A 30 años de la ley de cupo femenino, “un antes y después en el mundo” que hasta inspiró a la ONU

A 30 años de la ley de cupo femenino, “un antes y después en el mundo” que hasta inspiró a la ONU

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Al cumplirse en 2021 treinta años de la sanción de la ley de cupo femenino (24012/91), la exdiputada nacional Marcela Durrieu definió esa iniciativa como “un antes y un después en el mundo”, ya que “poco tiempo después” de la promulgación, en 1991, “lo toma las Naciones Unidas en la Conferencia de Beijing y este invento loco de las argentinas pasó a ser una recomendación de la ONU”, analizó la exlegisladora, una de las principales impulsoras del proyecto, en una entrevista realizada por el podcast “Desmuteadas” de Télam Radio.

La ley 24012, sancionada el 6 de noviembre de 1991, estableció que al menos el 30 por ciento de las candidaturas de las listas presentadas por los partidos políticos estuviera ocupado por mujeres, una propuesta que inicialmente tuvo resistencias en el PJ y la UCR, pero que al final se aprobó por amplia mayoría, y que estuvo vigente hasta el año 2017, cuando comenzó a aplicarse la ley 27412 (de Paridad de Género en ámbitos de Representación Política), por la cual las nóminas electorales pasaron a ser intercaladas en partes iguales por mujeres y varones.

Durrieu, quien al momento de la sanción del cupo femenino era diputada nacional por el peronismo, fue luego concejal de San Isidro por el Frente Renovador, y al referirse a los 30 años de la ley 24012 valoró a quienes empujaron el debate, en un primer momento protagonizado en el Congreso por “muy poquitas”, recordó, aunque tras una serie de conversaciones y contactos con distintos sectores políticos se consiguió la aprobación en ambas cámaras con el voto de muchos hombres, un hecho que cambió la composición tanto del Senado como de Diputados, porque a partir de entonces fueron electas muchas más legisladoras.

Según Durrieu, la implementación del cupo que determinó que al menos el 30 por ciento de los cargos electivos fuera asignado a mujeres provocó “un desplazamiento de varones en el poder, que implicó para ellos una doble amenaza”, y aunque vista desde el presente la propuesta de incorporar un tercio de candidatas resulte poco o insuficiente, en ese contexto se convirtió “en una ley que cambió la situación de las mujeres en la Argentina, porque a partir de ahí hubo una catarata de avances en los derechos y después nos permitió avanzar hacia la idea de la democracia paritaria, que era impensable cuando sancionamos la ley”.

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“En ese momento cuando nosotras empezábamos a plantear las cuestiones de los derechos de las mujeres que simplemente lo trataban como si fuera un absurdo, o algo que carece de importancia y nunca llegábamos a imponer ninguna de nuestras propuestas, porque en las cabezas de ellos (de los hombres con bancas en el Congreso) no había ninguna idea de ampliar los derechos de las mujeres”, reconstruyó la exlegisladora, que siempre hizo política en el peronismo y que además es la madre de la actual titular de Aysa y referente del Frente Renovador, Malena Galmarini.

Al recordar la “larguísima sesión” en la que se sancionó la ley, Durrieu contó que ese día las mujeres que se habían movilizado por la iniciativa “tomaron literalmente el Congreso y todos los alrededores con la ayuda de la gente de APL ( Asociación del Personal Legislativo, sindicato)”, lo que les permitió “entrar de una o dos desde temprano y cuando se dieron cuenta tenían todas las gradas llenas, y todos los pasillos del Congreso llenos, y alrededor estaba lleno de mujeres”, y aunque en esa época “no existían los celulares” se conservaron “un par de fotos” que registran ese instante de fervor y nerviosismo.

“Yo me acuerdo de una foto en Clarín que mostraba las galerías llenas y las mujeres tirándole de todo a los que hablaban en contra de la ley”, repasó la exlegisladora, quien además señaló que en un momento, cuando la votación parecía perdida porque “todos hablaban en contra, incluidos los de mi bloque” un grupo de mujeres fue a ver a Carlos Menem, entonces presidente, “que nos había dicho algo sí, palabras más, palabras menos: ‘Miren, ustedes hagan suficiente quilombo, movilícense lo suficiente, como para que a mí me sirva para decir que es un reclamo muy fuerte de las mujeres'”.

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Tras esa reunión con Menem, relató Durrieu, el riojano mandó al Congreso a “Manzano, el ministro del Interior, que termina haciendo un discurso que sería moderno aún hoy, y que juro que nosotras no lo escribimos”, y eso provocó que el bloque justicialista cambiara “inmediatamente” su posición, por lo cual “los mismos que habían hablado en contra empezaron a hablar a favor -uno, otro y otro-, y entonces desde el lado del radicalismo pensaron que como el peronismo tenía mayoría ellos quedarían mal con las mujeres y la ley saldría igual, así que al final la ley salió casi por unanimidad”, revivió con humor la exlegisladora.

“La sanción de la ley de cupo fue realmente un proceso muy interesante porque no había ninguna experiencia en el mundo de una iniciativa de ese tipo. La experiencia más cercana, y creo que las que nos llevó a inventar esto, fue el cupo partidario que había inventado Eva Perón mucho antes de que lo hiciera conocido la socialdemocracia europea, que planteaba un porcentaje de mujeres, pero en ese caso dentro de cada partido político”, analizó Durrieu en referencia a la creación del Partido Peronista Femenino en 1949, aunque en paralelo remarcó que la autora del proyecto original de cupo femenino había sido una radical, ya fallecida, la senadora nacional por Mendoza Margarita Malharro de Torres.

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