Potencia femenina: Arauco incorpora mujeres para conducir sus transportes

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Potencia femenina, Mariela Gómez Carballo es la primera conductora mujer que se hace un espacio  en un ámbito donde históricamente dominaron los hombres. Con apenas 23 años de edad es la encargada de transportar a los trabajadores de la empresa Arauco a sus puestos de trabajo, al mando de un colectivo de pasajeros.

Mariela es una aficionada por la conducción desde muy pequeña, ya con 13 años aprendió a manejar junto a su hermano y su padre, a los 19 años ingresó a un cuartel de bomberos voluntarios de su Eldorado natal. Una vez adentro del cuartel fijó sus ojos en los camiones cisternas y autobombas que utilizaban en los operativos.

“Mi jefe de guardia me enseñó a manejarlos, aunque en ese tiempo todavía no podía sacar mi carnet, por lo tanto practicaba y aprendía lo básico, prácticamente”, explicó. Un par de años después, apenas cumplió los 21 sacó la licencia profesional y empezó a manejar más de seguido, “ahí ya era chofer”, manifestó orgullosa.

Es que Mariela debe presumir orgullosa ser una de las conductoras más jóvenes de rodados de tránsito pesado del Alto Paraná, algo que históricamente fue un trabajo dominado por los hombres, pero donde ellas demuestran día a día que están igual de capacitadas para hacerlo.

Tiempo después de su experiencia en el cuartel, Mariela estaba convencida cuál era su siguiente objetivo: desembarcar en una empresa a hacer lo que le gusta. “Vi un estado de wattsapp del teléfono de mi madre, donde una chica en un colectivo de la empresa Kenia y le dije que también quería formar parte de la empresa”. Gracias a ese contacto, la citaron a una entrevista en San Vicente y luego en Eldorado, que fue donde la seleccionaron.

En ese momento arrancó en el área que le brinda el servicio de transporte a Arauco, donde todos los días debe verificar una hora antes que el colectivo esté en condiciones y salir. Además, entre ambas empresas brindan de manera constante capacitaciones de varios tipos, como ser primeros auxilios, simulacros, manejo defensivo, entre otras.

“También, a veces, me toca cubrir en otros lugares, como por ejemplo los servicios públicos, como es el urbano o escolar en Puerto Piray”, comentó. “Al principio no tomaba dimensión de lo que estaba haciendo, de que significara tanto trabajar de esto y ahora me doy cuenta que significa un avance importante, no sólo para mí, sino para la sociedad en sí, es un comienzo para que otras se animen al cambio, como siempre digo, por ahora soy la primera pero no tengo que ser la última”, se animó.

Los primeros días fueron algo confusos, mucha gente se sorprendía por algo que, a priori, no debería ser atípico, ya que se trataba de una trabajadora realizando una actividad, como cualquier otra persona. “Fue raro, sí, en el transporte de pasajeros los más chicos miraban sorprendidos, acá en la empresa los colegas me felicitaron y me hicieron sentir muy cómoda, fue raro, pero en buena manera”, expresó.

Pero las felicitaciones no sólo fueron de sus pares hombres, muchas mujeres le expresaron sus buenos deseos y le acercaron sus saludos por el trabajo conseguido. “Recibí también mucho apoyo de mujeres que estaban en agrupaciones, que apoyaban lo que estaba haciendo y las felicitaciones de mujeres, señoras, jóvenes”, señaló.

Sin embargo sabe que, a pesar de conquistar un espacio, eso no la exime de los deberes que eso conlleva. “Es mucha responsabilidad, sobre todo cada día, para que no pase ningún accidente, que no pase nada con ningún pasajero, que no haya una discusión o algo así, porque van a decir que fue responsabilidad de la chofer y la única mujer soy yo”, manifestó.

No obstante, asegura que es la misma presión que tienen todos los trabajadores que tienen la responsabilidad de transportar personas. “Una debe dar el ejemplo de que se puede y de que nosotras las mujeres también podemos manejar un colectivo. No es cosa de otro mundo, ni tampoco sólo de los hombres. Tenemos las mismas capacidades, tal vez algunas aprenden más, otras menos rápido, pero de aprender, se aprende”, apuntó.

En esa línea, advierte que el hecho de ser la primera en conducir un transporte de pasajeros en su zona, es novedoso por una cuestión de género y que, por ello, tiene la responsabilidad de validar la confianza que le depositaron. “Desde mi punto de vista siempre fue por falta de oportunidades para nosotras. A mí se me dio y la posibilidad la aproveché. No me canso el doble por ser mujer, es un trabajo como todos, con días más cansadores que otros, pero es igual para todos”.

