Los desafíos que tiene Misiones en el mercado de trabajo para el 2025

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Días atrás, el INDEC difundió los datos del mercado de trabajo correspondientes al cuarto trimestre del 2024, que no solo dejaron un panorama claro de lo que fue el año, sino que también permiten identificar los desafíos que se presentarán durante este 2025.

A nivel nacional, se observó que, aun con una feroz recesión, el mercado laboral se ajustó más por precio (salarios) que por cantidad (empleo). Esto se evidencia al comparar los datos de punta a punta (último trimestre de 2024 vs. igual período de 2023): la tasa de empleo descendió levemente, de 45,8% a 45,7%, mientras que la desocupación creció de 5,7% a 6,4%, aunque en niveles menores a los que se proyectaban inicialmente. Es clave entender que durante 2024 hubo dos períodos bien diferenciados: un primer semestre de fuerte recesión y caída de la actividad, con impacto en el empleo (desocupación del 7,7% en el primer trimestre y 7,6% en el segundo, con el empleo por debajo del 45%), y una segunda mitad del año con signos de recuperación, donde la desocupación cayó por debajo del 7% y la tasa de empleo volvió a ubicarse por encima del 45%.

Cuando decimos que el mercado de trabajo ajustó más por precio que por cantidad, lo fundamentamos al observar la presión sobre el mercado laboral: subió del 27,4% al 29,4%. Esto indica que hay más personas buscando mejorar su situación laboral, lo cual está directamente relacionado con los ingresos. Aunque estos mostraron una leve recuperación en el segundo semestre del año pasado, lo hicieron de manera muy desigual y a un ritmo menor.

En este contexto, algo similar se observó en el caso de Posadas. El aglomerado misionero ratificó su liderazgo regional, presentando las tasas de actividad y empleo más altas del NEA, una tendencia sostenida al menos en los últimos ocho años. Posadas tiene una fortaleza estructural basada en dos factores clave: una estructura poblacional que favorece la participación en el mercado laboral y una mayor diversificación de actividades económicas en comparación con otros centros urbanos de la región.

Sin embargo, a pesar de estas fortalezas, los datos de Posadas encendieron algunas alertas que, si bien no fueron sorpresivas, tampoco pueden ser ignoradas. Al analizar la evolución de las tasas laborales, se observa un patrón similar al nacional: niveles inferiores a los de 2023, pero mejores respecto al trimestre anterior, confirmando la recuperación iniciada en el segundo tramo del 2024.

Veamos los datos: la tasa de actividad pasó del 48,3% a fines del 2023 al 46,9% al cierre del 2024, lo que representa una caída de 1,4 puntos porcentuales, equivalente a cuatro mil personas activas menos. La tasa de empleo se redujo de 46,6% a 44,8%, con cinco mil ocupados menos. La tasa de desocupación aumentó de 3,5% a 4,5%, es decir, mil desocupados más.

A nivel trimestral, la situación mejoró: la tasa de actividad subió del 45,9% al 46,9% (cuatro mil nuevos activos), la de empleo pasó del 44,3% al 44,8% (dos mil nuevos ocupados) y la desocupación también creció del 3,4% al 4,5% (dos mil nuevos desocupados).

¿Qué ocurrió particularmente en este último trimestre? La mejora de las condiciones generales provocó que personas inactivas se volvieran activas para ingresar al mercado laboral. De esas cuatro mil nuevas personas, dos mil consiguieron empleo (por eso creció la tasa de empleo) y las otras dos mil siguen en búsqueda (por eso también aumentó la desocupación).

Considerando los distintos escenarios que atravesó la economía nacional durante el 2024, podemos ser optimistas de cara al futuro. Lo verdaderamente importante es que el empleo se reactive lo suficiente como para generar incentivos a la búsqueda laboral. Si la sociedad percibe que es muy difícil acceder al mercado laboral, se incrementa la inactividad. En cambio, si se perciben mejores oportunidades, crece la población activa. Si esta nueva demanda de empleo es absorbida, aunque sea en parte, crecerá la tasa de empleo. Y aunque esto pueda elevar también la desocupación (por más personas buscando), refleja un mercado en movimiento, no necesariamente en deterioro.

Este punto es clave para comprender la dinámica del mercado laboral. Analizar la tasa de desocupación de forma aislada, como se hace frecuentemente con fines mediáticos o políticos, es un error que lleva a interpretaciones erróneas. Para ilustrar esto, comparemos rápidamente los datos de Posadas con los de Corrientes.

Como vimos, en Posadas crecieron la actividad, el empleo y la desocupación por la dinámica explicada. En Corrientes, en cambio, la desocupación cayó del 3,7% al 1,9% entre el tercer y cuarto trimestre. A primera vista, podría parecer una mejora, pero al mirar más de cerca, esa caída estuvo acompañada por una disminución tanto en la actividad como en el empleo.

