Carlos Andrés Ortiz

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

Los muertos no producen ni consumen

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A propósito de los “muy preocupados” por la economía nacional, los economistas liberales a secas, neoliberales, y los libertarios; más los comunicadores sociales que sirven de claque al establishment, y varios impresentables políticos de ese sector nada nacional; que a toda costa quieren terminar al como sea con las medidas de cuarentena; lo primero que se les debe hacer notar, es que la necroeconomía (economía de la muerte, o priorización a ultranza del libertinaje económico al como sea) que propugnan, con seguridad provocaría un alud de nuevos contagios de la pandemia del Covid 19, y con eso un incremento exponencial de decesos.

Lo muy riesgoso de no dar total prioridad a la salud pública, está demostrado por los casos de países que optaron por enfatizar medidas “pro mercado”, como EEUU, Gran Bretaña y Brasil, en los que los niveles de incrementos de los contagios y de las consecuentes muertes, aparecen como totalmente desmadrados.

Tampoco muestran casos muy airosos Italia y España, dos naciones en las cuales la peor infección que parecen mostrar, es la del neoliberalismo acentuado, una de cuyas secuelas es el descuido o incluso el desguace de los sistemas de salud pública; todo ofrendado al altar del “dios mercado”.

Para los señalados voceros del neoliberalismo (y doctrinas afines), es más que evidente que lo seres humanos no les importan nada, sobre todo si no son de los grupos cerradamente elitistas, que ellos integran o a los que sirven con arrastrada pleitesía.

Pero la hipocresía que demuestran, impresentable por cierto, solo es parcialmente escondida por los multimedios oligopólicos y sus asalariados tinterillos. Y les resulta indefendible, cuando se les pone ante la cruda realidad que esos mismos personeros de doctrinas político – económicas crudamente nacionales, apoyaron con entusiasmo de mercenarios al tanto por cuanto, todas y cada una de las sucesivas medidas de desguace económico generalizado, que con saña y nada de inocencia, fueron implementadas en cada uno de los tres períodos neoliberales, padecidos dolorosamente por nuestro país –el “proceso”, el noventismo y el macrismo-.

¡Ahora fingen preocupación por la caída de la actividad económica a consecuencia de las estrictas medidas sanitarias; pero justificaban e incluso se felicitaban, ante el industricidio masivo, el tecnicidio generalizado y muy acentuado contra entes tecnológicos relevantes (nuclear, satelital, biológico, el CONICET, etc.), el Pymecidio generalizado, y la miseria que multiplicaron con malicia y estulticia propia de psicópatas asesinos seriales!

Por supuesto, omiten considerar, con la insensibilidad y superficialidad conceptual que los caracteriza a esos sectores apátridas, el elemental concepto que los muertos no producen ni consumen.

Pero queda en claro, que además de ser voceros y reflejos de mezquinos intereses de oligarcas y oligopolistas, cuya única víscera sensible es el bolsillo; lo que en realidad buscan es la destrucción de los positivos efectos sanitarios de la severa cuarentena, que logró un elevadísimo nivel de aceptación en la población y un inédito porcentaje de imagen positiva del actual gobierno nacional.

En realidad, buscan sembrar de muertos por el Covid 19 en Argentina, para con ese argumento, despotricar a mansalva y seguir sus acciones de esmerilado con propósitos destituyentes del gobierno nacional, para volver a imponer otro gobierno oligárquico, apátrida y genuflexo ante los dictados del mega poder financiero transnacional, y de las Potencias Atlantistas, que desembozadamente buscan hacernos volver irremisiblemente al caduco e inviable modelo de país primarizado; el cual casi con seguridad sería el paso previo al desguace nacional en media docena de dóciles republiquetas; infame tarea que ya era el objetivo de los tecnócratas neoliberales del noventismo en el menemato y el delarruato.

Las progresías, con formatos y letras dictadas desde los mencionados centros de poder, son usualmente claques dóciles y maleables, funcionales a esos fines.

Por supuesto, los nulo pensantes cuando no cómplices activos de esas infames tareas, son los muy colonizados mentales milicos proceseros, en las antípodas de Señores Militares Patriotas que supimos tener.