La jornada laboral varía por semanas o por día, dependiendo de la actividad que le toque, si es transporte del personal de la empresa Arauco o servicio urbano de pasajeros. En ambos casos, la jornada laboral inicia a partir de las cuatro de la mañana, para controlar los vehículos, que esté todo en orden la parte técnica para salir a las cinco de la mañana.

Si es para transportar a trabajadores, se los ubica a sus puestos de trabajo y se los busca. En cambio, si es transporte de pasajeros se arranca 45 minutos después, pero es jornada corrida con una hora de descanso al medio día para almorzar y continuar hasta las 19 horas aproximadamente, que es el horario de salida de los choferes del turno diurno.

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Del director financiero de Arauco a Wall Street: “En Argentina la situación económica es muy complicada”

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El director financiero de Celulosa Arauco y Constitución -controlante de Arauco Argentina, la mayor empresa de Misiones-, trazó un panorama sobre las perspectivas del negocio para el 2019 en los principales países de la región en donde opera y a la hora de referirse a la situación del país la calificó como “muy complicada”.
“En Argentina la situación económica es diferente”, dijo Gianfranco Truffello a un grupo de analistas de Wall Street el 14 de marzo pasado, a quienes venía explicando la mejora paulatina del mercado interno brasileño en 2018 y los primeros 2 meses de 2019.
“El mercado ha permanecido muy difícil por la situación económica que es muy complicada y la demanda no está recuperándose”, explicó Truffello, sobre el panorama de las ventas de Arauco Argentina en el mercado interno.
Sin embargo, el ejecutivo explicó que no esperan perder dinero. “Esperamos tener márgenes positivos y demanda estable en productos de melamina”, señaló a los analistas que lo escuchaban en la habitual conferencia telefónica que se realiza cada tres meses para explicar los resultados del negocio y trazar las perspectivas a corto plazo.
Para luego reiterar “pero (el mercado) sigue siendo muy difícil por la situación económica de la Argentina”.
Los comentarios de Truffello a un grupo de analistas reflejan la preocupación y la mirada que un gigante global como Arauco tiene sobre la Argentina, un país que conoce sobradamente y en el que arrancó su expansión internacional como grupo en el año 1996. Inclusive el propio Truffello fue director financiero de la entonces denominada Alto Paraná a finales de los 90, cuando ya era controlada por los chilenos.
Un país que fue importante 
Si bien no se incluyen cifras desagregadas de Arauco Argentina, en el reporte del cuarto trimestre de todo el grupo, presentado por Truffello, se incluyeron algunas consideraciones sobre el negocio en el país, la coyuntura económica y el impacto de algunas medidas del gobierno de Macri.
Por ejemplo, Arauco Argentina tiene una deuda con entidades financieras por el equivalente a 28,2 millones de dólares que vencen durante el 2019. En el balance no se aclara en que moneda está ese pasivo. Se trata de un endeudamiento relativamente bajo para el tamaño del negocio de Arauco en la Argentina.
En el rubro “costo de las ventas”, Arauco explicó en su balance que tuvo una reducción a nivel global por la misma caída de las ventas (menos costos de carga).  Sin embargo, señaló que en el sub rubro “otros costos de ventas” se produjo un incremento de 86% debido a mayores previsiones de incobrabilidad y “a la implementación de impuestos a la exportación en Argentina en el cuatro trimestre”.
En referencia al impuesto de 4 pesos por dólar exportado que impuso el Gobierno Nacional para tratar de cumplir con el déficit cero acordado con el FMI y que generó un amplio rechazo en el sector forestal.
Como el Papa Francisco, evita a la Argentina
Arauco reconoce en sus presentaciones corporativas que la Argentina fue su “primer peldaño” en 1996 para una expansión global que la llevó a ser en la actualidad el segundo productor de pasta celulósica a nivel mundial. Sin embargo, hoy el país representa apenas una pequeña fracción de su negocio, que ahora tiene operaciones comerciales en medio mundo y modernas planta industriales en Chile, Uruguay, Brasil, México, Estados Unidos, Canadá y Europa.
Como el Papa Fransisco, que visitó Paraguay, Chile o Brasil, pero evitó cuidadosamente venir a la Argentina, su país; Arauco hizo algo parecido.
Invirtió fuerte y creció en los últimos 15 años en toda la región, evitando cuidadosamente poner una nueva ficha en el país que lo catapultó a su exitosa expansión internacional. Acá solo realiza las inversiones mínimas para mantener la vieja planta de Alto Paraná, que empezó a funcionar en 1984. Mérito del kirchnerismo que combatió a este sector a caballo de un conflicto ambiental cuyos perjuicios nunca fueron comprobados, coinciden todos en el mundillo forestal.
La postura de Arauco hacia la Argentina se refleja también en la tasa de descuento que aplica a sus llamados activos biológicos, que son los bosques que tiene en Brasil, Chile, Uruguay y la Argentina.
En el balance debe asignarle un valor contable a estos bosques y para eso aplica una “tasa de descuento” mucho mayor para la Argentina -del 10,5%- que para el resto de los países: Chile 6,45%; Brasil 7,9% y Uruguay 6,9%.
¿Qué significa esto? Por explicarlo en términos sencillos, refleja que Arauco le atribuye un riesgo mucho mayor a su negocio en la Argentina que en el resto de los países de la región.
Un proyecto multimillonario en carpeta
Si bien los directivos de Arauco Argentina prepararon -al menos- un proyecto para construir una moderna planta de pasta celulósica que podría rondar un desembolso cercano a los u$s 2.000 millones, la realidad es que desde Chile no están nada entusiasmados y ven una eventual inversión como algo muy lejano. Ya en 2018 cuando arrancó la crisis financiera avisaron desde el otro lado de los Andes que no tenían pensado invertir en el país.
Los breves comentarios recientes de Truffello sobre la Argentina reflejan esta misma mirada, que es más o menos similar a la de cualquier multinacional con operaciones locales. Desde afuera ven un país en el cual todo parece circunscribirse a seguir trabajando, esperar a ver qué pasa y arriesgar lo menos posible.
 