Veámoslo en números absolutos: la población activa en Corrientes cayó en 4 mil personas, mientras que en Posadas creció en la misma cantidad. En Corrientes, se registró una baja de 1 mil ocupados y de 3 mil desocupados. En el primer caso, por pérdida de empleo; en el segundo, muy probablemente por desincentivo a seguir buscando trabajo. En Posadas, de los cuatro mil nuevos activos, dos mil encontraron empleo y dos mil siguen buscando.

En conclusión, la suba de la desocupación en Posadas respondió a una mayor participación en el mercado laboral, mientras que la baja en Corrientes se debió a un incremento de la inactividad. Desde esta perspectiva, Posadas se ubica en una posición más favorable para el 2025, ya que la mayor actividad indica que el mercado laboral comenzó a reactivarse, a diferencia del estancamiento que se observa en Corrientes.

Aunque el análisis de las tasas de actividad, empleo y desocupación es fundamental, no debemos dejar de lado otros indicadores igualmente relevantes, especialmente para interpretar lo que dejó el 2024 y anticipar hacia dónde vamos este año.

Uno de esos indicadores es la tasa de Ocupados demandantes de empleo, es decir, personas que, aun teniendo trabajo, buscan otro. Este indicador revela insatisfacción o precariedad, en general vinculada a ingresos bajos, inestabilidad o malas condiciones laborales. En Posadas, esta tasa fue del 10,4% en el cuarto trimestre del 2024, superior al 8,2% registrado al cierre de 2023, pero inferior al 14,2% del segundo trimestre del mismo año (el más crítico). Esta evolución sugiere que, si bien todavía hay muchas personas buscando un empleo mejor, esa necesidad se fue moderando, lo cual indica una mejora respecto del peor momento del año.

Otro dato clave es la subocupación, que muestra cuántas personas trabajan menos horas de las deseadas y están disponibles para ampliar su jornada. En Posadas, esta tasa fue del 9,4% al cierre del 2024, levemente por encima del 9,0% del 2023, pero con una fuerte baja desde el 15,1% del segundo trimestre, pasando por el 12,8% del tercero. Esto indica que mejoraron las condiciones laborales generales.

Más relevante aún es la subocupación demandante, es decir, aquellas personas que trabajan pocas horas pero desean y necesitan trabajar más. Esta tasa pasó del 11,6% en el segundo trimestre, al 10,5% en el tercero, y al 8,6% en el cuarto. Esta caída refleja una mejora en los ingresos o condiciones, y muestra que el mercado comienza a responder mejor a la demanda.

Para cerrar, debemos mirar un último indicador clave: la presión sobre el mercado de trabajo, que mide cuánta gente busca empleo o desea cambiar sus condiciones laborales. Este indicador alcanzó el 35,7% en el segundo trimestre del 2024 y descendió al 24,0% en el cuarto trimestre, lo que puede interpretarse como una mejora significativa en el clima laboral.

Así, el 2025 se presenta con el desafío de consolidar aumentos sostenidos en los niveles de actividad y empleo, mientras se busca reducir la desocupación. Para lograrlo, será clave ampliar la oferta laboral, de modo que pueda absorber tanto a quienes hoy buscan empleo como a quienes comiencen a hacerlo. Además, si los ingresos continúan mejorando, eso repercutirá positivamente en las condiciones laborales y ayudará a reducir la presión sobre el mercado, tanto entre ocupados como subocupados.

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Mercado de trabajo: Posadas, líder de la región, pero con alertas

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Al cuarto trimestre del 2024, el aglomerado urbano de Posadas ratificó su liderazgo en la  región del NEA como el de mayores niveles de actividad y empleo; sin embargo, se observan  alertas vinculadas a una suba en la desocupación y cierto estancamiento en la generación de trabajo. 

Tasa de Actividad: los datos del 4º trimestre de 2024 muestran una tasa de actividad en el  aglomerado misionero del 46,9% ubicándose por encima de la media regional (44,0%) aunque por debajo de la media nacional (que fue del 48,8%). Esta tasa, en la comparación  trimestral, registró un alza de 1,0 puntos porcentuales (+4 mil personas que pasaron a ser  activos); pero en la comparación interanual, cae 1,4 puntos (-4 mil activos respecto a igual  período del 2023). 

Dentro del NEA Posadas es el aglomerado con la mayor tasa de actividad en la región, y  además se ubica en el tercer lugar en el Norte Grande, detrás de Gran Tucumán y La Rioja.  En el escenario nacional, se ubicó 14°. 

