Aguirre: “Tener la muerte de frente hace actuar al ser humano de muchas maneras”

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Por Alejandro Spivak. Norberto Aguirre, intendente de Eldorado (Misiones), es veterano de la guerra de Malvinas. Asumió como jefe comunal de esta ciudad el 10 de diciembre de 1999. Fue reelecto en 2003; 2007; 2011 y 2015. Este año intentará nuevamente que la gente lo elija para seguir ejerciendo, por otros cuatro años, como jefe comunal de esa localidad del norte misionero.
En 2012 regresó a las Islas. “Tenía que cerrar una herida muy grande. Fue muy importante para mí estar 30 años después de la guerra de Malvinas, en nuestras queridas islas. Ahora, espero regresar junto a mis tres hijos”.Un libro, escrito por quien escribe estas líneas, tras acompañar a Aguirre en ese regreso; refleja lo que sintió el veterano de guerra al pisar las islas 30 años después. El libro que ya fue presentado el año pasado en Misiones; este año estará en la Feria del Libro del Autor al Lector que se lleva a cabo todos los años en la ciudad de Buenos Aires, el día de Misiones. “Será un orgullo para mi poder presentar el libro en tan importante feria que reúne a los más importantes exponentes de la literatura nacional e internacional”, dijo Aguirre.

Su historia

A 37 años de la rendición en Malvinas, Aguirre se mostró emocionado y recordó a compañeros que murieron en combate y tras el conflicto bélico debido a suicidios. “Tenemos una asignatura pendiente. Más de 500 veteranos de guerra se suicidaron por falta de contención del Estado”.
Norberto Aguirre desembarcó en Malvinas el 23 de abril de 1982 a las 22:00 horas. “Recuerdo que era una noche de muchas estrellas. Hacía mucho frío. Teníamos a la vez valor y miedo”.
Era suboficial del Ejército con grado de Cabo y tenía a cargo a seis soldados. Había egresado un año antes de la Escuela de Suboficiales de la Brigada Aerotransportada de la provincia de Córdoba. Ni bien regresó de la guerra solicitó su baja. “No podía avalar lo que se hizo en la guerra con nuestros soldados”.
En el marco de la charla, Aguirre habló de la carta que le escribió a su madre mientras estuvo en las islas, que será leída este 2 de Abril por su propia mamá María, en el acto que se desarrollará en Eldorado.
“Es algo que nos pasó hace 37 años atrás, creo que todo veterano, todos los que estuvimos en Malvinas, en su momento hicimos una carta de despedida, donde expresamos lo que uno siente”; sostuvo Aguirre.