 

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¿Pasteras si o no? Misiones resiste en soledad el proyecto de mega-inversiones que impulsan Arauco Argentina, Macri y Corrientes

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Es uno solo contra casi todos y el martes pasado quedó en evidencia en la Casa Rosada. De un lado, Misiones, casi en soledad. Del otro lado, el presidente Mauricio Macri, sus ministros y secretarios, los gobernadores de Entre Ríos y -especialmente- el de Corrientes y la industria pastera, encabezada por Arauco Argentina, pero con apoyo de Ledesma, Celulosa Argentina y las cámaras Afoa y Afcp, que responden a estas firmas.
Sin embargo, aún en desventaja Misiones no cede. La fluida colaboración que la provincia le presta al Gobierno Nacional en el Parlamento y que le garantiza apoyo incondicional a leyes sensibles (Fondos Buitres, Rerforma Previsional, Pacto Fiscal) tiene un límite que pocos conocen y es este: la política para atraer grandes proyectos de inversión en la industria pastera.
Misiones, que es la única provincia de estas tres donde opera una gran industria pastera (la propia Arauco Argentina, en Puerto Esperanza) sostiene que si vienen inversiones de este tipo, hay que asegurarse de que derramen en buena parte del entramado productivo y no se terminen “fagocitando” a los pequeños productores forestales, algo que ya sucedió cuando la empresa chilena compró el aserradero de Pecom Forestal en 2002 y volcó buena parte de su producción al mercado interno o cuando fija precios desventajosos para el pequeño productor forestal gracias a su posición dominante.
Arauco Argentina tiene 255.000 hectáreas en Misiones, de las cuales la mitad son para producir y el resto son áreas protegidas.
El grupo chileno encabeza un intento de la industria celulósica para sacarle al Presidente una ley de promoción en inversiones forestales -con jugosas excenciones impositivas- parecida a la que Uruguay le otorgó a Botnia. El proyecto, de concretarse, sería muy ventajoso si en un eventual segundo mandato de Cambiemos se produce una crisis financiera que deje los activos argentinos -como las extensiones de tierra- muy baratos.
Lo curioso además es que la industria se las ingenió para hacer lobby por todas estas ventajas con una gran diferencia respecto al caso uruguayo: sin comprometerse a hacer ninguna inversión.
Sin blindaje anti-crisis
También pide reformar la Ley de Tierras, que limita la tenencia en manos de capitales extranjeros (no puede tener más del 15% de la superficie de una provincia) y modificar el articulo 61 de la Constitución de la provincia de Corrientes,  la que impone también restricciones a los foráneos a la hora de adquirir extensiones de suelo.
Todas estas normas no se pusieron porque si. La Argentina tiene crisis recurrentes con fuga de capitales, grandes devaluaciones y un país cuyos activos quedan muy baratos, como sucedió tras la crisis de 2001, cuando Arauco Argentina aprovechó para comprarle a un precio muy ventajoso los activos forestales a Pérez Companc (Petrobrás le compró los negocios petroleros).
En los primeros meses del 2002, cuando el dólar apenas se había estabilizado en 4 pesos y la Argentina estaba literalmente de rodillas, los chilenos -con excelente sentido de la oportunidad- le compraron a Pérez Companc unas 60.000 hectáreas de tierra en Misiones y un mega-aserradero que en su momento prometieron no cerrar (al final no cumplieron y bajaron la persiana). Todo por 43 millones de dólares (716 dólares por hectárea, el aserradero va gratis).
Este proyecto -cuyo borrador aún se está delineando- ya obtuvo el martes el aval explícito de Macri, quien garantizó por adelantado el apoyo de los legisladores de Cambiemos en el Congreso Nacional a la futura iniciativa e invitó a Entre Ríos, Corrientes y Misiones a que hicieran lo mismo.
Desgravaciones impositivas
Se trata del Proyecto para Promoción de Inversiones Forestales que prevé desgravaciones como la excención del IVA en la importación de bienes de capitales, reintegros inmediatos, amortizaciones aceleradas (para pagar menos Ganancias) y otras ventajas fiscales. Aunque aún no están definidas, el plan incluiría:

  • Devolución anticipada del IVA correspondiente a los bienes y obras de infraestructura incluidos en el proyecto de inversión aprobado.
  • Amortización acelerada en el impuesto a las Ganancias de dichos bienes y obras
  • Derecho de importación equivalente al cero por ciento (0%) aplicable a la importación definitiva para consumo de bienes de capital nuevos incluidos en el proyecto aprobado.
  • Estabilidad fiscal por quince 30 años para los dos primeros proyectos.
  • Exención en derechos de exportación respecto de los bienes producidos en el marco del
    proyecto aprobado.
  • Rebaja o excención de IIBB y Sellos por parte de las provincias que deben adherir a la norma.

Si bien es algo muy habitual que una industria pida beneficios fiscales para radicar una inversión importante como una pastera, acá lo atípico es que se baraja aprobar todos estos beneficios sin que haya un proyecto concreto del otro lado de la mesa.
El proyecto preve que esas ventajas sean sólamente para los primeros dos proyectos de inversión y siempre y cuando superen -cada uno-, los u$s 1.000 millones en desembolsos.
La pura verdad es que la Argentina está necesitada de inversiones y las grandes corporaciones entienden que este es el momento de pedir ventajas. Ya lo dicen los chinos, la crisis es también una oportunidad.
El proyecto prevé además que las provincias adhieran a estos incentivos y otorguen sus propios beneficios fiscales: básicamente, no cobrar o reducir la tasa de Ingresos Brutos y Sellos, otro tema que se discutió el martes en la Casa Rosada.
Misiones se planta con su propia propuesta
La postura del gobernador Hugo Passalacqua -con el fuerte aval de Carlos Rovira- es tan marcada respecto al resto, que el goberandor sólo asistió a la primera de las 7 reuniones de la Mesa Forestal allá por septiembre de 2017. El martes pasado el contraste era evidente. Entre Ríos y Corrientes fueron representados por sus gobernadores, Gustavo Bordet y Gustavo Valdes, como a las reuniones precedentes. En cambio Misiones envió a un funcionario técnico, el subsecretario de Desarrollo Forestal, Juan Gauto. Antes solía ir el Ministro, José Luis Garay, jefe directo de Gauto.
El antagonismo en la mirada Misiones-Mesa Forestal quedó en evidencia cuando a Gauto le tocó hablar para presentar la mirada de su gobierno sobre esta cuestión, Macri lo dejó desarrollar sólo por un par de minutos, para luego cortarlo y pasar al siguiente expositor.
“Nosotros en Misiones tenemos 400.000 hectáreas de bosques (para cosechar), de los cuales 120.000 son de Arauco Argentina, las otras 280.000 hectáreas están en manos de 7.000 familias forestales, creemos que se puede encontrar un mecanismo para que haya grandes inversiones en industria pero sin desplazar a esas familias”, explicó Gauto.
Misiones lo que resiste es la idea de modificar todas las leyes que se pusieron para proteger a los productores chicos de una gran multinacional que venga a quedarse con grandes extensiones de provincias como Corrientes o Misiones y en cambio, abrirle la puerta a esas inversiones pero desde otro lugar.
