Arauco Argentina dejará de cotizar en la Bolsa de Buenos Aires y sigue achicando su presencia en el país
Arauco Argentina, la industria más grande de Misiones, dejará de cotizar en la Bolsa de Buenos Aires tras haber cancelado el mes pasado los títulos de deuda que se tranzaban en esa plaza bursátil.
En una reunión de directorio celebrada el 19 de junio pasado -cuyas actas se publicaron la semana pasada en el sitio de la Comisión Nacional de Valores-, se decidió comenzar el proceso para delistar a la empresa de la Bolsa de Buenos Aires. La ex Alto Paraná nunca cotizó acciones, sino Obligaciones Negociables en la Bolsa porteña.
El mes pasado, la firma de origen chileno que es dueña de 255.000 hectáreas en Misiones (casi el 10% de la superficie total de la provincia) puso 270 millones de dólares que le prestó su casa matriz, Celuosa Arauco y Constitución, y canceló el capital de la ON que había emitido hace diez años y por la cual pagaba semestralmente intereses.
Típicamente, las empresas que cancelan sus ON, suelen emitir nuevos bonos (Obligaciones Negociables). Ya sea para pagar los títulos que vencen o bien aprueban nuevos programas de emisión de deuda, para echar mano al recurso cuando lo consideren necesario. Sobre todo cuando las condiciones del mercado son favorables, como en la actualidad.
Desde 2016, el Estado Nacional, varias provincias y las grandes empresas emiten títulos de deuda aprovechando el contexto que se dio tras el acuerdo con los hold-outs, combinado con el bajo nivel de endeudamiento externo que ostentaba la Argentina al final del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Además los bonos de Arauco Argentina tenían calificación investment grade (grado de inversión) por estar garantizados por Celulosa Arauco y Constitución, su casa matriz.
Argentina cada vez tiene menos peso en la cartera del Grupo Arauco
Sin embargo, la decisión de la ex Alto Paraná de salir de la Bolsa en lugar de seguir aprovechando esta fuente de financiamiento, parece emparentada con una realidad cada vez más evidente: la Argentina cada vez es menos importante para el Grupo Angellini, controlante de Arauco, el segundo productor de pasta celulósica del mundo.
Mientras se achica en la Argentina, Arauco crece en todos los mercados de la región. Con un gran crecimiento en Brasil, donde están negociando para comprar la moderna celulosa Eldorado, del grupo JBS (que se está desprendiendo de activos tras los escándalos de corrupción y coimas). Eldorado tiene seis veces el volumen de producción de pasta celulósica de Arauco Argentina. En junio el diario Valor Económico publicó que Arauco había ofrecido u$s3.360 millones por la empresa de los hermanos Batista.
En Brasil el Grupo Arauco no tiene pastera y se abastece con los envios que le hace la ex Alto Paraná, y que representan la principal exportación que realiza Misiones a cualquier mercado. Sin dudas, si los Angelelli se quedan con Eldorado, la ex Alto Paraná podría tener que buscar otros mercados para sus ventas externas de pasta.
El grupo chileno también tiene un gran crecimiento en Uruguay, donde es socio de Stora Enso en Montes del Plata. Desde el 2014 ya está en producción la que fuera la segunda pastera en discordia en la pelea Argentina-Uruguay, cuando en 2005 se generó el conflicto con el vecino país por la instalación de Botnia frente a las costas de Gualegaychú.
En la Argentina, el negocio de la ex Alto Paraná viene para atrás. Con un precio internacional que ha retrocedido en los últimos años y, sobre todo, con los problemas internos: dólar retrasado, altos costos internos y una baja de rentabilidad que la llevó a tener pérdidas por primera vez en 20 años en 2016.
Además, tuvo que pagar un largo juicio con la AFIP pagando 248,5 millones de pesos en efectivo al aprovechar la moratoria que vino con el blanqueo (hubiera pagado más de $700 millones si la Corte Suprema ratificaba los fallos en contra de primera y segunda instancia que tenía la empresa).
Alto Paraná facturó el año pasado 6.200 millones de pesos y tuvo una ganancia operativa (EBITDA) de 891 millones. Sin embargo, tras el pago de intereses y el juicio con la AFIP, registró una pérdida de $222 millones.
En el 2015 facturó $5.159 millones y ganó “apenas” $205 millones. Y en 2014 registró ventas por $4.332 millones y obtuvo beneficios netos por $168 millones. Esos niveles de rentabilidad, en el mundo de las grandes corporaciones, son muy bajos. Sobre todo en relación al capital invertido que tiene la compañía en la Argentina.
Incluso en su balance anual de 2016, el directorio comenta que seguirá buscando hacer los mejores negocios, pero que las perspectivas no son muy alentadoras teniendo en cuenta distintas variables como la suba de costos internos, el precio de la pasta celulósica y los bajos márgenes de rentabilidad.
¿Cuál será el futuro de la empresa en la Argentina?
Cotizar en Bolsa implica para las empresas un enorme esfuerzo y asignación de recursos para informar al mercado de cualquier evento relevante que pueda afectar las cotizaciones, además de los balances trimestrales y anuales. Son equipos de contadores, abogados, expertos en finanzas, que deben cumplimentar exigentes requerimientos informativos. Cuando una empresa toma ese camino, lo hace porque abre una “canilla” de acceso a los grandes capitales financieros y cuando la cierra, normalmente significa un punto de inflexión en la historia de esa empresa. A menudo porque es absorvida por otra sociedad.
Está claro que Arauco decidió apostar fuerte por todos los países que rodean a la Argentina, Chile, Uruguay y Brasil. Pero no por nuestro país, donde las inversiones son las mínimas para mantener el negocio funcionando. Al cerrar el largo y millonario juicio con la AFIP y ahora comenzar el proceso para delistarse de la Bolsa de Buenos Aires, sin dudas el interrogante surge solo.
¿Arauco Argentina está empezando a preparar el terreno para una posible venta?
Epigrafe: facsimil del acta de directorio del 19 de junio pasado donde se decide comenzar el proceso para dejar de cotizar en la Bolsa porteña.
Epigrafe 2: El cuadro muestra el peso total de la Argentina en la operación del grupo Arauco, que creció fuerte en Uruguay, Chile y Brasil. Ahora en Brasil negocia la posible compra de la mega pastera Eldorado, que podría afectar los envios de la ex Alto Paraná a su subsidiaria brasileña.