de ciencia ciudadana “Ambientes Vivos”, en el marco de su materia “Nuevas Tecnologías en la Enseñanza de las Ciencias”, con el objetivo de explorar las condiciones de aprendizaje en las escuelas, a través de la medición de los niveles de luminosidad y ruido en aulas, salas, patios, y otros espacios físicos de aprendizaje en entornos escolares. Ambientes Vivos es un proyecto de ciencia ciudadana donde los docentes, a través de una app móvil relevan datos del nivel de luminosidad y de ruido en los ambientes escolares para elaborar un mapa colaborativo con el cual luego poder tomar decisiones relativas a la iluminación en las aulas y a la importancia de controlar la contaminación acústica”, comenta Rizzi Iribarren.

Al día de hoy ya son más de 80 escuelas y otros tantos docentes los que han utilizado la app realizando mediciones en los diferentes espacios en sus edificios educativos. Si bien el proyecto durante 2023 transitó una etapa de prueba, pudieron obtenerse algunos resultados, aunque totalmente provisorios:

·         Luminosidad promedio de las aulas está por debajo de lo recomendado por OMS (300-500 Lux- medida de luminosidad, es decir, la cantidad de luz que pasa a través de una superficie o llega a la vista.

·         Escuelas semi-urbanas con mayor luminosidad que urbanas.

·         Las escuelas urbanas muestran un menor nivel de luminosidad, pero datos más homogéneos que las semi-urbanas.

·         Escuelas de gestión pública mayor luminosidad que las de gestión privada.

Estos primeros datos relevados muestran ciertas tendencias, las cuales hace falta continuar explorando a partir de una mayor participación en el proyecto, con mayor diversidad de tipos de escuelas y docentes. Se espera que el 2024 sea el año de lanzamiento oficial del proyecto, que permita hacerlo masivo y así lograr la participación de mayor cantidad de escuelas y docentes.

Si se tiene en cuenta que la luz natural y el aumento de actividades al aire libre ayuda a combatir la miopía en las aulas, “Ambientes Vivos” se convierte en una herramienta fundamental para conocer y analizar la arquitectura escolar, su grado de luminosidad y a partir de esos resultados poder tomar medidas y decisiones con respecto a la exposición de los alumnos a la luz solar.

El proyecto “Ambientes Vivos” tiene por objetivo:

–       Que docentes y personas interesadas utilicen una app en un dispositivo móvil para relevar datos significativos en sus entornos de aprendizaje

–       Promover el intercambio de datos y experiencias entre docentes para construir redes colaborativas de aprendizaje.

–       Fomentar aprendizajes significativos acerca de las condiciones de aprendizaje de nuestros ambientes escolares

–       Experimentar la importancia de la Ciencia para el abordaje de problemas de relevancia social

–       Conocer la importancia de la buena iluminación en las aulas y del bajo nivel de ruido.

–       Analizar datos para caracterizar y evaluar los ambientes de aprendizaje

Miopía: la nueva pandemia

“Por la poca luz natural a la que los niños están expuestos, estos se estarían volviendo miopes a ritmos más rápidos. La luz brillante del sol hace que las retinas liberen más dopamina, una sustancia que permite el correcto desarrollo del globo ocular. Uno de los factores ambientales que hace que los chicos se vuelvan miopes es el estar adentro, en lugares cerrados o sin luz natural”, comenta el Dr. Rafael Iribarren, investigador de Novar, empresa de lentes oftálmicas. Una de las maneras de evitar la miopíaes que los niños salgan afuera dos horas por día, estando al aire libre de preferencia a la sombra o cubiertos por los rayos UV. Es la gran luminosidad que hay en los espacios abiertos la que previene la miopía y no el sol directo que podría ser dañino para la piel. En China, por ejemplo, los niños pasan gran parte del día con pantallas, sin salir al exterior y adentro de las escuelas y los departamentos, lo que generó un aumento considerable de miopía en los últimos 30 años con su desarrollo urbanístico. Y la pandemia fue una causa más de encierro”, agrega Iribarren.