Tasa de Empleo: el aglomerado misionero tuvo una tasa de empleo del 44,8%, creciendo en 0,5 p.p. intertrimestral, provocando dos mil nuevos ocupados al medirlo en valores  absolutos. En la comparación interanual, sin embargo, la tasa cae 1,8 puntos (-5 mil  ocupados). En este marco, Posadas muestra nuevamente tasas de empleo ampliamente superior a la media regional (42,1%) y pero nuevamente quedó por debajo de la nacional  (45,7%). En el plano regional, Posadas también tiene la mayor tasa de empleo en el NEA y  la cuarta más alta del Norte Grande (detrás de Gran Tucumán, La Rioja y Jujuy-Palpalá); a  nivel nacional, se ubicó 16°. 

Tasa de Desocupación: Posadas registró un 4,5% de desocupación, mostrando un alza contra el trimestre anterior de 1,1 p.p., que implica que hay dos mil personas que pasaron a ser desocupadas en los últimos tres meses en el aglomerado misionero. A nivel interanual,  la tasa creció en 1 punto (+1 mil nuevos desocupados). En la región, Posadas exhibe el  segundo mayor nivel de desocupación, al tiempo que se ubica a mitad de tabla entre el total  de aglomerados del país. 

Qué dicen los números de la dinámica del mercado de trabajo en Posadas 

La dinámica que presentó la tasa de actividad es clave para entender los resultados del último trimestre del 2024 para el caso de Posadas. Si miramos la comparación  intertrimestral, se observa un alza de la tasa de actividad y de la de empleo, pero también  de la desocupación. Esto ocurre porque el incremento de la tasa de actividad (que fue de un punto porcentual) equivale a cuatro mil personas que pasaron de ser inactivos a activos.  De ese total, dos mil personas se incorporaron al mercado de trabajo vía empleo (por ello  se incrementó la tasa de empleo en 0,5 puntos) pero los otros dos mil todavía están en  búsqueda de trabajo (incrementando de la tasa de desocupación en 1,1 punto).  

A nivel interanual, vemos bajas en la tasa de actividad y empleo, y alzas en la de  desocupación. En este nivel comparativo, la tasa de actividad cayó 1,4 puntos provocando  que haya cuatro mil activos menos. La tasa de empleo, por su parte, cayó 1,8 puntos, y  produjo la pérdida de cinco mil ocupados. Esa diferencia de mil personas, al mirar los  números absolutos, cierra con el alza de la desocupación, que fue de mil personas (1  punto).  

En conclusión, podemos afirmar que la situación del mercado de trabajo en el cierre del  2024 en el aglomerado misionero todavía muestra considerables retrocesos en relación con  el cierre del 2023, mostrando así el impacto -punta a punta- de un año donde predominó la recesión, el ajuste y el achicamiento del mercado laboral. Sin embargo, los números del último trimestre respecto al anterior muestran cierta mejora: si bien aún no hay incremento neto de empleo, hay un crecimiento de la tasa de actividad que fue parcialmente absorbida por empleo. El desafío ante este escenario, naturalmente, el lograr reducir los niveles de  desocupación vía conversión de los mismos en ocupados y continuar incremento los niveles  de actividad.  

Situación regional del NEA  

Al cuarto trimestre del 2024 el NEA registró una tasa de actividad del 44,0% (la más baja  del país) y desciende -0,2 p.p intertrimestral, un resultado que se explica por el arrastre de  Corrientes (-1,1 p.p.) y Gran Resistencia (-0,8 p.p.); respecto a igual trimestre del 2023, la  tasa mostró una baja de 0,3 puntos, con arrastre de Posadas y Corrientes. 

Respecto a la tasa de empleo, el NEA también registra la más baja del país con 42,1% y presentó mejoras trimestrales (+0,3 p.p., traccionado por Posadas, Formosa y Gran  Resistencia) pero está 0,5 puntos por debajo de igual período 2023, influenciado por las  mermas de Corrientes, Gran Resistencia y Posadas.  En lo relativo a la desocupación, la tasa fue del 4,5%, la tercera más baja del país y  disminuyó en 1,0 p.p. intertrimestral (principalmente arrastrado por Gran Resistencia)  aunque está 0,6 p.p. por encima de igual período de 2023 (también influenciado principalmente, pero esta vez al alza, por el aglomerado chaqueño).

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8M: radiografía de la mujer misionera en el mercado de trabajo

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Históricamente, la mujer ha enfrentado diversos obstáculos para su inserción laboral, tanto en la Argentina como en el mundo. Si bien en los últimos años existieron importantes avances, tanto normativos como de hecho, persisten brechas de género en el posicionamiento en el mercado de trabajo y salarios inclusive. 

En este nuevo 8M, realizaremos entonces una radiografía de la situación de las mujeres en el mercado de trabajo de Misiones. Todo diagnóstico al respecto es necesario para repasar los avances pero también para entender cuáles son las deudas pendientes.