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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Atacan a Venezuela, atacan a Iberoamérica

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Todos los enormes aprestos bélicos de EEUU y de algunos gobiernos títeres del entorno, no son solo contra Venezuela, son contra toda nuestra región,
Son un operativo de agresión que busca volver a institucionalizar como normativa neocolonial la reflotada e infame doctrina Monroe.
Esa es la base pseudo diplomática, que unida al enunciado del “destino manifiesto”, constituyen las piedras basales del accionar imperial, en base al cual nos quieren como sumisos habitantes de segunda, apenas como pobladores circunstanciales del patio trasero, a los que nos menosprecian con el descalificativo racial de “latinos”.
Es de señalar que el sector étnico “latino”, es en EEUU el que define a los latinoamericanos, de la nueva etnia indohispánica fruto de las uniones de nativas con españoles, y a todos los oriundos de nuestros países que emigraron más allá del Río Bravo los ven como el último orejón del tarro entre esa población, lugar de desprecio antes asignado a los afrodescendientes y del que salieron después que los pobladores negros de USA se ganaran su lugar y respeto, a costa de duras luchas, violencia y sangre de líderes como Martin Luther King y Malcolm X. Eso como dato anecdótico que refleja el fuerte racismo imperante entre los anglosajones del norte del continente, tema sobre el cual se podría escribir un gran volumen, sino una enciclopedia.
Pero volviendo a lo que hoy es el tema central, resulta muy claro que los anunciados y promocionados aprestos de agresión contra la hermana República Bolivariana de Venezuela no deben tomarse como una bravuconada del matón del barrio, sino como una amenaza concreta y una burla a la dignidad de todos nuestros pueblos y nuestras naciones; como la desembozada regresión al cavernícola estadio de la ley del garrote, de la descarnada ley de la selva con la fuerza bruta como único elemento válido de poder y como única instancia vigente de negociación.
Todas las acciones previas de agresiones semi solapadas, fogoneando y posiblemente financiando a operativos de violencia interna (las guarimbas); la persistente y feroz campaña mediática a escala mundial, con mucho énfasis en los medios concentrados (voceros del establishment) en toda Íbero América; más los
accionares de gobiernos de nuestra región, corrompidamente títeres de los dictados de los centros del poder mundial anglosajón y financiero; las campañas de iglesias sectarias financiadas desde el norte más ciertas altas dirigencias católicas ultra conservadoras; sumado al bloqueo económico, fueron el conjunto de prolegómenos, que al no lograr su objetivo desestabilizante, ahora parecen dejar paso inexorable a la agresión lisa y llana, sin importar justificativos ni falaces “motivos” que la avalen.
Debe quedar muy en claro, que no es una agresión contra el gobierno de Nicolás Maduro (al que descalifican como “régimen” pese a estar democráticamente elegido), ni contra su leal Fuerza Armada, ni tan solo contra Venezuela toda. ¡NO!
Es un proceso perverso de agresión contra toda Íbero América y El Caribe, para humillarnos y para hacernos perder todo atisbo de soberanía y de dignidad nacional; pretendiendo a la vez enterrar definitivamente el objetivo de Grandeza Geopolítica que, resucitado aun pese al poder de las oligarquías cipayas locales y de sectores uniformados muy afectados de profunda colonización cultural. Sueño de grandeza y unidad que tenemos la patriótica obligación de concretar, acorde al anhelo  bolivariano – sanmartiniano de la Patria Grande.
Debe quedar en claro, que corresponde solo a los venezolanos, decidir cual debe ser su gobierno y el color político del mismo. Es ofensivo que desde Washington (o desde Nueva York y Wall Street), hayan decidido que “es necesario un gobierno de coalición”…o lo que fuere. Y que para ello estén dispuestos a desatar un infierno de fuego y una orgía de sangre, para volver a tener sucesivos gobiernos títeres, que sumisamente les permitan el acceso irrestricto al petróleo, el gas natural, los yacimientos de oro, y los valiosos minerales raros, que Venezuela tiene en abundancia.
Pero por sobre todo, esos poderes imperiales y ultra materialistas, quieren que el pueblo y el gobierno de Venezuela se olviden de conceptos básicos, como soberanía, Patria Grande, Espíritu Bolivariano y dignidad nacional.
Quieren que su Fuerza Armada vuelva a ser dócil ante las indicaciones imperiales, pero celosamente feroz para reprimir a su propio pueblo; al estilo de los Carabineros de Chile y los proceseros que padecimos en Argentina, entre otros pésimos ejemplos similares de uniformados colonizados mentales de nuestra región. Y con eso no estoy haciendo ningún panegírico al “socialismo” ni nada parecido, sino defendiendo nuestra soberanía y la capacidad de decisión de nuestros pueblos, sin injerencias imperiales.
Y pretenden que nuestros gobiernos “pidan permiso” para no volver a cometer “osadías”, como impulsar la UNASUR, la CELAC, rubricar acuerdos estratégicos con Rusia y China “sin venia imperial previa”, y que ni se les ocurra volver a marginar del gobierno a las oligarquías apátridas y socialmente clasistas y
racistas…como son todas las oligarquías tan retrógradas de nuestra gran región.
Granada y Panamá fueron los funestos antecedentes cercanos en tiempo y espacio. Iraq, Libia y Siria, otros más lejanos geográficamente, sin olvidar el desguace de Yugoeslavia, por mencionar solo algunas muestras concretas de la renovada versión de la doctrina del gran garrote, en su momento institucionalizada por “Teddy” Roosevelt.
Por más que los tibios y las oligarquías locales de nuestra gran región, miren cómplices hacia otro lado…¡Si atacan a Venezuela, nos atacan a todos!