Miopía significa, en general, que el ojo es más largo de lo que debería ser. En lugar de medir 23 milímetros en el niño mide 25 o 26 milímetros y está desenfocado porque la retina está más atrás. Si un niño de 10 años ya tiene miopía, ya tiene el ojo más largo y su ojo va a seguir creciendo. Lo que hay que lograr es que ese ojo no siga creciendo por eso es clave el uso de lentes que eviten esa progresión. La miopía más importante de prevenir suele aparecer entre los 7 y 12 años, aunque puede evidenciarse antes e incluso aparecer de más grande en la adolescencia y juventud. “Es muy importante que los niños cuyos padres sean miopes cumplan con los controles oftalmológicos una vez al año. Y lo mismo con aquellos que no tienen antecedentes familiares, porque el cambio de la vida rural a la urbana hizo que los más pequeños estén mucho tiempo encerrados leyendo con luz artificial, ya sea por exigencias del colegio o por placer”, destaca Iribarren.

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Investigación: La miopia puede ser causa de ceguera

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La velocidad de progresión de la miopía aumentó un 40% durante la pandemia. Más de 20 investigadores de todo Latinoamérica presentaron en el Primer Congreso Multidisciplinario de Miopía las lentes especiales que impiden la progresión de la miopía.

La pandemia de Covid-19 dejó muchas secuelas ocasionadas por el encierro y el uso de pantallas en forma constante, como es el caso de la miopía. Un grupo de más de 20 investigadores y profesionales de la oftalmología señaló durante el Primer Congreso Multidisciplinario de Miopía llevado a cabo en la ciudad Buenos Aires el pasado 1 de julio y organizado por Novar, empresa de lentes, que la velocidad de progresión de la miopía se incrementó un 40% durante el encierro de la pandemia, y según la Organización Mundial de la Salud para el año 2050 la mitad de la población mundial será miope.

“El tema es preocupante. Uno de los factores ambientales que hace que los chicos se vuelvan miopes es el estar adentro, encerrados”, comenta Dr. Rafael Iribarren, miembro del Grupo Argentino de Estudio de Miopía, director científico del Congreso y consultor de Novar. “Una de las maneras de evitar la miopíaes que los niños salgan afuera dos horas por día, a la luz del sol. En China, por ejemplo, los niños pasan gran parte del día con pantallas, sin salir al exterior y adentro de las escuelas, lo que generó un aumento considerable de miopía. Y la pandemia fue una causa más”, agrego Iribarren.

Miopía significa, en general, que el ojo es más largo de lo que debería ser. En lugar de medir 22 milímetros mide 25 o 30 milímetros y está desenfocado porque la retina está más atrás. Si un niño de 10 años ya tiene miopía, ya tiene el ojo más largo y su ojo va a seguir creciendo. Lo que hay que lograr es que ese ojo no siga creciendo por eso es clave el uso de lentes que eviten esa progresión. La miopía más importante de prevenir suele aparecer entre los 7 y 12 años, aunque puede evidenciarse antes e incluso aparecer de más grande en la adolescencia y juventud. “Es muy importante que los niños cuyos padres sean miopes cumplan con los controles oftalmológicos una vez al año. Y lo mismo con aquellos que no tienen antecedentes familiares, porque el cambio de la vida rural a la urbana hizo que los más pequeños estén mucho tiempo encerrados leyendo con luz artificial, ya sea por exigencias del colegio o por placer”, comenta Dr. Rafael Iribarren, miembro del Grupo Argentino de Estudio de Miopía, director científico del Congreso y consultor de Novar.