Empecemos por el análisis del mercado de trabajo para el aglomerado de Posadas particularmente, con datos que brinda la EPH de INDEC y que corresponden al tercer trimestre del 2024 (último disponible). Los datos muestran que las tasas de actividad y empleo en mujeres de Posadas son superiores a los del NEA, lo que sugiere entonces una mejor inserción en el mercado de trabajo. En el período de análisis, la tasa de actividad en mujeres mayores a 14 años es del 47,6%, mientras que en el NEA llega al 44,9%. Es decir, hay más mujeres activas

Respecto a la tasa de empleo en mujeres, alcanza el 45,4% en Posadas mientras que en el NEA llega al 42,3%, una distancia de 3,2 puntos en favor del aglomerado misionero. Por ende, ahí hay más mujeres que logran insertarse al mercado de trabajo vía un empleo. También Posadas muestra mejores indicadores al analizar la tasa de desocupación en mujeres: es del 4,5% cuando en el NEA llega a 5,9%. Entonces, son menos las mujeres posadeñas que están en la búsqueda de trabajo sin conseguirlo respecto a sus pares de la región. 

Si bien, como se dijo, Posadas se posiciona mejor que el NEA en el mercado laboral de mujeres por tener mejores tasas, se comparte una problemática referida a la brecha de género: en Posadas, la brecha de género en la tasa de Actividad es del 32%, levemente inferior a la brecha existente en el NEA que es del 32,5%

Respecto a la tasa de Empleo, tanto en Posadas como en el NEA la brecha es del 33,1%. Esta situación, que es histórica en la región y en el país, marca los problemas de antes y de hoy  respecto a una mayor (o mayores facilidades de) inserción en varones que en mujeres. 

Para poner en números esas brechas detalladas, así como dijimos que la tasa de actividad en mujeres de Posadas llegaba al 47,6%, en varones alcanza el 70,0%; la tasa de empleo en mujeres es de 45,4% y en varones de 68,0%. Un dato complementario a esto refiere a la tasa de desocupación: 4,5% en mujeres, que disminuye al 2,9% en varones. Similar fenómeno se da en el NEA: 5,9% en mujeres y 5,1% en varones. 

Resaltamos nuevamente la importancia del dato de que Posadas mostró mejores indicadores de trabajo que el NEA en lo que respecta a mujeres, pero en ese marco, cabe señalar que han tenido un retroceso respecto a un año atrás. 

Sabemos con bastante precisión que en Argentina, los procesos de crisis económicas y su impacto en el mercado de trabajo afectan en mayor medida a mujeres que a los varones y el 2024 en Posadas no fue la excepción: tanto la tasa de actividad (-2,9 puntos) como la de empleo (-3,2 puntos) cayeron en 2024 respecto a 2023, al tiempo que la desocupación creció, aunque levemente (0,8 puntos). 

Ampliemos un poco más este mismo análisis y veamos qué dejaron los datos de la EPH ampliadas, que abarca a todas las localidades de más de 2.000 habitantes en la provincia (y por ende, no solamente a Posadas). En este análisis, se repite el escenario anterior: al tercer trimestre del 2024, Misiones muestra mejores indicadores del mercado de trabajo que la región del NEA. La tasa de Actividad en mujeres misioneras llega al 46,0% vs 42,2% del NEA; la tasa de Empleo en mujeres, por su parte, fue de 44,0% en Misiones contra 40,2% de la región. Por su parte, la tasa de desocupación de mujeres misioneras fue menor a la de las mujeres del nordeste: 4,3% vs. 4,9%

Si bien Misiones, esta vez ya con datos de alcance provincial, vuelve a destacarse en la región, volvemos a observar los problemas que se detallaron antes. En primer lugar, la brecha de género es incluso un poco más amplia que para el caso de Posadas: en la tasa de actividad es de 32,8% (vs. 35,1% del NEA, es decir que en Misiones hay una menor brecha); para la tasa de empleo es de 33,8% contra 35,4% del NEA, por lo que la brecha para el empleo es algo menor también en Misiones, pero aun con eso sigue siendo elevada. En segundo lugar, también se observa un problema: desmejoraron los indicadores en 2024 respecto al año anterior: la tasa de actividad cayó en 3,5 puntos, la de empleo en 3,5 puntos y la de desocupación creció en 0,2. Podemos afirmar entonces que tanto en la capital como en el resto de la provincia, la crisis laboral derivada de la recesión produjo un paso atrás en la posición de la mujer misionera en el mercado de trabajo. Pero, aun con ello, insistimos: en la comparación regional, Misiones sigue destacándose por tener los mejores indicadores laborales, algo que no es menor considerando los contextos de crisis que demandan respuestas más desafiantes. 