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La pandemia evidencia las incoherencias insalvables del neoliberalismo salvaje

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Hoy casi no se habla ni lee de otra cosa. Pero como sucedió con otras tragedias mundiales, este cuadro con visos surrealistas que es la pandemia, con todas sus secuelas, pasará. Y tal vez antes de lo pensado por muchos.
Este contexto caótico, está impactando como un mazazo sin previo aviso, que está haciendo tambalear muchas de las estructuras supuestamente intocables del Poder Mundial, con epicentro este en el algo difuso pero omnipresente Poder Financiero Transnacional.
Varios analistas de reconocida seriedad argumental, piensan que podemos estar inmersos a nivel global en una crisis peor que la de 2008; e incluso algunos creen que la actual, con los dos “cisnes negros” de la pandemia y la caída de los precios del petróleo, es el corolario de aquella crisis, para algunos nunca resuelta del todo, y agravada por el accionar corrosivo e irresponsable del mega poder financiero transnacional.
La pandemia (de dudoso origen, para varios analistas, que suponen un operativo de guerra virósica intencionalmente provocada), antes o después pasará; y si bien todos estamos ahora preocupados por el hoy y ahora, es obligación de estadistas patriotas analizar y tener listas las múltiples medidas que sin duda serán necesarias para enfrentar la nueva realidad económica y geopolítica que será consecuencia –deseada o no- de la pandemia.
Los hechos, con su contundencia irrefutable (pero ocultables por los amañados mercenarios de la comunicación), demuestran lo inviable, irracionalmente perverso y socialmente destructivo, del pensamiento político – económico predominante, el neoliberalismo ultra privatista, y peor aun su versión recargada, el “libertarismo” como doctrina que propugna una suerte de anarco capitalismo, una impiadosa ley de la selva del poder financiero sin límites ni pizca de solidaridad y amor al prójimo.
Las repetidas muletillas, que susurran o vociferan los voceros del establishment neoliberal, despotricando contra El Estado, alabando la supuesta “mayor eficiencia” del sector privado, las “soluciones a todo” que “el mercado ‘naturalmente’ produce y suministra”, y otras gruesas falsedades conceptuales similares, se cayeron a pedazos ante las contundentes evidencias que esta severísima crisis expone día a día.
Naciones con su Estado Nacional fuerte, presente y activo, han demostrado estar mucho mejor preparadas para superar la pandemia, o para impedir su propagación, disponiendo además de los sistemas sanitarios amplios, bien equipados y con acceso a todas sus respectivas poblaciones.
China es posiblemente el caso emblemático, que dispuso todo lo necesario con prontitud, y con la debida seriedad, logrando bajar la incidencia en tiempo muy breve. Pero no es el único caso de una nación con el Estado activo y presto para brindar soluciones en Salud Pública a toda su población, operando a la vez en forma enérgica para tratar de evitar mayor proliferación de la pandemia.
Rusia parece haber sellado sus extensísimas fronteras, para aislarse y evitar la propagación del Covid19.
Los tres países nórdicos (Suecia, Noruega y Finlandia), ni son mencionados, por lo que es posible que sus eficientes sistemas sanitarios, accesibles a todas sus poblaciones, haya actuado prestamente, sin excluir a nadie.