Arauco Argentina, en cambio, presiona para que se modifiquen las leyes para la tenencia de tierras y pueda adquirir grandes extensiones de bosques. Misiones trata de proponer una alternativa donde las grandes capitales se puedan asociar con los pequeños y medianos forestadores sin necesidad de que estos les vendan la tierra y, en muchos casos, sean desplazados de los lugares donde viven. “Las leyes actuales permiten la asociación y protegen los intereses del inversor”, afirma Gauto.
Es una mirada con desarrollo local, versus una mirada de mega-inversiones -con fuertes excenciones impositivas-, en manos de multinacionales orientadas básicamente a la exportación de pasta celulósica a mercados como China.
Macri está ansioso por lograr inversiones fuertes, que hasta ahora le fueron esquivas en cualquier otro sector que no sea energía. Arauco Argentina, cuya casa matriz ya avisó el año pasado que no tiene por ahora ningún plan para invertir en la Argentina, prepara el terreno con leyes, promociones y remoción de excenciones que le permitan el día de mañana -en un segundo mandato de Cambiemos, quizás- poder concretar un gran proyecto con ventajas importantes.
Se trata de poner en la balanza cuánto se gana y cuánto se pierde con una inversión de este tipo. A pesar de que defiende su posición casi en soledad, en la Mesa Forestal el único actor que sabe a ciencia cierta qué se gana y qué se pierde con una industria tipo Arauco Argentina o Zucamor/Papel Misionero es Misiones. Que aún en franca minoría en la Mesa Forestal, está tratando de decir algo con su postura y con sus intervenciones. Aunque por ahora no la quieran escuchar mucho.
La Argentina de los extremos, sin políticas de Estado
Así es como la Argentina puede volver a pagar un precio altísimo por su tradición pendular. De un presidente que fue a hacerle “el aguante” a los asambleístas en Gualeguaychú y prohijó el bloqueo de un puente internacional durante años, apoyando los reclamos por una contaminación que hasta ahora nunca se corroboró, retrasando el desarrollo de un sector que tiene muchísimo potencial en la Argentina (en especial en Misiones y Corrientes), al otro extremo.
Otro presidente muy necesitado de anunciar inversiones y buenas noticias, en un país en crisis, con una deuda a futuro que genera muchas dudas respecto a si es o no sustentable, dispuesto a entregar lo que le pidan. Siempre y cuando no sea dinero.

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Industria papelera con empresarios locales: cómo conseguir u$s 1000 millones y desarrollar un negocio con mirada nacional

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Gustavo Cetrángolo es empresario forestal y presidente de Ysyry Cuatiá, el ambicioso proyecto integrado por empresarios pyme misioneros y correntinos para construir una moderna industria papelera y pastera en la localidad de Ituzaingó. A pedido de Economis, escribió un artículo donde explica cómo empresarios pymes locales pueden tomar un negocio que hasta ahora se considera posible únicamente para grandes multinacionales o fondos del exterior.

Desarrollo de la industria papelera con empresarios locales: Cómo conseguir u$s 1000 millones y desarrollar un negocio con mirada nacional