Periodista: ¿Cómo fueron esos días de batalla en 1982?
Norberto Aguirre: El 12 de junio, bombardearon nuestra posición, era suboficial del Ejército, tenía 20 años y seis soldados a cargo de entre 18 y 19 años, Ese día nos bombardearon durante todo el día. Mis soldados salieron heridos y yo quedé aturdido como en las películas, pero ileso. Ahí supe que iba a volver y prometí que iba a caminar desde la Capital de Corrientes hasta la Virgen Itatí y cumplí
P.: ¿Qué siente un ser humano cuando está en batalla?
N.A.: Miedo. El que me dice que no tiene miedo está mintiendo. Siempre traté de pensar las cosas, sobre todo por los chicos que estaban a mi cargo, pero tuve miedo. Tuve ganas de morir, muchos deseamos que Dios nos lleve, porque la pasamos mal.
P.: ¿Qué se siente tener un arma o un cañón y tener que disparar a otro ser humano?
NA: Es una pregunta muy difícil de responder. No sé. Uno no piensa mucho. Nos transformamos en una especie de animales irracionales. Es él o yo
P.: ¿Cuál es la deuda que usted cree que hoy tienen los dirigentes con los veteranos de guerra?
N.A.: Una de las deudas que aún se tiene es la contención del veterano de guerra. Es lamentable que a 37 años de la Guerra de Malvinas la cifra de veteranos suicidados supere los 500. Esto es muy triste. La secuela que dejó, principalmente a la familia del veterano de guerra y a sus hijos se sigue profundizando. La misma situación la están pasando muchos ex combatientes. Es por ello que se debe trabajar con profesionales. Es decir, que en distintas zonas del país debería haber lugares de contención para que se pueda asistir al veterano de guerra y de ser necesario a su familia también. Hay familias que no saben qué hacer con algunos camaradas de guerra. Me he enterado de casos muy tristes donde el ex veterano de guerra es marginado hasta por su propia familia. Lo tienen ‘escondido’ en una pieza. Insisto, las pensiones nacionales, provinciales y municipales son importantes, pero los políticos no le hemos encontrado la vuelta para solucionar el tema psicológico y social.
P.: ¿Cree que algunos militares deberían ser juzgados por delitos de lesa humanidad debido a sus actuaciones en Malvinas, principalmente aquellos que estaquearon soldados, entre otras aberraciones?
N.A.: Sí. Hay denuncias realizadas y como soy un hombre que cree en la justicia estoy convencido de que la justicia actuará. Recuerdo que este tema lo hablamos con usted cuando estuvimos en las Islas Malvinas en 2012. Lamentablemente en una guerra aflora todo lo malo de una persona. Tener la muerte de frente hace actuar al ser humano de muchas maneras; inclusive de la peor. También aflora la parte buena porque sé de jefes militares que estuvieron en Malvinas que fueron solidarios con los soldados y como debe ser encabezaron las filas. Muchos no estábamos preparados para enfrentar una guerra. En mi caso personal yo tenía 20 años, y estuve al mando de una brigada de combate. Es sabido que hubo oficiales y suboficiales que no actuaron como debían. La justicia del hombre y la divina darán su veredicto. A mí me gustaría ver en el banquillo de los acusados a aquellos militares que no actuaron como debían.
P.: Hace siete años pudo volver a Malvinas. ¿Qué recuerda de ese momento y de la semana que pasó allí?
N.A.: Es cierto. Nunca hablé de ese regreso. Recuerdo que no pude contener las lágrimas cuando pisé nuevamente suelo malvinense. Y durante los ocho días que caminé todos los campos de batalla, el cementerio de Darwin y hasta inclusive el cementerio donde están enterrados ex combatientes ingleses las lágrimas se apoderaron de mí. Fueron ocho días de muchos recuerdos. De emociones encontradas. Encontrarme con partes de fuselajes, balas, mochilas, con zapatillas, torpedos fue muy fuerte para mí. Estar en el cementerio de Darwin donde descansan los restos de ex camaradas fue un dolor indescriptible.
P.: ¿Qué le quedó de ese regreso?
N.A.: Mucho. Hay un antes y un después de marzo de 2012. Hasta ese momento hay cosas que no tenía claras y al estar nuevamente en ese suelo argentino se me aclararon. Haber estado en Malvinas hace siete años cierra una etapa de mi vida triste, muy importante, pero con mucho orgullo. Y me permitió homenajear a los soldados que quedaron allá.
P.: Cuando en 2012 estuvo en el cementerio de Darwin, las lápidas de los soldados decían. “Aquí descansa un héroe cuyo nombre sólo es conocido por Dios”. Hoy muchas de esas lápidas fueron identificadas. ¿Qué significa que se haya recuperado la identidad de quienes dieron su vida por las Malvinas?
N.A.: Muchísimo. La identidad de una persona, más allá de haber fallecido es lo más importante. Reitero significa mucho; no solo para ese soldado que obtuvo la gloria en el campo de batalla sino también para su familia. Celebramos doblemente que se haya podido recuperar la identidad de ese héroe que descansa en puerto Darwin desde hace 37 años
P.: Qué sintió cuando en 2012 en Malvinas abrazó a un veterano de guerra británico?
N.A: Algo muy fuerte imposible de explicar. Más allá de las diferencias que tenemos, vi cómo nos respetan. El veterano de guerra británico respeta mucho al veterano de guerra argentino. Yo no sabía eso.
P.: ¿Ese reconocimiento qué significó para usted?
N.A.: Más allá de todo lo que se habló y que los militares de esa época nos escondieron cuando volvimos, el respeto de los británicos y el abrazo que pude darles a ellos después de 30 años muestra que los veteranos de guerra argentinos volvimos con el deber cumplido. Hicimos lo que pudimos. Dimos todo de nosotros con valentía y honor.
P.: El 30 de marzo de 2016 fue recibido por el papa Francisco como veterano de guerra. ¿Cuáles fueron las palabras del sumo Pontífice hacia su persona en particular y los veteranos de guerra en general?
N.A.: Fue muy emocionante estar junto al papa Francisco en la plaza San Pedro en una audiencia que duró unos 10 minutos. Me abrazó, me dio una bendición para todos los veteranos de guerra y simplemente me dijo: “Las guerras no sirven para nada. Sólo hacen llorar y por supuesto hacen daño”. Me pidió que recemos por él.
P.: Con el paso de los años, ¿siente que hay un reconocimiento de la sociedad hacia los veteranos de guerra?
N.A.: Sí. El mayor reconocimiento es del pueblo.

 

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