En un contexto político y social cada vez más atravesado por la confrontación discursiva y la incertidumbre económica, la consultora Analogías difundió su último estudio de opinión pública correspondiente al mes de julio, con resultados que reflejan un creciente malestar social, una fuerte caída en la imagen presidencial y una crítica sostenida a los modos comunicacionales del gobierno nacional. Marina Acosta, directora de Comunicación de la consultora, analizó los principales hallazgos en diálogo con Open 101.7.

“El informe muestra un escenario muy crítico para el gobierno en términos de opinión pública. Cayó la valoración de la gestión, se deterioró la imagen del presidente y se consolida un fenómeno que ya habíamos detectado el año pasado, pero que ahora es mucho más visible: la desaprobación de los modos y formas de Javier Milei”, explicó Acosta. A esa percepción se suma una crítica cada vez más generalizada al programa económico, que muchos consideran insuficiente para mejorar las condiciones de vida.

Según el relevamiento, el 46% de los consultados desaprueba la gestión, mientras que solo un 38% la aprueba. La política económica recibe valoraciones entre “regular” y “mala”, aunque el panorama es todavía más negativo en áreas como salud, educación o ciencia. “El gobierno tiene un desempeño un poco mejor en lo económico, pero en otras áreas directamente recibe calificaciones muy negativas”, remarcó Acosta.

Uno de los datos destacados del estudio está vinculado a la petrolera YPF, tema que volvió a instalarse en la agenda pública por el juicio internacional que enfrenta la Argentina en tribunales de Estados Unidos. “Hay tres elementos clave: un alto nivel de conocimiento de la empresa, una imagen positiva que supera el 70%, y una ciudadanía dividida respecto de si el gobierno va a defenderla o no en el juicio. Este último punto muestra una polarización significativa y también muchas dudas”, señaló la directora de Analogías.

Consultada sobre la aparente disociación entre el rechazo a la gestión y la persistencia de cierto respaldo electoral, Acosta apuntó a un problema más profundo: “La Argentina atraviesa desde hace muchos años una crisis de representación política. Hay una gran cantidad de ciudadanos decepcionados con las políticas de Milei, pero también es cierto que la oposición —en particular el peronismo— no ha logrado capitalizar ese descontento. Cuando preguntamos quién es hoy el principal actor opositor, el peronismo aparece primero, pero se lo percibe desordenado y sin una agenda programática clara que logre seducir al electorado desencantado”.

En ese marco, el estilo confrontativo del presidente aparece como un límite, incluso para parte de su propia base de apoyo. “El gobierno logró sostenerse un tiempo gracias a cierta estabilidad en precios y tipo de cambio, pero eso ya no alcanza. La ciudadanía le pide más. Y también reprueba las formas. Hay un núcleo duro que respalda al presidente, pero también un segmento más blando, antiperonista, liberal, que no comulga con los modos agresivos de Milei. Ese es un capital que el gobierno puede perder”, advirtió Acosta.

Pese al deterioro, persisten ciertas adhesiones, aunque cada vez más frágiles. “La gente no es ajena a lo que pasa. Percibe con claridad el deterioro en el Garrahan, los riesgos en la causa de YPF o los escándalos mediáticos del presidente. Pero aún así, parte de la sociedad sigue acompañando al gobierno. Lo que vemos es que ese control casi total de la agenda que Milei tenía el año pasado se está debilitando. Desde el discurso de odio en Davos hasta el caso del libro plagiado, pasando por la renegociación con el FMI, todo eso fue mellando su legitimidad y su capital simbólico. Por eso hoy el plan económico ya no alcanza como fuente de apoyo político”, concluyó.