Seguimos con los datos de alcance provincial para analizar ahora la situación laboral de las mujeres según las edades. En mujeres hasta 29 años, la tasa de empleo en Misiones llega al 36,7% y la desocupación al 9,1%, mientras que en mujeres de 30 a 64 años el empleo crece al 57,9% y la desocupación baja al 2,9%. Aquí puede observarse que es más complicado para mujeres jóvenes insertarse al mercado de trabajo, aunque también es clave la distinción de la tasa de actividad: 40,3% para el segmento joven y 59,7% en el segmento más alto, algo que se históricamente sobre todo por la importante inactividad que deriva de las personas que deciden estudiar. El problema del segmento joven también puede verse en comparación con los varones, ya que en ellos la tasa de desocupación también es alta, pero menor a la de mujeres (8,8%).

En este contexto, ¿qué pasa con la informalidad laboral? En Misiones, alcanza al 44,3% de las mujeres que se desempeñan como empleadas, igual nivel que en el NEA. En los varones la informalidad es de “solo” el 35,2% en Misiones pero salta al 41,2% en el NEA. por ende, vemos que en términos generales las mujeres tienen peores condiciones de trabajo que los varones tanto en la región como en la provincia. 

El análisis del mercado de trabajo necesariamente lleva a otro análisis complementario, que tiene que ver con los denominados “NiNi”: esto es, los jóvenes que no estudian ni trabajan. Si analizamos la población que va de los 18 a los 29 años, las mujeres NiNi en Misiones llegan al 20%, un nivel inferior al NEA donde alcanza el 27%. Sin embargo, no hay que dejar de mencionar que hay muchas mujeres que ofician de amas de casa y son consideradas inactivas, por lo que ello debería llevar a una revisión de ese dato: si excluimos a las amas de casa de la población inactiva, revalorizando los trabajos de cuidado que cobran fuerza en el último tiempo, entonces las mujeres NiNi de Misiones solo llegan al 3%, mientras que en el NEA trepan al 12%. 

Por último, la cuestión de los ingresos no es menor: según INDEC, las mujeres misioneras tienen el mayor ingreso total individual de la región del NEA; sin embargo, tienen también la mayor brecha respecto a los varones (31,1 vs. 22,4 de la región). Por ende, si bien gozan de mejores ingresos que sus pares en la región, están algo más lejos que los varones de su misma provincia. 

Para cerrar, Misiones tiene numerosas ventajas en términos de mercado de trabajo que la hacen una provincia pujante y con altísimas potencialidades por su capital humano, aunque aún hay desafíos en términos de recuperar lo perdido durante el 2024 como también en achicar las brechas de género existente. 

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Y el consumo, ¿Cuándo se recupera?

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Hay mucha diferencia entre el inicio de marzo de este año respecto al del año pasado. En primer lugar, y muy importante, la estabilización en torno a la inflación, la calma del tipo de cambio y el crecimiento mostrado en el último tiempo de la actividad económica. Este escenario es radicalmente opuesto a inicios de marzo de 2024 cuando la inflación seguía descontrolada, veíamos todavía un alto impacto de la devaluación y la economía comenzaba a entrar en la fase más fuerte de la recesión. Por ende, las perspectivas son notoriamente diferentes.

Sin embargo, no hay que descansar en esos escenarios. Respecto a la inflación, que venía estable más cerca del 2% que del 3%, los datos provisorios muestran que podría tener un repunte en febrero impulsada por un sector de alimentos y de servicios. Cuando antes veíamos la posibilidad de que el índice marcara una suba cercana al 2,1%, ahora la estimación se elevó al 2,7%. Siendo esta la principal bandera política del gobierno, naturalmente ese repunte sería un leve paso atrás para la agenda del gobierno. 

Por otro lado, el tipo de cambio sigue en el centro de debate por su posición de atraso y por las fuertes intervenciones del BCRA. A la par, corren rumores semana a semana de un supuesto pedido del FMI de devaluar la moneda, que tuvo estos días un nuevo capítulo con el informe del BofA que proyectó un dólar a $ 1.400 para fin del año con salida del cepo, lo que implicaría una devaluación cercana al 25%. Esto, por supuesto, pondría un acelerador a la inflación. 

En tercer lugar, la actividad económica creció fuerte en diciembre y cerró el año en niveles de caída inferiores a los proyectos, pero esa contención de la caída estuvo muy ligada a sectores puntuales mientras que otros que son claves de la economía nacional mostraron bajas de importante magnitud: por caso, el comercio cerró bien diciembre con +7,4%, aunque tiene un arrastre estadístico importante. Lo relevante para ese sector es el acumulado anual: cayó 7,5% en 2024. 

Quedémonos un rato en la pata optimista: si la economía viene creciendo, la inflación sostiene niveles “aceptables” y salarios muestran alza de recuperación, ¿entonces cuándo arranca la recuperación del consumo?