Casos aparte son los países “condenados” por sanciones unilaterales de EEUU y eventualmente sus socios cercanos, a los que se les niega la posibilidad de comprar insumos sanitarios esenciales; como fue denunciado públicamente por Irán, y como sucede desde hace mucho tiempo por Cuba y desde hace poco,
 Venezuela, entre otros casos. Claro que Cuba en particular, parece estar dando lecciones internacionales de sanitarismo muy activo y eficiente; y verificar eso no significa en modo alguno ser “comunista” ni menos aun “subversivo”, como están en Argentina
  prestos a catalogar, los colonizados mentales del tipo de los 
proceseros {1} y similares, que ven “comunistas” hasta en la sopa.
En el otro extremo, de la improvisación inicial, de los escasos recursos sanitarios disponibles para toda la población (con sistemas privados, y pobres o muy poco extendidos sistemas sanitarios estatales), por lo que la atención médica es prohibitiva o muy poco accesible para mucho sectores de la población; en ese otro extremo están las naciones que hicieron gala del “eficientismo” privado que sus políticas neoliberales exaltaron. Naciones ricas como EEUU, Italia, España, Gran Bretaña, en menor medida Francia y otras, no evidenciaron tomar las debidas prevenciones en tiempo y forma; estando a la vez mucha gente con riesgo de vida severo, ante la ausencia o carencias del Estado en la Salud Pública.
Argentina se encuentra en una situación especial, pues cuatro años de neoliberalismo descarnado, afectaron seriamente a todo el sistema sanitario, desfinanciándolo (siendo el caso más patético el Instituto Malbrán), paralizando terminaciones de hospitales y centros de salud pública y gratuita, además de acciones miserables, como dejar vencer en la aduana lotes de vacuna y dejar arrumbados sin protección alguna, a valiosos equipos que hoy faltan.
Pese a la caótica situación heredada de cuatro años de desenfrenado
neoliberalismo salvaje, hoy con el Estado presente y activo, todo parece indicar que nuestro hoy empobrecido país, es uno de los que mejor está procediendo en el mundo, para evitar en la medida posible, la difusión de la pandemia.
Y con la miserabilidad con la que procedieron siempre, los”dueños del poder”, esos que eufemísticamente en los últimos años se llamó “el círculo rojo”, están presionando por medio de sus voceros –los de los medios concentrados y sus repetidores al tanto por cuanto, con los mascarones de proa de “periodistas de renombre”- más trols y similares, para cortar cuanto antes la cuarentena.
Las muertes que puedan haber, no les interesan ni les conmueven, solo priorizan sus mezquindades habituales. Los 1.450 despidos de Techint del magnate Paolo Rocca, claramente se inscriben dentro de los aprietes al gobierno nacional, para que se subordine a sus mezquinas exigencias.
Son los mismos de las oligarquías tradicionales, más los de las oligarquías diversificadas, que aplaudieron el bombardeo a Plaza de Mayo, los fusilamientos y torturas desatados desde 1955, acentuados desde 1962 y llevados al paroxismo desde 1976. Son los que desde las sombras presionaron para que Cavallo, en pleno período golpista, estatice sus cuantiosas deudas en dólares, con las bayonetas custodiando que nadie reclame ante semejante tropelía. Son los que avalaron el neoliberalismo apátrida de los años ’90. Son los que apoyaron al macrismo para desguazar a Argentina,
