A 10 años de la ley de matrimonio igualitario: “Siento que en mi país el amor no pide permiso para tener derechos”
El 15 de julio del 2010 la Argentina se convertía en el primer país de la región en igualar derechos y sancionaba la ley de matrimonio igualitario. Alejandro Cabrera, casado hace 4, recuerda aquel día y asegura que lo siente como “anacrónico”.
Hace 10 años el país se sumergía en uno de sus mayores debates en este tiempo de democracia. La sociedad aprendía, se resistía, reaccionaba, comprendía, insultaba, maduraba.
El Congreso aprobó entonces la ley de matrimonio igualitario. Aquella que iguala derechos y nos hace mejores como sociedad. Nos hace mejores, porque nos hace más justos. Sin embargo todavía hay batallas que dar, como la igualdad laboral, la discriminación social, la violencia.
Alejandro Cabrera se casó hace 4 años, y su historia de amor es una muestra más de lo que todavía hay que trabajar dentro de la sociedad. A su pareja, Julián, lo despidieron del trabajo y le dejaron en claro y por escrito, que lo hacían por su elección sexual. Nada les impidió seguir y al poco tiempo dieron el sí.
“Recuerdo ese 15 de julio del 2010 con el orgullo de ser ciudadano argentino. Madrugada fría, estaba tapado mirando la tele, el Senado parecía una película bélica donde casi todos se olvidaban que solamente queríamos equiparación de derechos e igualdad. Que la orientación sexual no sea una limitante para acceder a los derechos que otorga la unión civil.
Me duermo y no pude ver ese emotivo 33 a favor y 27 en contra. Al otro día el sol se sentía diferente, era igual para todos, dejamos de ser invisibilizados. No solamente se promulgó una ley para los gay, se promulgó una construcción social donde dejamos bien claro que vamos evolucionando. Hoy escribir esto me parece anacrónico, lo que pasa es que lo escribo estando casado hace ya 4 años con Julián. Me casé el 14 de octubre del 2016 en una hermosa tarde. Entré al registro de la mano con el ser que amo como cualquier ciudadano con derechos y obligaciones. Hoy es un día muy especial y con los ojos un poco mojados y un mate al costado llego a la conclusión de que el amor pocas veces pierde, pero en mi país el amor no pide permiso para tener derechos, en mi Argentina el amor no pide permiso para amar ❤”