Compras de armamentos, geopolítica y neoliberalismo

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Otro nuevo escándalo, de los enésimos e innumerables que protagoniza en serie el actual e impresentable gobierno neoliberal que maneja a Argentina como un feudo, con leves tintes de democracia formal. Este escándalo público, semi tapado por los “medios adictos” que blindan mediáticamente al establishment, es el de la mega compra de armamentos tramitada con sordina ante EEUU.
De lo mucho que se conoció y opinó del tema, sobre todo en un par de medios televisivos porteños no “alineados” con el oficialismo, y de lo que pudo leerse, queda en claro que los análisis e informes omitieron varios aspectos de suma importancia, así como que hubo algunas afirmaciones tajantes que pecan de erróneas y/o escasas de fundamentos. Muchos de esos errores y omisiones de apreciación, tienen que ver con el desconocimiento generalizado que existe acerca de la temática geopolítica, tratada con rigor científico y no como mero marco referencial formal y muchas veces usado como envoltorio de análisis huecos o muy superficiales. Un análisis profundo y bien fundamentado, requeriría al menos un muy extenso artículo. Intentemos resumirlo en pocas páginas.
Una de las más repetidas críticas a esa operación (aparentemente frustrada) es la supuesta inexistencia de hipótesis de conflicto, lo cual es una incongruencia que solo décadas de manipulación de la información pudo instalar. ¿Ausencia de hipótesis de conflicto, con tres archipiélagos usurpados y ocupados agresivamente, transformado uno de ellos en una gigantesca base militar dotada de capacidades agresivas…, y lo mismo en lo referente a la plataforma continental hoy en parte bajo control británico y de la OTAN…, y las pretensiones británicas sobre la Antártida…, y el accionar agresivo de los araucanos devenidos en “mapuches” con letra y posiblemente financiación británica, desconociendo la soberanía argentina en La Patagonia? Un eventual alzamiento “independentista” mapuche, con libreto británico, fácilmente podría ser apoyado militarmente desde las usurpadas Malvinas…¿eso no es una clara hipótesis de conflicto? La amenaza concreta del acuerdo de “defensa” firmado con EEUU, que autoriza a esa potencia a intervenir en asuntos internos, tal como denunció la patriota Elsa Bruzzone, del CEMIDA (1) ¿no es una hipótesis clara de conflicto? Las mentes calenturientas de algunos militares chilenos, no muy diferentes a la de algunos proceseros-macristas (2) de este lado de Los Andes, ¿no son una hipótesis de conflicto?
En otro contexto, el volumen y los ítems de los eventuales equipamientos bélicos, son totalmente compatibles con un país de dimensiones continentales como Argentina, máxime teniendo presente que a 35 años todavía no se repusieron las pérdidas de valiosos equipos que provocó la Guerra del Atlántico Sur; lo cual no significa avalar ni la metodología ni el encuadre geopolítico dentro de los que se avanzó para ese intento de equipamiento.
En el marco de crisis socio económica generalizada, en el que la actual política económica excluyente provoca cientos de miles de nuevos desocupados y de nuevos pobres y marginados totales, y en el que se pretende “hacer hocicar” (3) a los docentes para que acepten salarios miserables, sin duda la soterrada tramitación para gastar 2.000 millones de dólares, en una operatoria nada 
transparente y sin cotejar precios y calidades con otros eventuales proveedores, es una más de las tantas burlas infames con las que a diario el neoliberalismo agrede a los argentinos.
La explicación oficial que “es armamento para combatir el terrorismo” es tan infantil que no merece mayores explicaciones, pues el listado es básicamente de equipos pesados, no el usual en la lucha antiterrorista de baja intensidad; y por otra parte, hoy no existe terrorismo bélico en Argentina, existe sí el terrorismo
 económico neoliberal, tal como lo explican Naomí Klein y Viviane  Forrester, además de nuestro Aldo Ferrer entre otros muchos autores muy calificados…¡y ese terrorismo no se combate con las armas, se combate con medidas políticas y las movilizaciones sociales, como las que estamos viendo en estos días en Argentina!
Ante la repulsa que produjo la divulgación de ese proyecto de mega
adquisición de armamentos y su contexto (cero promoción de la industria argentina; subordinación explícita a EEUU; y la magnitud de la inversión, en el marco de miseria generalizada actual provocado adrede por la política económica vigente), el gobierno argentino, por medio del Ministro de Defensa, salió presuroso a negar la operatoria, pese a las contundentes pruebas exhibidas por el periodista Roberto Navarro y su equipo de C5N, quien ya había denunciado otros muchos entuertos varios del actual equipo gobernante.
Pero lo que se omitió totalmente (o al menos si existió tuvo escasísima repercusión) es el debido análisis geopolítico del tema.
Que Argentina necesita recomponer las capacidades de defensa no admite ninguna discusión. Después de Malvinas, con el país en crisis profunda y creciente durante aquel cuarto de siglo neoliberal, y con las encubiertas pero evidentes presiones de Gran Bretaña para evitar como sea nuestro rearme, mientras Cavallo y otros personeros del neoliberalismo salvaje desactivaron casi por completo el complejo industrial y tecnológico de Fabricaciones Militares, a la vez diversos intentos de adquisiciones de materiales bélicos fueron bloqueados por Gran Bretaña y entorpecidos por el bloque de la OTAN. Para la maltrecha Fuerza Aérea, apenas se nos permitió comprar unos pocos vetustos Skyhawk A4 (aviones 
subsónicos de los años ’50, similares a los que soportaron el grueso de las misiones bélicas en Malvinas) modernizados con un nuevo sistema de radar; y poco más. La Marina está virtualmente inactiva por falta de mantenimiento y escasez aguda de presupuesto, desde larga data. El Ejército posiblemente sea la menos comprometida operativamente de las tres Armas, pero tampoco parece estar en condiciones óptimas.
