El dorado, de símbolo de conservación a especie invasora en el Iguazú
Por Giovanna Adelle, Terra da Gente. El dorado (Salminus brasiliensis), conocido como el “rey del río” y uno de los íconos de la conservación en América del Sur, podría estar convirtiéndose en una amenaza en una de las regiones con mayor diversidad ictícola de Brasil.
Un estudio publicado en la revista Neotropical Ichthyology confirmó su presencia en el río Iguazú, en el estado de Paraná, un ecosistema donde no habita de forma natural debido a la barrera geográfica que representan las Cataratas del Iguazú. La investigación fue dirigida por el profesor Iago Vinicios Geller, de la Universidad Estatal de Londrina (UEL), en colaboración con la Universidad Federal de Paraná (UFPR).
“Aunque es nativo de la cuenca del Río de la Plata y del Paraná, el dourado no pertenece al Iguazú. Las cataratas han aislado a su fauna durante milenios, permitiendo la evolución de especies únicas. La presencia de esta especie es reciente y por lo tanto invasora”, explicó Geller.
La cuenca del Iguazú alberga 93 especies nativas de peces, de las cuales 80 están registradas formalmente. Entre ellas, 17 figuran con algún grado de amenaza de extinción en la Lista Roja de la UICN.
La mayoría son peces pequeños, como los conocidos “lambaris”, especialmente vulnerables frente a un superdepredador como el dorado, cuyas hembras pueden alcanzar los 26 kilos.
“El lambari es un nombre popular para más de 20 especies diferentes. Su abundancia no garantiza que la diversidad se mantenga. Sin medidas de conservación, podríamos perder parte de este patrimonio biológico único”, advirtió el investigador.
La ciencia ciudadana como herramienta
El trabajo científico se nutrió de registros compartidos por pescadores en redes sociales como Instagram, Facebook y YouTube. Entre 2013 y 2023 se recopilaron 243 registros en 15 municipios de la cuenca, en sus tramos alto, medio y bajo.
El equipo descartó publicaciones duplicadas o de carácter promocional para garantizar la confiabilidad de los datos. Según Geller, el objetivo no fue medir abundancia, sino confirmar la presencia de la especie en distintos puntos del río.
En Paraná, el dorado goza de protección legal total, incluso en la cuenca del Iguazú, donde se lo considera invasor. Para los investigadores, esta situación es un error de la legislación vigente.
“La fiscalización y la regulación son insuficientes. A pesar de las advertencias, no se tomaron medidas concretas”, cuestionó Geller.
Ante este escenario, el diputado Goura (PDT) presentó un proyecto de ley que habilita la pesca del dorado en la cuenca del Iguazú y en el litoral del estado, mientras se mantiene la protección en las cuencas donde es nativo.
Un futuro incierto
El estudio también proyectó escenarios futuros a través de modelos computacionales, que anticipan un panorama preocupante: con el cambio climático, las condiciones del río Iguazú serían aún más favorables para el dorado que en su propia región de origen.
“En todos los escenarios evaluados, el Iguazú y otras áreas del sur, como Santa Catarina, seguirán siendo altamente propicias para la especie. Esto refuerza la necesidad de medidas urgentes de control”, concluyó el investigador.
El dorado, emblema de los ríos sudamericanos, enfrenta así un giro inesperado en su historia: de ser símbolo de conservación a transformarse en un riesgo para uno de los ecosistemas más singulares del continente.