Nueva generación de lentes para evitar la progresión de la miopía

Durante el congreso los especialistas presentaron una nueva generación de lentes, que no solo sirven para ver mejor, sino que evitan la progresión de la miopía y para que ésta no llegue a valores altos. Los anteojos convencionales solo solucionan el problema de la miopía y no están diseñados para controlarla, por lo que su uso sería similar a tratar un síntoma y no la enfermedad de base. Pero gracias a la persistente investigación de profesionales argentinos y la tecnología de Novar hoy se encuentran en el mercado dos nuevas lentes.

 

Una de ellas, llamada Myofix, especialmente diseñada para ralentizar la progresión de la miopía en niños. Estas nuevas lentes ayudan a frenar la progresión de la miopía respecto a los lentes tradicionales. Y por otro lado, están las lentes Myolens, para cualquier persona miope que necesite una solución adaptada a sus necesidades visuales específicas “Estamos ante un cambio de paradigma: el de la corrección y tratamiento simultáneo de la miopía escolar y juvenil, anteojos que corrijan el defecto de la visión lejana, pero al mismo tiempo no permitan la progresión de la miopía”, comenta Abel Szeps, oftalmólogo e investigador en control de miopía, MN 114860 y consultor de Novar. “Los anteojos para control de la progresión de miopía ya son una realidad que impide la respuesta hacia la elongación y progresión en la miopía escolar, gracias a un emborronamiento o desenfoque periférico”, agrega.

Consejos para evitar progresión de la miopía

Como la miopía suele progresar año a año hasta la vida adulta, cuanto más temprano comienza más grave puede llegar a ser el problema. Por ello la detección temprana de los más chiquitos es mandatoria. Hoy hay manera de evitar la progresión. Por ejemplo, llevando a los chicos dos horas por día al aire libre en plazas, patios, balcones o terrazas es una muy buena medida, como dice la Dra. María Marta Galán, coordinadora del Grupo de Estudio de Miopía. Tratar de que lean y estén con los dispositivos en manera acotada diversificando las tareas de ayuda en la casa con el estudio basado en una combinación de lectura, discusión oral y juegos relacionados con la temática a tratar. Si aun así se presentara miopía en algún chico, entonces se debe hacer la consulta al oftalmólogo para controlar la miopía pues hay diversos tratamientos ópticos y con gotas o ya lentes especiales.

El rol de la escuela

Muchas veces el primer llamado de atención lo hace el colegio, que le avisa a los padres que el niño o la niña no ve bien el pizarrón. ¿Y cómo se evidencia esto? Puede ser porque el alumno lo manifiesta, o en los más chicos de edad, por dificultades en el rendimiento escolar.

Por esa razón, antes del ingreso a la escuela primaria -es decir entre los 5 y 6 años- las escuelas solicitan a los padres que presenten un certificado de agudeza visual, que debería repetirse año a año.  “El screening previo a primer grado es mandatorio, tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en casi todas las provincias. Además, la Ciudad cuenta con un programa llamado ‘Ver qué ves’ que analiza la agudeza visual de 24 mil chicos cada año desde el 2020. Junto con la dilatación bajo pupila, el test de agudeza visual es la mejor herramienta para detectar y tratar a tiempo la miopía en niños”, cerró el Dr. Iribarren. 

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Semana de la Concientización de la Miopia

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 BHVI (Brien Holden Vision Institute), una organización australiana sin fines de lucro y con un enfoque internacional en la investigación de la visión, acaba de anunciar el lanzamiento de la Semana de Concientización sobre la Miopía para 2023, una iniciativa global relanzada en 2021, para llamar la atención sobre la creciente epidemia de miopía en niños de todo el mundo. 

La miopía, se encuentra entre los trastornos oculares más comunes en todo el mundo y es una de las principales causas de discapacidad visual en la vida adulta. Una vez desarrollada en los niños, continúa aumentando su gravedad durante la infancia y adolescencia, pero esta progresión puede prevenirse.

