Misiones fue sede de un inédito encuentro de comunidades aborígenes para reflexionar sobre tierra, medioambiente y derechos
La apertura del encuentro denominado “Saberes ancestrales para el buen vivir” tuvo lugar esta mañana en el Salón de las Dos Constituciones del Parlamento Misionero. Reunió a caciques de la comunidad Mbya Guaraní de Misiones; de pueblos originarios de Chaco, Corrientes, Formosa y Córdoba; y de países latinoamericanos.
Un encuentro intercultural inédito. Rostros curtidos, semblantes mbya, quom, maká, dialectos intactos pese al paso del tiempo y tradiciones perennes, lo mismo que las demandas que son transversales. La primera Asamblea de Saberes Ancestrales se realizó en la Legislatura misionera en la mañana del miércoles, con líderes de toda la región, Misiones, Chaco, Formosa, Brasil y Paraguay, para reflexionar y gestionar propuestas que fortalezcan sus derechos a la educación, la salud, la prevalencia de su identidad y el cuidado del medio ambiente.
El disparador del encuentro fue la devastación del Amazonas brasileño, arrasado por el fuego y la complacencia de Jair Bolsonaro. En Mato Groso se realizó una asamblea idéntica y las conclusiones de ambos encuentros serán elevadas al cónclave PanAmazónico que se hará el año que viene en Colombia.
Las comunidades, pese a su diversidad, mantienen demandas históricas muy parecidas: preservación del medioambiente, acceso y regularización del dominio de sus territorios y preservación de la cultura ancestral.
La asamblea fue convocada por Alejandro Tomás Méndez, el mburuvicha, o cacique, de la comunidad Yraká Mirí de Concepción de la Sierra, y la diputada Mariela Aguirre actuó de enlace con las autoridades regionales.
Méndez abrió el encuentro en un guaraní autóctono, su lengua materna. El joven líder nació en la comunidad guaraní Antonio Ramírez de Fracrán. Es el actual mburuvicha de la aldea Yraká Mirí, que en castellano significa “arroyo chico”. Ésta es una de las 74 comunidades Mbyá Guaraní que hay en Misiones, con más de diez mil habitantes en total.
Fue él quien convocó a sus pares de otras comunidades, a través de la Red de Caciques, que se gestó a partir del contacto mediante Facebook. “Desde hace muchos meses venimos hablando con otros líderes para poder juntarnos en nuestra lucha” aclaró Méndez.
El dato tecnológico es una paradoja que atraviesa a las comunidades: necesario para comunicarse, dañino para la transmisión cultural. “En medio de una tormenta, la niña sacó el celular y justo cayó un rayo que la hizo temblar. Ahora tenemos que enseñarle que no se usa el celular en las tormentas y no le podemos enseñar nuestras costumbres”, cuestionó un anciano chaqueño.
Mendez dejó en claro que el propósito de la asamblea es generar propuestas, a través del intercambio reflexivo y la difusión de experiencias de las distintas comunidades, para fortalecer los vínculos sociales, políticos y económicos entre comunidades y mejorar la calidad de vida de los Pueblos Originarios.
Fue Jorge Acosta, miembro del equipo técnico de la Educación Autóctona Guaraní en Paraguay, quien tomó el micrófono y, al igual que Méndez, saludó y se presentó en guaraní.
El docente habló sobre la importancia de la educación autóctona. Primero calmadamente, y luego de forma más enérgica. “Tenemos que tener voz en el Estado, y para eso tenemos que ser profesionales. Es necesario formarse, prepararse. Pero esa preparación tiene que ser con y para la comunidad. No hay que olvidarse de las raíces de uno mismo”, expresó.
La primera parte de la asamblea tuvo como eje transversal la educación autóctona. Acosta, si bien defendió el derecho de los jóvenes aborígenes de poder estudiar y convertirse en profesionales, confesó que siente temor de que muchos de ellos, luego de obtener su título, abandonen y olviden a su comunidad.
“Algo que me da miedo es que la comunidad sea olvidada y abandonada una vez que sus integrantes hayan hecho una carrera en la universidad. Muchos no vuelven a la comunidad de donde salieron. Eso perjudica mucho a los niños, porque se quedan sin un ejemplo, sin un guía. Los conocimientos tienen que ser transmitidos de generación en generación. Solo así la comunidad podrá crecer”, expresó el docente.
Asimismo, Acosta se refirió a la importancia que tiene el cuidado del medio ambiente. “La selva para nosotros es nuestra casa. Sin la selva somos ciudadanos comunes. Cada planta tiene un significado para el pueblo. El desmonte debilita a nuestra comunidad. No sólo por un tema de salud y de territorio, sino también de educación. La selva es la base de nuestra educación. Por eso se tienen que terminar los desmontes”.
El docente culminó su ponencia destacando tres instancias esenciales a la hora de pensar la vida en comunidad: “Tener voz en el Estado, ser profesionales y no olvidar sus raíces”. Los aplausos no se hicieron esperar.