No faltan colonizados mentales en grados profundos, sean “gente bien” del tipo “Barrio Norte” o similares (los hoy definidos como “chetoslovacos” {2] ) de sectores medio – altos, más un tropel de muy confusos de clases medias, medias bajas e incluso pobres; que en sus cegueras mentales y odios profundos, se jacten de jugarla de apoyos al neoliberalismo macrista, que tanto daño –más  que 
evidente- perpetró. Son los mismos que denostando al Estado y burlándose de la evidente pandemia, en tropel viajaron al exterior …y luego rogaron que ese mismo Estado al que desprecian, se haga cargo de repatriarlos, en las aeronaves de la aerolínea de bandera, que desprecian y quieren ver privatizada.
La pandemia puso en evidencia que “el mercado” no soluciona nada, excepto los mezquinos intereses financieros de los poderosos. Y que “el mercado” no puede suplir al rol del Estado para cuidar y proteger a la nación toda, y a toda la población, sin marginaciones ni caprichosas exclusiones dic tadas por racistas, clasistas, oligarcas ni proto oligarcas.
También es evidente que las naciones que practican diversas versiones de capitalismo de Estado, con Estados presentes y activos, no apegados a dogmatismos neoliberales, son los que más rápido y mejor actuaron, en defensa de sus respectivas poblaciones.
Claro está, que muchos muy confusos o colonizados mentales, siguen quejándose del “Estado opresor”, “tan opresor” que tiene poder para cerrar fronteras para protegerlos (pese a que los ”libertarios” se burlan de la soberanía); que les suministró un bien equipado y bien gestionado hospital de alta complejidad, en las cercanías, en el cual pudieron someterse a alguna compleja cirugía, o ser bien atendidos si la pandemia los afecta. O “tan opresor” que en muchos casos les permitió acceder a una buena vivienda propia, tener un buen trabajo, educación gratuita y de calidad para ellos y sus hijos, y un sistema sanitario presente y al alcance de todos, no solo de minorías excluyentes, como propugna el culto a la meritocracia egoísta, clasista y socialmente excluyente.
O un Estado “tan opresor” que en épocas de políticas económicas
heterodoxas (no neoliberales), permitió a los empresarios “juntarla con pala” {3}
gracias a los buenos salarios y altos índices de empleo, que estimularon el desarrollo económico y produjeron altos efectos multiplicadores en la economía nacional toda.
Pero a unos cuantos, el odio recargado no les deja razonar, ni se preocupan por conocer la realidad. Para ese tipo de gente, pensar por cuenta propia, les es un esfuerzo excesivo. Prefieren que otros lo hagan por ellos, y ni las evidencias que la pandemia pone al desnudo, les hacen pensar con coherencia.
(1) “Proceseros” es el mote aplicado a los partidarios, por lo general muy poco pensantes y de escasos razonamientos propios, partidarios del “proceso” cívico militar que perpetró el golpe de Estado neoliberal y oligárquico de 1976, en Argentina.
(2) “Chetoslovacos” es un neologismo lunfardo, que define a los “chetos” – expresión también lunfarda- que son los oligarcas o proto oligarcas aspiracionales, que se creen formar parte de un “país aparte”, cargado de clasismo y racismo implícito o explícito.
(3) “Juntarla con pala”, del lunfardo coloquial, equivalente a ganar mucha plata fácilmente.