Veamos brevemente cuáles fueron los últimos datos que conocimos para la provincia de Misiones particularmente. Como era de esperar, el año 2024 cerró con ventas en supermercados en fuerte retroceso: -24,5% en términos reales, con caídas de doble dígito en todos los meses en la comparación interanual. Dígitos más, dígitos menos, esto era esperable por varias razones: en primer lugar, el volumen de consumo de los meses finales del 2023 estaba afectado por la propia incertidumbre que generó la inflación: en esos momentos, valía más tener un producto que tener un billete, por lo que se generó un factor de stockeo muy importante. En segundo lugar, no es menor que también durante el 2023 Misiones, como otras provincias de frontera, tenían un volumen de venta que provenía de países vecinos, algo que desapareció el año pasado. En tercer lugar, y quizás lo más importante, es que la recuperación parcial e incipiente que tuvieron los ingresos durante el último tramo del año no fue del todo suficiente para levantar el consumo: un poco por insuficiente de las recuperaciones, un poco de incertidumbre, y un poco porque otros gastos de los hogares se encarecieron mucho más y ello impide que toda mejora salarial se vuelve al consumo masivo. 

Aun con todo esto, y aún con ventas cayendo año/año, los últimos tres meses mostraron en Misiones una tendencia a la recuperación: comparando mes/mes, las ventas crecieron 5% en octubre, 4% en noviembre y 10% en diciembre. Si esta tendencia continúa e incluso mejora bajo el supuesto de que los ingresos podrían profundizar una tendencia al alza, entonces podemos pensar que para el final del primer trimestre el consumo también se descompondrá en la provincia. 

Pero ¿por qué pensamos que los ingresos podrían mejorar? En primer lugar, porque si bien el crecimiento de la actividad es todavía altamente heterogéneo, comienza a verse un “derrame” paulatino sobre otros sectores que podría llevar a la recomposición de salarios; por otro lado, la base comparativa va a ayudar; y en tercer lugar, el empleo mostraría mejoras de la mano de la actividad y ello impactaría de lleno en los ingresos de los hogares. Posiblemente, en este último punto esté la clave. Hace unas semanas mencionamos este problema actual y los datos específicos del sector de la construcción que conocimos esta semana lo ratificaron: estamos transitando (muy lentamente) un cambio de tendencia: de mucho empleo con salarios a la baja al “poco” empleos con salarios al alza. En la construcción, vimos que la provincia tuvo una notable mejora del salario real sobre finales del 2024 pero con empleo todavía a la baja, una situación que debería revertirse o, por lo menos, achicarse, en la medida que se recompone el sector en general. En otros sectores vemos también un fenómeno similar: se perdieron puestos de trabajo por la imposibilidad de sostenerlo desde los costos y por la merma en la actividad durante gran parte del año pasado y, con el repunte de la misma, el primer impacto fue la mejora salarial (baja de inflación mediante) pero dejando al empleo en segundo lugar. 

Si todo sale bien (no podemos garantizar) el empleo debería iniciar una relativamente veloz mejora, a la par que los ingresos sostendrían una tendencia, aunque sea leve, al alza. Esto será la clave para que el consumo repunte de manera importante: que los ingresos de los hogares mejoren no solo por recomposición salarial, sino también, y sobre todo, por empezar a recuperar ingresos perdidos por pérdida de empleo. El factor multiplicador de este fenómeno, si se da, será de fuerte magnitud. 

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Misiones tiene los mayores ingresos familiares de la región pero desafíos en la distribución

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Históricamente en la Argentina, el debate público sobre los ingresos de los hogares ha tenido, como mínimo, dos vertientes: por un lado, su variación respecto a una inflación altamente arraigada en nuestra economía; por el otro, la equidad en su distribución dentro de la sociedad.

Algo de esto pudimos observar en el reporte publicado por el INDEC hace unos días, referido a la Distribución del Ingreso en las provincias. Estos datos derivan de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en su versión Total Urbano. ¿Qué es este relevamiento? Es una versión extendida de dicha encuesta que toma no solo a los principales aglomerados urbanos (donde se mide, por ejemplo, la pobreza y la indigencia), sino también a otras localidades de las provincias con más de 2.000 habitantes. Se publica solo una vez al año y recopila datos correspondientes específicamente al tercer trimestre de cada período.

Esta versión ampliada de la EPH nos permite observar, en primer lugar, las tasas del mercado de trabajo de las provincias, que normalmente conocemos solo para los aglomerados urbanos. Aquí podemos hacer un primer stop para analizar la diferencia que presenta Misiones al considerar la provincia por un lado (vía EPH ampliada) en comparación con Posadas en particular (vía EPH continua). Para los últimos datos disponibles se evidencia que el total provincial no presenta diferencias significativas respecto a lo conocido en su momento para Posadas. La tasa de actividad provincial estuvo en torno al 45,5%, mientras que en Posadas alcanzó el 45,9%; la tasa de empleo fue de 44,0% para la provincia y de 44,3% para Posadas; y la tasa de desocupación se ubicó en 3,2% a nivel provincial y en 3,4% en la capital.