Objetivamente, en los doce años tan denostados -por el establishment- de los Kirchner, luego de paliado el desmadre heredado de los primeros años, algunas inversiones de cierta importancia pudieron verse en las FFAA y FFSS, siendo fácilmente perceptibles en lo que hace al material rodante (muchos autos nacionales para las FFSS, camionetas simple y doble tracción, camiones de dos y tres ejes y vehículos pequeños de enlace también de industria argentina; además de vehículos militares Agrale de producción brasileña), y seguramente diversos equipamientos tecnológicos, todo lo cual en pesos a valores constantes duplicó el monto de las inversiones en el rubro Defensa (4).
Por otra parte, no fue un dato menor que el complejo tecnológico industrial de Fabricaciones Militares se había vuelto a poner en marcha, con varios proyectos en curso, todo lo cual fue desactivado apenas comenzado el macrismo, hecho deplorable lamentablemente festejado en el sector de los nada pensantes proceseros – macristas…¡y se dicen “patriotas”! Pero les cuesta tanto razonar…
Los astilleros, paralizados por el neoliberalismo crudo del menemato, habían vuelto a reactivarse, siendo posiblemente el ítem más destacado la restauración y mejoramiento del buque rompehielos Almirante Irizar, el cual por motivos que rayan lo absurdo aun no fue reincorporado al servicio activo.
FADEA, la ex Fábrica Militar de Aviones, luego de haber sido puesta bajo las órdenes de la norteamericana Lockheed Martin en los años ‘90 (a resultados de cuya gestión no se produjo ninguno de sus proyectos, e incluso habrían sido desechados valiosos componentes de los versátiles y probados Pucará), fue reestatizada, avanzando en varios proyectos que lamentablemente no se concretaron en producciones en serie, posiblemente el mas importante el del Pampa III, avión de entrenamiento avanzado y caza liviano, y la repotenciación de los Pucará. Fue importante reestatizar FADEA, pero su accionar no estuvo a la altura de las circunstancias, como en cambio sí ocurrió con otras producciones tecnológicas de gran valor estratégico fuertemente impulsadas entre 2003 y 2015, como la nuclear, satelital, vectores (cohetería espacial), radares, etc.
Con la vuelta del neoliberalismo, se volvió a paralizar totalmente a FADEA, e incluso se desactivó la treintena de Pucará que estaban en servicio, y se congelaron otros proyectos.
Desde lo geopolítico, es un absurdo profundizar la dependencia de la Defensa Argentina, de equipamientos y tecnologías de la OTAN, habida cuenta que esa organización bélica tiene posturas clara y abiertamente antiargentinas, y a favor de Gran Bretaña, uno de los integrantes principales de la misma.
Tampoco es lógico depender de equipamientos e insumos israelíes, pues si bien el pequeño y militarizado Estado no se sumó al boicot antiargentino en plena guerra, hoy está contribuyendo a equipar a la “fortaleza Malvinas” con materiales bélicos de alta tecnología, con lo cual adoptó una postura contraria a nuestros Intereses Nacionales.
Rusia y China son los únicos países grandes productores de armamentos y tecnologías de defensa, que no tienen intereses geopolíticos contrapuestos con los de Argentina. Un par de escalones por debajo desde lo tecnológico, India también calificaría al efecto.
En el gobierno de CFK (5) se efectuaron algunas compras menores de equipamientos en Rusia (helicópteros pesados de transporte; cuatro barcos de transporte, dos de ellos con cascos reforzados aptos para La Antártida; y poco más); pero lamentablemente no se tuvo la decisión de concretar el canje por cereales de 24 cazas bombarderos de cuarta (+) generación (6) Sukhoi ofrecido por el presidente Putin, ni el centenar largo ¿115? de tanques sobre ruedas que se planificó comprarle en ventajosas condiciones a China, entre otros equipamientos.
Pero como el actual empresario puesto a presidente, expresó con todas las letras que “no entiende de problemas de soberanía”, y dado que el accionar del actual gobierno que preside da muestras a diario del desprecio total que siente acerca de todo lo relacionado con la soberanía argentina, mientras teje acuerdos con Gran Bretaña, EEUU y la UE en general, claramente lesivos para los Intereses Nacionales Argentinos (“por sus obras los conoceréis”, dijo El Maestro de Palestina); queda muy en claro que las cuestiones de soberanía y los principios elementales de geopolítica nacional no solo no le interesan, sino que los desconoce adrede y abiertamente.
La geopolítica puede ser definida como la ciencia de la soberanía nacional, y el neoliberalismo es claramente una doctrina político – económica abiertamente opuesta a toda expresión de soberanía, es muy claro que el actual gobierno argentino, que practica un neoliberalismo recargado y exacerbado, no puede tener ni tiene intención alguna de defender la soberanía nacional.
Ningún análisis geopolítico argentino serio y bien fundamentado, puede omitir la prioritaria necesidad de denunciar el Tratado Angloargentino de 1825 (¡ni Rosas no hizo!); así como los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas, analizados exhaustivamente por el patriota Dr. Julio Carlos González en su libro homónimo (7); respetabilísima persona que tengo el gran honor de conocer y con quien platiqué amable y extensamente en dos oportunidades.

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