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Aniversario del oprobio: tropas de ocupación al servicio extranjero

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Perpetraron el feroz golpe de Estado, para imponer sin oposición alguna el perverso sistema político – económico – social neoliberal; y para ello no les hizo asco perpetrar asesinatos, torturas y desapariciones, amparado todo ello en la “lucha contra la subversión”.
La primera víctima posiblemente fue el Mayor Bernardo Alberte, en la noche del golpe, arrojado al vacío desde su departamento, por una partida uniformada asesina, cuyo jefe llegaría después al generalato. Alberte era un prestigioso, leal y muy patriota colaborador de Perón y de la Doctrina Nacional.
A los pocos días, luego de una ríspida reunión con Videla, en la que el gremialista Oscar Smith se opuso a los negociados que Martínez De Hoz puso en marcha en el sector eléctrico, favoreciendo con alevosía a la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (de la que el ministro era Director), a las pocas cuadras fue secuestrado y “desaparecido” (léase asesinado sin que se encuentre su cuerpo).
Entre la noche del golpe y el día siguiente, los colaboradores del Dr. Julio C. González (quien ya era preso político apenas consumada la insurrección) fueron apresados y sometidos a feroces interrogatorios, a consecuencia de los cuales uno de ellos falleció a las pocas horas de paro cardíaco, y otro más sumó las listas de asesinados.
El “delito” que cometieron fue ser leales a la patria, para lo cual entre otras acciones, enfrentaron los intereses oligopólicos de las petroleras anglosajonas, cortando sus irritantes privilegios.
Tiempo después, en un atentado presentado como “accidente”, fue atropellado y matado el muy querido folclorista Jorge Cafrune.
Ninguno de los antes mencionados era “terrorista”, el terrorista era el gobierno militar procesero, que en ese marco eliminó toda oposición al genocidio económico – social que se puso en rápida perpetración.
El endeudamiento externo, en una escala antes nunca alcanzada, fue una de las herramientas instrumentadas para sumir al país en la dependencia y el subdesarrollo crónico, la misma metodología utilizada en los años ’90 y en el macrismo, para dejarnos inermes ante los dictados del poder financiero.
El “proceso” utilizó a las FFAA como tropas de ocupación, al servicio antinacional, en el propio territorio nacional. Infame rol de los supuestos “patriotas”.
Antes de toda esa masacre premeditada y alevosamente ejecutada, que fue el accionar de los apátridas proceseros, el Operativo Independencia, en Tucumán demostró que la violencia irracional de grupos guerrilleros, podía combatirse dentro del marco legal e institucional. Pero no, las guerrillas fueron la excusa perfecta para usurpar el poder y satisfacer la orgía de violencia que planificaron y ejecutaron los grupos del poder ultra conservador, como la Sociedad Rural y otros, con los uniformados como brazo perpetrador.
Por su parte, el Operativo Dorrego, realizado en 1973, con participación de militares del ejército y componentes de la juventud peronista, se realizó para llevar alivio a zonas inundadas de la provincia de Buenos Aires. Posiblemente, de haberse seguido en esa línea de acción, hubiese habido canales de diálogo constructivo, que habrían impedido posteriores derramamientos de sangre. Queda la duda…
El 24 de marzo de 1976, sin duda alguna, quedó grabado en nuestra historia como una de las fechas más oprobiosas, de las más tristes y de deplorable recordación. Vendrían luego más de siete años de gobiernos oligárquicos y antinacionales…con formato a puro himno y bandera. Se habían formado e institucionalizado los patrioteros de bandera.
Largamente preparado, como lo relata el Dr. Julio C. González (ex Secretario Legal y Técnico de las presidencias de Perón y de su sucesora, que merece respeto, lo que no implica coincidencias con su enfoque de la Historia Argentina), el nombre adoptado ya definía el carácter oligárquico, ultra liberal y pro anglosajón que le confirieron sus perpetradores: “Proceso de Reorganización Nacional”, denominación con claras raíces mitristas, asumiéndose como sucesores del “Proceso de Organización Nacional” que Don Bartolo perpetró un siglo antes (desde 1862) para imponer a base de degüellos y brutales derramamientos de sangre (aplaudidos y fomentados por Sarmiento y otros), el unitarismo portuario, y con él la subordinación expresa a Gran Bretaña y la adopción sin cortapisas del liberalismo económico, que nos ponía en el dócil rol de proveedor de materias primas, al servicio de los talleres de “La Rubia Albión”.
