Reorganización en Cultura: Milei avanza con una reestructuración técnica y federal
El Decreto 531/2025 oficializa una profunda reorganización administrativa, funcional y normativa de la Secretaría de Cultura de la Nación, con cambios claves en el Instituto Nacional del Teatro, el Parque Tecnópolis, y las bibliotecas populares.
El Gobierno nacional, a través del Decreto 531/2025 publicado el 4 de agosto en el Boletín Oficial, introdujo una reconfiguración integral de la Secretaría de Cultura dependiente de Presidencia. La medida, firmada por el presidente Javier Milei y el ministro Guillermo Francos, redefine la estructura organizativa de primer y segundo nivel, con el objetivo declarado de optimizar funciones y evitar duplicidades, sin incrementar la cantidad de unidades organizativas dentro de la Administración Pública Nacional.
Este rediseño se enmarca en las facultades otorgadas por la Ley N° 27.742 de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, y responde a los lineamientos de simplificación, eficiencia y desregulación impulsados desde el Poder Ejecutivo.
Desde principios de año, la Secretaría de Cultura ha sido blanco de varias modificaciones estructurales, producto de la fusión, transformación o disolución de organismos descentralizados dictadas por los Decretos 345 y 346/2025. La nueva norma consolida esa transformación, actualizando objetivos, responsabilidades y relaciones jerárquicas en todos los niveles.
El decreto deroga una decena de normas anteriores —entre ellas el Decreto 1078/1989 y la Resolución 827/2017 del INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO—, en un intento por unificar criterios organizativos y legales dispersos. También se readecúan funciones en el marco del Convenio Colectivo del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP), homologado por Decreto 2098/08.
Cambios clave: Teatro, Bibliotecas y Monumentos
Uno de los puntos más relevantes de la reforma es la actualización de los objetivos y funciones del Teatro Nacional Cervantes, que ahora deberá no solo difundir la cultura escénica sino también fomentar la dramaturgia nacional y realizar investigaciones teatrales sobre el patrimonio cultural argentino.
También se redefinen las funciones del Instituto Nacional del Teatro, que pasa a tener dos nuevas direcciones:
- La Dirección de Gestión Operativa y Fortalecimiento Teatral, encargada de la articulación administrativa, legal y presupuestaria del Instituto.
- La Dirección de Políticas de Desarrollo de las Artes Escénicas, que será la responsable de implementar y evaluar los beneficios establecidos por la Ley Nacional del Teatro N° 24.800.
Asimismo, se refuerza la estructura de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares, incorporando direcciones específicas para la gestión bibliotecológica y la evaluación de políticas de fortalecimiento federal.
En cuanto a patrimonio histórico, la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos ve reforzadas sus facultades de fiscalización y resguardo, con participación vinculante en la gestión legal y física de bienes protegidos.
Tecnópolis y cultura federal: más control y planificación
Otro eje central del rediseño es el Parque Tecnópolis del Bicentenario, que se organiza ahora con tres direcciones específicas:
- Planificación y Programación
- Mantenimiento e Infraestructura
- Producción y Logística
La reestructuración también contempla la consolidación de espacios culturales estratégicos como el Centro Cultural Borges y el Palacio Libertad – Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento, dotándolos de nuevas unidades de planificación y producción propias.
Además, se jerarquiza el área de Integración Federal y Cooperación Internacional Cultural, con nuevas competencias para el diseño de políticas culturales federales e internacionales, fortaleciendo el rol de la Secretaría como coordinadora de estrategias entre Nación, provincias y municipios.
Desde una perspectiva técnico-institucional, el decreto plantea una estructura más racional, con criterios claros de competencias por áreas, aunque también puede interpretarse como una centralización operativa bajo el ala de Presidencia. La creación de nuevas unidades organizativas en áreas específicas es compensada con la eliminación o fusión de otras, cumpliendo con la directiva de no aumentar el tamaño del Estado.
El rediseño tiene como fundamento la necesidad de contar con una administración cultural “moderna, eficiente y federal”, con foco en la rendición de cuentas, el cumplimiento normativo y la planificación estratégica de actividades culturales.
Escenarios: ¿consolidación o resistencia sectorial?
A mediano plazo, este rediseño abre interrogantes sobre su aplicación efectiva y la aceptación de los sectores culturales afectados, en particular aquellos con fuerte tradición de autonomía institucional como el Teatro Nacional Cervantes o el Instituto Nacional del Teatro.
Desde el Gobierno aseguran que no habrá despidos masivos ni desfinanciamiento, aunque el artículo 9 del decreto aclara que el personal alcanzado por la medida está sujeto a las previsiones del artículo 11 de la Ley N° 25.164, que regula los derechos y deberes del empleo público en reestructuraciones. La referencia a “estabilidad” no es menor en el actual contexto de racionalización del gasto.
El decreto ya está vigente y su cumplimiento será monitoreado por la Dirección Nacional de Diseño Organizacional (Secretaría de Transformación del Estado) y la Oficina Nacional de Presupuesto del Ministerio de Economía, que participaron en su elaboración.
En paralelo, cada área deberá implementar los cambios operativos, administrativos y funcionales detallados en los más de siete anexos técnicos que acompañan el decreto.
El éxito de la medida dependerá de la capacidad de articulación entre las nuevas direcciones, la agilidad en la reasignación de recursos y la legitimidad que logre construir entre los agentes del sector.