Por Gustavo Cetrángolo *
¿Puede una empresa pyme en la Argentina crecer y convertirse en grande? ¿Cuáles son las dificultades y desafíos? ¿Pueden empresarios chicos y medianos conseguir grandes sumas de capital con el apoyo de gobiernos provinciales y realizar una mega-inversión reservada en la Argentina solo a los grandes grupos multinacionales del extranjero?
En diciembre de 2015 se instala un Gobierno con una orientación económica supuestamente amigable con el mercado, esto generó una gran expectativa en cuanto a la llegada de inversiones. Pero las lluvia de inversiones nunca llegó.
Solo se concretaron inversiones en infraestructura, energía y en aquellas actividades donde el Estado Nacional actuaba de garante de las mismas, ya sea con garantías o con regulaciones de tarifa y subsidios.
El resto de las inversiones fueron realizadas por PYMES agropecuarias e industriales nacionales en la medida de sus disponibilidades de capital y/o acceso al mercado financiero.
Lo que no sucede desde hace muchos años en la Argentina es que una empresa mediana, pueda crecer y hacerse grande, gracias al acceso a fuentes de capital que le permitan hacerse cargo de grandes proyectos.
En la Argentina, las salvo media docena de empresas locales (YPF, PanAmerican, Arcor, Telecom, Techint o el Grupo Clarín) es imposible que una compañía pueda concretar un proyecto nuevo que insuma inversiones de 1.000 millones de dólares.
Esto deja afuera de los negocios y proyectos importantes a muchos empresarios argentinos que viven y trabajan en este país, que tienen hijos y nietos y que van a reinvertir en en lugar donde viven. Todo queda reservado a los grandes grupos multinacionales, que además pueden no venir, como sucede ahora. O si vienen, tienen una mirada de desarrollo mucho menos comprometida con el medio en el que operan, que un empresario local.
Pero no siempre fue así en nuestro país. Hasta mediados de los años 70, había modelos de inversión en el que los estados (Nacional y provincial) se comprometían a apuntalar al empresariado argentino para crecer y poder tener un desarrollo en industria pesada: acero, aluminio o pasta celulósica.
Como es de público conocimiento, desde hace un buen tiempo venimos trabajando con un grupo de empresarios de Misiones y Corrientes en un gran proyecto para instalar una planta de celulosa y papel kraft.
Se trata de una industria altamente capital intensiva. Se requieren inversiones mínimas de 1000 millones de dólares.
Salvo el capital, la Argentina tiene todo lo demás. Los empresarios que conocen el negocio y el territorio, el know-how, los recursos humanos y los árboles.
Eso es Ysyry Cuatiá (nombre en guaraní que significa ríos de papel), un intento por cambiar la historia de las inversiones en nuesetro país. Argentina para los argentinos. Queremos hacer un proyecto en nuestra tierra, con nuestra gente, y no dejar que esas posibilidades de desarrollo sean tomadas únicamente por una gran multinacional del exterior, por el simple hecho de que hay que realizar una inversión de gran magnitud.
Pensamos que, al igual que sucedió hasta los años 80, el Estado nacional y los estados provinciales pueden involucrarse y participar, aunque de una manera algo distinta.
Un Co-operador local y un CEO argentino
Veamos el caso de las negociaciones por Ysyry Cuatiá.
Una vez elaborado el proyecto por una consultora de nivel internacional, reconocida por todos los bancos de inversión de mundo, se comenzaron negociaciones con inversores sectoriales extranjeros. Todos han reconocido que el proyecto es “Sólido, oportuno y con buena infraestructura”. Pero a la hora de arriesgar el dinero, se detienen. Sobre todo en la Argentina de la corrida bancaria, la fuga de capitales y el doble salvataje del FMI.
Pero la historia nos dice que hay otros caminos.
 ¿Qué nos dice la historia?
La verdad es que en la Argentina en todos los grandes proyectos celulósico-papeleros participó el Estado Nacional activamente. Y es natural, porque ningún privado puede tener acceso a semejante suma de capital.
Tomemos solamente el caso de Alto Paraná SA hoy llamada Arauco Argentina y controlada por ese grupo de origen chileno.
En la década del 70 un grupo de empresas papeleras que eran importadoras de celulosa como materia prima, lideradas por Celulosa Argentina SA constituye una sociedad compuesta por participación de empresas PYMES en función de su historial de importación de pasta. Por una ley de promoción sectorial, aprobada por el Congreso de la Nación se les concedió una serie de beneficios para ejecutar el proyecto. El decreto 1177/74 detalla los mismos:

  • Diferimiento del IVA ventas de las empresas socias del proyecto que iban a la inversión
  • Diferimiento del IVA ventas de Alto Paraná una vez que entrara en producción.
  • Avales del ex Banco Nacional de Desarrollo para las compras de equipos al proyecto.
  • Exención del impuesto a los sellos
  • Tratamiento especial para los inversionistas del Impuesto a las Ganancias
  • Créditos a mediano y largo plazo a tasas promociónales con garantías supletorias
  • Reducción del Impuesto a las Ganancias