Llegó el turno de Isabel Paredes, representante de las comunidades aborígenes de Pampa del Indio. Una localidad situada en el extremo norte del departamento Libertador General San Martín, de El Chaco. Allí conviven comunidades Mocovíes y Wichís, además de los Pilagás, provenientes de Formosa.
Isabel ocupó su tiempo de ponencia para comentar todo el avance que lograron las comunidades de su región en cuanto a la educación autóctona. La representante contó que, en la provincia de El Chaco, existen diferentes instituciones educativas para los aborígenes, en las que se enseña en el idioma autóctono de las comunidades.
“Las comunidades de Pampa del Indio tienen la posibilidad de asistir a un Bachillerato para adultos, una escuela ecológica bilingüe y un instituto superior que cuenta con cinco carreras de grado. Además estamos impulsando un proyecto para tener una universidad indígena. Y todo eso lo logramos luchando. Porque es nuestro derecho como ciudadanos. Nuestra herramienta es el artículo 25, inciso 17 de la Constitución Nacional” manifestó.
En este artículo, al que Isabel se refiere como herramienta, se establece que le corresponde al Congreso “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural”.
De esta manera, las comunidades indígenas de Pampa del Indio encararon su lucha por una educación autóctona e inclusiva, logrando importantes avances. Allí pueden formarse aprendiendo directamente de sus pares, ya que hay entre 400 y 500 maestros aborígenes.
Para la ponencia que seguía, el cacique Alejandro Méndez hizo una mención especial. Se trataba del licenciado en Ciencias de la Educación Gerónimo Ayala, un referente de la comunidad Mbyá Guaraní. Los aplausos llenaron la sala una vez que éste se puso de pie para comenzar con su exposición.
El licenciado, antes de comenzar, comentó que el martes le entregaron la diplomatura en Gestión Educativa Especializada que realizó en Chile. La emoción afloró en aquel hombre que, con orgullo, agregaba que de los 150 paraguayos que viajaron a Santiago de Chile, él era el único perteneciente a la comunidad Mbyá Guaraní. Una vez más, los aplausos llenaron la sala.
Germán Ayala enfocó su discurso en el método educativo que se emplea en las comunidades indígenas de Paraguay. Mostró, en pantalla, imágenes de los niños aborígenes que asisten a las distintas escuelas bilingües de su comunidad.
El licenciado enfatizó sobre la importancia que tiene la ley 3231 promulgada en el año 2007 por la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), asegurando que las comunidades indígenas deben “explotar al máximo el espíritu de ésta ley que reconoce la educación autóctona como un derecho de los pueblos”. Fue, sin dudas, una de las ponencias más celebradas y aplaudidas.
Ya sobre el final, la diputada provincial Mariela Aguirre, tomó la palabra para agradecer y destacar el trabajo realizado por todas y cada una de las comunidades. Para luego proceder con la firma del “acuerdo de alianza de pueblos originarios de los países del Acuífero Guaraní”, con las propuestas y avances que surgieron de los intercambios entre las ponencias. El acta será presentada el año próximo en Colombia, cuando se realice, del 22 al 25 de marzo, el IX Foro Social Panamazónico, en Mocoa, Putumayo.
El objetivo fue discutir problemáticas en relación a la protección y equilibrio de los pueblos originarios de la región y generar propuestas para garantizar derechos, la conservación de la biodiversidad y del ambiente.
Los temas fueron trabajados por ejes: crisis ambiental y global; cuidado del aire, del suelo y del agua; de la biodiversidad, las personas y las comunidades; soberanía alimentaria y producción saludable de alimentos; Estado intercultural y plurinacional; y justicia social.
Como resultado, las organizaciones involucradas elaboraron un Acta acuerdo alianza de pueblos originarios del Acuífero Guaraní que será presentada en el IX Foro Social Panamazónico en Mocoa, Colombia, que se realizará del 22 al 25 de marzo de 2020.
La diputada provincial Mariela Aguirre, facilitadora de la actividad, felicitó por la convocatoria y organización a los caciques de Misiones; y manifestó la apertura de la Casa del Pueblo, “caja de resonancia de todas las políticas y necesidades de la sociedad”, en relación a los acuerdos “con las organizaciones que defienden los derechos de la madre tierra”.
El cacique de la comunidad Iraka Mirí de Concepción de la Sierra, Alejandro Méndez expresó satisfacción por la posibilidad de reunir “a los hermanos que día a día piensan para adelante”.
“La idea fue hacer un llamado sobre la necesidad de la madre naturaleza que nos está convocando a todos; porque la sociedad trata de reaccionar después de lo sucedido en la Amazonía, pero los pueblos originarios siempre nos mantuvimos como ambiente y convivimos armónicamente con la naturaleza”, expuso.
“No estamos en contra del desarrollo o de la tecnología, pero debe haber un equilibrio”, aseguró.
Informe Lautaro Paez.