Diferentes estudios han pronosticado que, la prevalencia mundial de la miopía aumentará del 28% de la población mundial, o dos mil millones de personas en 2010, al 50 % de la población mundial, o cinco mil millones de personas en 2050. La miopía es una de las principales causas de ceguera en todo el mundo.

La miopía más grave aparece generalmente cuando el niño está en los primeros grados del colegio y avanza un punto por año, entre la infancia temprana, entre los 6 y los 15 años; pero cada año la progresión es un poco más lenta.

En el marco de esta semana, Novar, empresa de lentes, comparte recomendaciones para tener una adecuada salud visual:

·         Realizar una dieta y alimentación equilibrada a base de granos integrales, legumbres, semillas, pescados y frutas.

·         Realizar actividades al aire libre (al menos 2 horas por día)

·         Iluminación adecuada al leer, evitar leer o mirar TV con poca iluminación, de preferencia usar luz natural.

·         Distancia adecuada a libros y pantallas (30-40 cm aproximadamente).

·         Descansos para evitar fatiga visual. Cada 20 minutos de trabajo, hacer descansos de 20 segundos mirando a una distancia de 6 metros.

·         Invertir los contrastes de las pantallas (fondo negro y letras blancas).

·         Realizar los controles oftalmológicos correspondientes:

·         Al momento del nacimiento.

·         A los 6 meses de edad.

·         Al año de edad.

·         A los 3 años de edad.

·         A los 5 años de edad.

·         A partir de los 5 años, cada 2 años.

“La miopía se puede prevenir hasta 2 años antes si estamos atentos a los primeros síntomas. Por lo general éstos tienen que ver con la imposibilidad de leer letras pequeñas en el pizarrón. ¿Por qué? Porque eso es el signo de la falta de agudeza visual, definida como la capacidad para leer signos chicos en un cartel colocado a 3 o 4 metros de distancia de la persona”, explicó el Dr. Rafael Iribarren, miembro del Grupo Argentino de Estudio de Miopía y consultor de Novar. Encontramos que la progresión de los chicos que venían con miopía avanzó mucho más rápido durante la pandemia de lo que avanzaba antes. Si antes, lo hacía en 0,25 por año, durante la pandemia, avanzó 0,50”, agregó Iribarren.

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Uno de cada tres adolescentes argentinos tendrán miopía para 2020 por abusar del celular