Este esquema fue derogado en 1977. Alto Paraná comenzó a operar en 1984 y en 1996 fue vendida al grupo chileno Arauco. Después de esto nunca más se construyó una fábrica de celulosa en la Argentina. Pero si florecieron en los países que nos rodean: Chile, Brasil y Uruguay.
Hoy la Argentina tiene el potencial y la materia prima para levantar 2 o 3 plantas como Alto Paraná (en rigor, con el triple de capacidad). ¿Por qué resignarse a que estos negocios sólo pueden ser ejecutados por capitales extranjeros cuando lo pueden hacer empresarios locales? Sea el proyecto de Ysyry Cuatiá, o sea otro proyecto impulsado por hombres de negocios argentinos, con familias y descendientes en esta tierra. Con amigos y parientes. Con una mirada mucho más comprometida por lo nuestro.
¿Qué camino podemos seguir?
Visto que los inversores internacionales no llegan para realizar con financiamiento corporativo el 100% del proyecto, solo queda desarrollar un proyecto nacional, con la participación de un operador extranjero bajo un sistema distinto de financiación. En ese caso los empresarios locales seríamos los facilitadores y también co-operadores de la futura industria. Pensamos incluso que el CEO podría ser también un argentino que podría salir del grupo de empresarios locales o ser designado por estos.
El denominado sistema de “Financiamiento de Proyectos” permite crear una entidad independiente que sería financiada mediante contribuciones de distintos orígenes.
Por ejemplo, Japón a través de su agencia de ayuda  JICA propuso para Uruguay el siguiente esquema:
      30% Capital Propio compuesto de la siguiente manera:

  • 10% el Estado Uruguayo
  • 10% Socio/s Nacional/es
  • 10% Socio operador extranjero
  • 70% Financiamiento compuesto de la siguiente manera:
  • 35% por un Organismo Multilateral de Crédito (Banco Mundial, BID, CAF , etc)
  • 17,5 % Bancos privados sindicados por el Organismo Multilateral.
  • 17,5% Por un organismo financiero del Estado uruguayo.

Durante la ejecución del proyecto (de 2 a 3 años) el Estado Nacional debería generar garantías y avales para los créditos que se han tomado. Después de ese período el propio proyecto pasa a ser la garantía liberando al Estado Nacional de las mismas.
Como vemos, aquí, la participación del Estado Nacional es clave, no como empresario, sino como facilitador del desarrollo y de la inversión en aquellas áreas donde la financiación privada y de largo plazo no existe, es un típico caso de los que se denomina Subsidariedad del Estado en una Economia de Mercado.
Este desarrollo implica un fuerte compromiso de muchos actores. En primer lugar los empresarios, líderes en llevar a cabo un proyecto industrial en un ambiente de negocios no tan amigable. Pero también el Estado Provincial y el Nacional.
Debemos entender que a través de este sistema se crea una empresa de raíces nacionales y locales donde el flujo de las ganancias del proyecto vuelve al lugar, contribuyendo en forma importante al desarrollo local.
Se trata de pensar en el desarrollo industrial de la Argentina, sin dejar afuera a los empresarios argentinos.
*Gustavo Cetrángolo es ingeniero forestal, empresario y presidente de Ysyry Cuatiá, el ambicioso proyecto integrado por empresarios pyme misioneros y correntinos para construir una moderna industria papelera y pastera en la localidad de Ituzaingó. A pedido de Economis, escribió un artículo donde explica cómo empresarios pymes locales pueden tomar un negocio que hasta ahora se considera posible únicamente para grandes multinacionales o fondos del exterior. Es consultor de empresas forestales, conferencista y fue ejecutivo en grandes compañías, como Pecom Forestal. 
 
 

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Arauco Argentina: Un directivo explicó cómo soporta la crisis y qué falta para que invierta en un nuevo proyecto la empresa más grande de Misiones