Como se puede ver, las diferencias son relativamente nulas, lo que evidencia que el interior provincial posee una potencia en materia laboral muy fuerte, algo que no se observa en todas las provincias del país y mucho menos en el NEA, donde las capitales suelen concentrar tasas de actividad y empleo considerablemente más elevadas. Los datos ratifican esta posición: en Corrientes la diferencia en la tasa de actividad del aglomerado capital respecto al total provincial es de 3 puntos; en Chaco, de 5,3; en Formosa, de 2,7; y en Misiones, de solo 0,4. Respecto a la tasa de empleo, en la capital de Corrientes es 2,8 puntos superior al total provincial; en Chaco, 3,2; en Formosa, 3,3; y en Misiones, solo 0,3.

¿Qué nos mostró el INDEC respecto a los ingresos? Cabe recordar que la EPH, como su nombre lo indica, es una encuesta. Por lo tanto, las respuestas provienen directamente de las personas y no de registros administrativos. Esto permite captar ingresos no laborales y, sobre todo, los laborales de personas que no tienen empleo formal, algo que de otro modo no podría detectarse. Además, como la intención es evaluar los ingresos de las familias, se elaboran diferentes categorías para organizar la información.

Empecemos con una de las más importantes: el Ingreso Per Cápita Familiar (IPCF). Esto es, como el nombre lo indica, la sumatoria de los ingresos de un hogar dividida por la cantidad de personas que lo integran. Este indicador es uno de los más relevantes para observar los niveles de ingreso de un hogar. El total nacional, según la EPH, tiene una media de IPCF de $393.767, con muy fuertes desvíos por provincia, que son históricos y varían en función de las coyunturas económicas, y que —basado principalmente en los extremos superiores— muestran que CABA y las provincias patagónicas registran altos niveles de ingresos de manera histórica.

La provincia de Misiones registró una media de IPCF de $320.768, algo más baja que el promedio nacional (repetimos, influido por los desvíos porteños y patagónicos), pero lo relevante es que se ubica como la provincia con el mayor IPCF, no solo del NEA, sino de todo el Norte Grande, marcando fuertes distancias con otras provincias de la macrorregión: por ejemplo, el IPCF misionero es 8% superior al de Corrientes, 16% mayor al de Tucumán, 24% superior al de Salta y 45% mayor que el de Chaco. Un dato casi anecdótico que refuerza este panorama es el posicionamiento en el ranking nacional: el top 10 de provincias con los menores IPCF está conformado por las 9 provincias del Norte Grande, salvo Misiones. Es decir, es la única provincia de la macrorregión que escapa del extremo inferior del ranking.

Pese a tener el mayor nivel de IPCF de la región ampliada, respecto a 2023 se registró una caída del 2,6% en Misiones, rompiendo así dos años consecutivos de incrementos: en 2022 fue de +1,6% y en 2023 de +5,6%. Igualmente, este descenso es relativamente leve en comparación con otros casos: por ejemplo, en Corrientes se registró una caída del 10,1%.

Ahora bien, ¿qué tan bien distribuido está esa media del IPCF? Para ello, se debe considerar el coeficiente de Gini, una medida de desigualdad económica que varía entre 0 y 1, donde un valor de 0 indica igualdad perfecta (todos tienen los mismos ingresos), mientras que un valor de 1 representa desigualdad máxima (una sola persona concentra todo el ingreso). Por ende, cuanto más cercano se está al 0, mayor es la igualdad; y cuanto más cercano al 1, mayor la desigualdad.

En Misiones, el coeficiente de Gini para el IPCF marcó 0,418 (+0,050 respecto a 2023). Si bien se sitúa por debajo de la media nacional (0,431), es el séptimo valor más alto del país y el segundo mayor del Norte Grande, solo por detrás de Chaco, que lidera el ranking nacional con 0,443. Esto nos indica que la distribución del ingreso tiende a ser más desigual y, por ende, existen desafíos para alcanzar mayores y mejores grados de distribución de la riqueza.

Continuemos con el detalle de lo que dejó la EPH y analicemos ahora el Ingreso Total Individual. Esta variable mide el ingreso total percibido por una persona, que incluye tanto los ingresos laborales —como sueldos, honorarios, ingresos por trabajo independiente, etc.— como los ingresos no laborales, que pueden ser jubilaciones, pensiones, subsidios, alquileres, rentas, entre otros. El Ingreso Total Individual (ITI, en adelante) es útil para evaluar el poder adquisitivo de una persona en términos absolutos y analizar desigualdades entre ocupaciones, sectores o géneros. Se utiliza ampliamente en estudios de mercado laboral. Esto es clave para entender, de manera práctica, la diferencia con el Ingreso Total Familiar (más allá de lo conceptual): si el objetivo es analizar el mercado laboral, el ITI es más importante; pero si el foco está en las condiciones de vida y la pobreza, el IPCF es más relevante.

