Joselo Schuap cosechó aplausos en la Fiesta del Chamamé
Chamamé Infinito. Joselo Schuap y sus amigos actuaron anoche en la Fiesta Nacional del Chamamé luego de una travesía de seis días con escalas chamameceras y capeando temporales por el río Paraná.
Con el aplauso eufórico de ese selecto público correntino como máxima recompensa y luego de 400 Km capeando temporales a bordo de El Luchador, Joselo, Sonia Álvarez (arpa), Jonathan Mombaje (acordeón) y Neco Swiderski (bajo) cumplieron con el objetivo planteado seis días atrás, cuando bajo lluvia zarparon del Club de Río, en San Ignacio.
“Hubo etapas complicadas, como la noche del domingo en pleno lago de Yacyretá, cuando cayó un terrible temporal que nos obligó a hacer una escala imprevista en Ombú, o cuando saliendo de Itá Ibaté le tuvimos que poner toda la fe a la bomba de achique de El Luchador”, contó en la previa Joselo, recordando que viajar por barco no es sólo navegar y mirar el horizonte. Y sí, con un enero que en una semana recibió toda la lluvia pronosticada para el mes, navegar a bordo de un barco de madera de 12 mts. de eslora se vuelve toda una aventura.
De todos modos, con los ánimos siempre arriba, la troupe chamamecera siguió adelante a pesar de tener que dejar pasar la actuación en Ituzaingó (la realizarán mañana sábado ya en pleno regreso desde Corrientes Capital). Así llegaron a Itá Ibaté, donde los esperaba el Ballet de Loreto, que bajo la dirección de Osiris Ríos, acompaño a los músicos en el Balneario Municipal. De allí rumbo a Paso de la Patria, previa escala con serenata a la virgen de Itatí en su basílica que queda ahí nomás del río Paraná.
La llegada a la colmada de turistas Paso de la Patria fue antológica, con una vez más el ballet de Loreto acompañándolos (fueron invitados por Joselo para acompañarlo en el escenario Sosa Cordero). Fue una noche inolvidable para bailarines, músicos y turistas, que se prendieron en una furiosa bailanta playera. Finalmente, la escala final fue en la Playa Arazaty, debajo del puente Manuel Belgrano. Allí fueron acompañados por el Ballet Folklorico San Juan Bautista, que bajo la dirección de Marcelo Aguirre acobija a más de 20 niños de 6 a 15 años del Barrio San José Obrero (Ctes.) en la constante lucha por contener a los más chicos. Como dato no menor, Diego Galarza, Presidente de la fundación del ballet, también fue uno de los copilotos de Joselo en su aventura por el Fin del mundo, cuando con el Dino se aventuraron hasta el mismo final (e inicio) del país, allá en Ushuaia.
EMBAJADOR MISIONERO EN LA REPÚBLICA DE CORRIENTES
Obviamente con la vecina provincia sólo nos unen lazos fraternales, pero también es cierto que salir ovacionado por ese público de paladar negro como lo es el de la Fiesta del Chamamé no es para cualquiera. La cuestión es que entre Joselo y el público correntino se ha generado una comunión especial. Algo que seguramente tiene que ver con esa primera experiencia, hace ocho años cuando en el año 2009, la ORQUESTA DEL RIO INFINITO navegó por el Paraná desde Iguazú hasta Rosario. “Esa energía nos sigue empujando y logra que la gente que asiste a grandes fiestas populares como la gran FIESTA DEL CHAMAME, puedan conectar con el rio y su voz, que es fuente de vida y de cultura”. Así, en la necesariamente breve presentación, Joselo no dejó de bajar línea de la necesidad de “luchar por los ríos libres para tener pueblos libres. Cuidemos el río y cuidemos el chamamé”.
Así, entre la ovación del respetable, luego del obligado “El Paraná es chamamé” se colaron otro chamamé de Leon Gieco (El que pierde la inocencia) para cerrar con una incendiaria versión a puro arpa y acordeón de “Malvita”, esa deliciosa polka guaraní.