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¿Cómo le impactó la crisis a la empresa más importante de la provincia? ¿Qué medidas tomó para sobrellevar estos momentos delicados de la economía? ¿Qué falta para que se decida a invertir en nuevos proyectos con gran impacto en nuevos puestos de trabajo?
Como gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de Arauco Argentina, Pablo Ruival es uno de los principales directivos de la empresa más grande de Misiones. En una entrevista exlusiva con Economis, Ruival respondió a estas preguntas y dejó varias definiciones.
El directivo explicó que los grandes capitales de este sector no llegan aún a la Argentina porque hace falta modificar la ley de tierras que restringe la compra por parte de extranjeros.
Sobre la crisis, contó que impactó especialmente en la línea de negocios de tableros, más volcada a mercado interno. En tanto el negocio de la exportación compensó un poco esa caída. Además, volcaron más producción de su aserradero (el más grande del país) también al negocio externo.
Ley de tierras
“La ley de tierras inhabilita a capitales extranjeros a la compra de tierras, cuando uno hace un proyecto de celulosa invierte 2.000 o 2.500 millones de dólares de los cuáles básicamente 2.000 millones de dólares son en fierros adheridos al piso, que uno no puede llevarse a otro lado, y unos 500 millones de dólares son para asegurarse el abastecimiento (mediante la compra de bosques) por lo menos de una porción del consumo de madera que necesita esa planta”, explicó Ruival, licenciado en Administración de Empresas por la UCA.
“Uno no puede concebir invertir sin tener asegurado una porción del abastecimiento, si no estpan habilitados a comprar tierras, (los capitales extranjeros) difícilmente puedan invertir”, explicó el directivo, que empezó a trabajar en Arauco Argentina en el 2002.
Ruival también señaló un segundo escollo para la llegada de inversiones en proyectos nuevos. “Para recibir inversiones en gran escala, el negocio forestal tiene que verse como un negocio integral, uno no puede analizar peuqueñas explotaciones o la generación de electricidad solas, o un aserradero sólo, o tableros solos. Uno tiene que hacer un uso integral del árbol, con lo cual hay que considerar celulsa, tablero, aserradero y energía en su conjunto. Eso nos da ventajas competitivas para poder salir al mundo, para eso se requiere reglas claras y estables”, explicó.
Ruival dialogó con Economis en el Campo de Polo la semana pasada, donde la Asociación Forestal Argentina (AFOA) celebró su cocktail de fin de año inmediatamente después de la sexta reunión de la Mesa Forestal con el presidente Mauricio Macri. En esa reunión Osvaldo Vasallo, el titular de AFOA, dejó en claro que celebran el diálogo con la Casa Rosada, pero que el sector no logró en estos tres años de la gestión de Cambiemos que llegaran mega-proyectos de inversión, como los que requiere la instalación de una planta de pasta celulosa.
Sin embargo, Ruival destacó las inversiones que año a año realiza la empresa en el país, aunque para fortalecer los proyectos ya en marcha. “Nosotros igual seguimos invirtiendo siempre, concretamente en Arauco Argentina tenemos inversiones de entre 30 y 50 millones de dólares todos los años, Arauco como grupo sigue apostando en la Argentina”, dijo Ruival.
-¿Qué balance hacen del año?
-Fue un año difícil desde ya, especialmente para todo el negocio de tableros. Desde hace muchos años este negocio se ha convertido como un producto de venta local y regional, por la gran cantidad de plantas que se han instalado en el mundo. Es muy difícil exportar en grandes cantidades. Cuando se retrae el mercado interno, ese mercado (tableros) sufre la caída. En el aserradero la crisis la hemos paliado porque tomamos una decisión a tiempo de volcarnos más fuertemente al mercado externo. En líneas generales el aserradero nuestro exporta desde siempre el 50 por ciento de su producción. Ahora incrementamos esa participación y actualmente entre el 75 y el 80 por ciento de la producción la destinamos a exportación.
-¿Y en el negocio de la pasta celulósica?
-En celulosa seguimos con la misma participación entre el mercado interno y externo, la devaluación mejoró costos operativos que estaban en pesos. El resto, como los costos logísitco que están en dolares, siguen igual. Fue un año de valores de celulosa relativamente buenos y eso nos ayudó a poder enfrentar esta crisis en una situación un poco más ventajosa.
-¿Qué importancia tiene la renovación de la Ley 25.080 (que ayer se prorrogó por 10 años)?
-La ley 25.080 tiene varias facetas, desde aportes no reintegrables que son importantes para los pequeños forestadores, hasta otras facetas que para nosotros son más importantes.
-¿Cómo cuáles?
-Como el tema de la estabilidad fiscal. Uno planta árboles para cosechar a partir de 15 o 20 años, la ley 25.080 con la estabilidad fiscal no otorga beneficios impositivos, lo que dice es: que su foto impositiva cuando coseches esos árboles dentro de 15 o 20 años no va a ser  distinta del momento en que tomaste la decisión, eso no es menor en la Argentina.
-¿Qué balance hacen de la sexta reunión de la Mesa Forestal con Macri?
-Desde ya que fue una reunión muy productiva, es un proceso muy bueno, esta es la sexta reunión con el Presidente y el hecho de que haya puesto de su agenda desarrollar la foresto industria es una señal muy buena que no habíamos tenido antes en la Argentina, estamos recorriendo un camino constructivo. Lentamente van habiendo avances en los distintos temas, de logística, legales, temas de Medio Ambiente, lentamente, pero avanzamos.
Ruival, en diálogo con Economis en el Campo de Polo la semana pasada. Detrás, las tribunas de la cancha más importante del mundo, donde en pocos días se define el 125° certamen.

Por Fiorella Lotti (Especial para Economis)

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