Revisemos ahora los datos del ITI: el promedio nacional estuvo en torno a $619.602, nuevamente impulsado por los casos porteños y patagónicos. En Misiones, esta variable marcó $499.644 y representa, una vez más, el mayor nivel de todo el Norte Grande, compartiendo las mismas características de diferenciación respecto a otras provincias que se detallaron para el IPCF. A diferencia del IPCF, el ITI experimentó un incremento en Misiones, que, si bien fue leve, es destacable: fue de +0,7%, por encima del total nacional (+0,5%) y notablemente diferente a otras provincias, como Corrientes, donde cayó 11,6%.

¿Cómo puede entenderse que el IPCF haya caído mientras el ITI aumentó? La clave de este fenómeno es la evolución del tamaño promedio de los hogares. En Misiones se observó un incremento, aunque leve, en el tamaño del hogar, lo que explica que, a nivel individual, los ingresos hayan aumentado, pero a nivel del hogar se registren descensos.

Siguiendo con el ITI, recordemos que es un indicador que considera tanto ingresos laborales como no laborales. Ahora bien, ¿cuál es la relación de estos con respecto al total? En 2024, el 28,4% del ITI correspondió a ingresos no laborales, por encima de la media nacional (23,9%), aunque notablemente por debajo del promedio del NEA (34,7%). De hecho, las otras tres provincias de la región se ubicaron en el top 4 de provincias con mayor participación de ingresos no laborales. Por ende, Misiones cuenta con una estructura de ingresos altamente atada a la actividad laboral, situación que se refleja en tener las mayores tasas de la región. Sin embargo, es importante destacar que, respecto a 2023, la proporción de ingresos no laborales en el ITI de Misiones creció: en ese año fue del 26,9%, lo que implica un incremento de 1,5 puntos. Esto posiblemente se explica por una mayor porción de ingresos provenientes de asignaciones familiares, un concepto que exhibió alzas reales en 2024.

Nos quedamos en el ITI con la intención de evaluar las brechas de género, es decir, cuánta diferencia existe entre los ingresos de varones y mujeres. Aquí se observa una fuerte señal de alerta para la provincia: la brecha de ingresos por género es del 31,1%, siendo la tercera más alta del país, además de haberse incrementado en 4,3 puntos respecto a 2023. La media nacional fue de 27,9%, por lo que la brecha misionera se posiciona muy por encima de ella. De hecho, esta brecha de género es, en Misiones, la más alta desde que se comenzó a medir la EPH ampliada (2016). Por ende, al igual que ocurre con el coeficiente de Gini, la reducción de las desigualdades —aunque en este caso, de género— debe ser una cuestión central en la agenda económica local.

Abandonamos el ITI para adentrarnos brevemente en otro indicador relacionado: el Ingreso de la Ocupación Principal (IOP). ¿Qué es esto? Es el ingreso total que una persona obtiene por su actividad laboral principal, es decir, el trabajo o actividad económica en la que dedica más tiempo o que considera su principal fuente de ingresos. Esto puede incluir sueldos, salarios, honorarios, comisiones, ingresos por cuenta propia, entre otros, derivados directamente de dicha ocupación.

Tal como se observó en el IPCF y en el ITI, también en el IOP Misiones muestra el mayor ingreso de todo el Norte Grande, con $447.161, aunque exhibe una caída interanual del 2,3%. ¿Por qué cae el IOP pero crece el ITI, como vimos antes? Esto se produjo porque, al descomponer el ITI en ingresos laborales y no laborales, el primero disminuyó un 3%, mientras que el segundo creció casi un 4%.

Para concluir, analicemos el último indicador: el Ingreso Total Familiar (ITF). A diferencia del Ingreso Per Cápita Familiar, este no se divide por la cantidad de integrantes, sino que mide el total de ingresos de un hogar. En este aspecto, Misiones no lidera en la región: con $882.982, se ubica en segundo lugar en el NEA, detrás de Corrientes (que registró $937.769). Sin embargo, aquí hay una clave para entender esta situación: en Corrientes se observan mayores ingresos totales en un hogar, pero también un tamaño de hogar superior, llegando a un promedio de 3,16 integrantes; en Misiones, en cambio, el nivel de ingresos totales es inferior, pero el tamaño del hogar es menor, con un promedio de 2,75 personas. Por ende, al calcular el ingreso per cápita, en Misiones los ingresos resultan ser superiores.

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