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Surge de un estudio del Colegios de Ópticos. El abuso de las pantallas genera cansancio y sequedad en los ojos y afecta el desarrollo del globo ocular.
Lo dice el director del Instituto de la Visión de Buenos Aires, Omar López Mato y aviva el debate -con una nueva arista médica y no pedagógica- sobre un tema instaladísimo en los grupos de WhatsApp de padres y madres: cuánto tiempo está bien o está mal que los chicos usen el celular.
El dato lo obtuvo de un informe del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO), que dice que “el 33% de los adolescentes tendrán miopía para 2020 como consecuencia de la utilización inadecuada de dispositivos móviles”.
“Antes, los niños estaban expuestos únicamente a la luz azul producida por el televisor, pero ahora están enfrentados a un mundo multipantalla. Los ojos tienen una exigencia para la queno están preparados, porque los usuarios alternan entre la computadora, el celular y la tablet”, dijo López Mato.
¿Qué es la miopía? Se trata de una anomalía del ojo que produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos, causada por un alargamiento del globo ocular o una falla en el cristalino.
Fernando Giusio, especialista en “ojo seco” del Hospital Italiano, también hace foco en que no es lo mismo una pantalla que otra. Pero, a la vez, resalta que aún no fue comprobado que el problema sea la luz.
Miramos el celular entre 80 y 110 veces por día, ¿es verdad que a un nene o nena le afecta más en los ojos el uso del celular que a un mayor? “Lo que produce el uso del smartphone es que se estémucho más tiempo con los ojos abiertos, que no se parpadee lo necesario y lleva a la astenopía (cansancio visual) y al ojo seco, el principal síndrome del mal uso del celular. Tiene que ver con lo postural más que con los ‘rayos’ de luz. Que los chicos tengan los ojos más débiles a esa luz es un mito”, explica a Clarín.
Pero Oscar Ghilino, médico especialista en oftalmología y director de Oftalmos, sí resalta que es mucho peor en un niño.
“La ciencia está comprobando que existe una relación directa entre el desarrollo del globo ocular y el tipo de uso que los chicos le dan a los celulares. Todos los chicos son hipermétropes: el ojo es más corto que el de un adulto, tiene que crecer. Los estímulos que reciba o no ese ojos van a influir en ese crecimiento. Los que están todo el día encerrados con la tecnología y no tienen actividad al aire libre tienen toda la propensión a desarrollar miopía. Tienen que alternar porque sino sus ojos van a tender a ver de cerca”.
López Mato precisa en que “un aumento del reflejo de acomodación facilita el alargamiento del globo ocular y, por lo tanto, de la miopía”.
“Al mirar el celular se utiliza la acomodación, se contrae el músculo ciliar, unido al cristalino, y permite que las distancias lejanas se enfoquen de cerca. El ser humano no está preparado para estar todo el día ‘acomodando’ o mirando de cerca. Cuando miramos de lejos, relajamos la vista”, detalla Giusio.
Pese a que el 60% de los chicos que tienen ‘ojo seco’ no pasa por un consultorio porque, dice Giusio, “los mayores van a la farmacia y los automedican con colirio, que no se debe hacer”, el aumento de los que llegan a él por este tema es “exponencial“.
Cuando habla de “posturas” y “acomodación” no se refiere al cuello o la columna -a los problemas cervicales y lumbares de estar mirando para abajo, a la altura de la mano, el celular-, se refiere a lo que pasa en los ojos cuando los chicos están muchas horas frente a esa pantalla.
“Es una posición anómala, están semiagachados, con los ojos abiertos, parpadean lo menos posible porque están muy atentos a lo que ven. Es un dispositivo cercano, no es como la tele, que la ven a cierta distancia, al celu lo tienen pegado y, cuando les compran el primer celular, lo tienen todo el día”, agrega.
Lo que no es un mito es que ciertos mecanismos cerebrales de autocontrol en los niños aún no están maduros, lo que los hace más vulnerables al desarrollo de adicciones. La Universidad de Córdoba detectó que 1 de cada 4 usuarios de tecnología realiza un uso abusivo. Según López Mato, “estamos criando individuos acostumbrados a la gratificación inmediata con sólo apretar un botón”.
En el Instituto de la Visión de Buenos Aires se reciben cada año más consultas de padres y madres “preocupados” por alumnos de primaria y adolescentes tienen molestias y problemas “directamente relacionados a la exposición a pantallas.
José Gonzalez Del Cerro, especialista en oftalmología pediátrica del Hospital de Ojos Santa Lucía, también habla de esa “plasticidad” del ojo. “Desde que nacen hasta los 6-8 años, los ojos se pueden ver afectados por esta ‘visión cercana’. Eso impacta más que la luz azul, que no induce la miopía. Los chicos necesitan la ‘visión lejana’ porque eso produce el desarrollo ideal de su visión. Y esto se da con la vuelta a los juegos en el mundo real, al aire libre”.
Lo que aún se debe comprobar sobre la luz azul del celular es la teoría de que produciría un estímulo de “células amácrinas en el ojo que alteraría el ritmo circadiano, lo que produciría una alteraciones en el natural ‘día y noche’ de los chicos”.
A su vez, concuerda con el notable aumento de “padres y madres preocupados” y dice que “antes preguntaban ¿mi hijo tiene miopía?” y que “ahora preguntan ¿tiene miopía porque usa mucho el celular”. Dice que el tema está generando conciencia desde los medios para que “dejen de calmar a los chicos con la tecnología y los hagan salir al mundo”.
 
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