El tema tiene aristas complejas, y el justificativo de los golpistas del ’76 fue “la subversión terrorista”, concepto que pretendía abarcar a las distintas guerrillas, que utilizando violencia e irracionalidad, terminaron siendo funcionales al “sistema” que repudiaban.
Un análisis serio y bien fundamentado, hace ver que los dos brazos de la misma tenaza de violencia desenfrenada (las guerrillas y los aparatos represivos, primeramente al estilo paraestatal del tipo Triple A, y luego desde el propio Estado en el “proceso”), fueron totalmente funcionales a las “recomendaciones” del historiador británico – canadiense Harry S. Ferns, quien sutilmente definió que la única forma de destruir los notables avances que había logrado Argentina desde el peronismo en adelante, era mediante una guerra civil.
El mencionado Dr. González, hace notar que los focos de las violencias de las guerrillas, estaban puestos en los militares (como provocación irracional), en las dirigencias industriales y en científicos abocados a proyectos importantes (como sucedió con algunos que hacían investigaciones científicas para volcarlas a la producción).
Todo funcional, por ambas partes, para hacer retroceder a Argentina a estadios de subdesarrollo, de economía primaria crónica, que claramente estábamos superando, ubicándonos en el umbral del desarrollo autosustentable.
Los poderes transnacionales querían una Argentina pobre y atada al subdesarrollo; acorde a la siempre miope y egoísta visión de la oligarquía campera tradicional y de sus ramificaciones, la oligarquía diversificada, como la definió Eduardo Basualdo. Los brazos ejecutores de tan infame tarea, fueron los uniformados argentinos; algunos pocos como cómplices intencionales (los que el historiador José María Rosa definió como “los generales de empresa”), y la mayoría, de puro colonizados mentales, cargando dos décadas largas de adoctrinamiento antinacional, recibido en la Escuela de las Américas y en otros cursos “ad hoc”; todo eso produciendo un limado de neuronas al ras, reemplazando todo razonamiento propio y lógico, por montañas de abigarrados prejuicios inculcados como supuestas verdades absolutas.
Ese limado neuronal, incluyó el cambio total de prioridades: ya no se trataba de “defender a la patria”, sino en ser “defensores del sistema”, proceso de anulación mental que provocó que muchos de los uniformados se sintieran identificados con los objetivos del “mundo libre, occidental y cristiano” (un pernicioso y falaz concepto, pues no era ni libre, ni occidental ni menos aun cristiano, sino perversamente materialista), al cual subordinaban gustosos toda prioridad nacional… claro está que todo eso profusamente salpimentado con abundantes dosis de patrioterismo explícito, que a puro himno y bandera, en realidad pisoteaba con alevosía los reales Intereses Nacionales.
Tan profundo es el grado de colonización cultural al que fueron sometidos nuestros uniformados, que por odio recalcitrante contra el peronismo, inculcado persistentemente desde 1955 en adelante, apoyaron y aun muchos siguen apoyando al macrismo, negándose a ver y menos a razonar, los profundos destrozos generales ejecutados adrede en el reciente tercer período neoliberal (2015-2019), y las viles acciones de entrega de soberanía, perpetrados en ese muy negativo reciente período de nuestra historia.
Como ignorantes muy profundos de Historia, Economía y Geopolítica (demostrado palmari amente en 1982), los uniformados argentinos subordinados al neoliberalismo, menos aun comprenden que la meta real del precedente gobierno, y del establishment ultra conservador, es perpetrar la disolución nacional; perverso objetivo bosquejado en el siniestro “proceso”, buscado en el período noventista, y puesto en ejecución en el macrismo.
La Historia enseña, y mucho, si se la analiza con fundamentos y con rigurosidad; no pensando en función de prejuicios.
¿Volveremos a tener Fuerzas Armadas con clara Mentalidad Nacional? El interrogante sigue abierto.

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El endeudamiento desorbitado como antesala de la disolución nacional

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Es falso que la desastrosa gestión del macrismo haya sido motivada solo por impericia (que la hubo y mucha), o por pura apropiación dolosa e incluso burda del Estado para perpetrar toda clase de negociados “atendiendo desde los dos lados del mostrador”.
Fueron acciones intencionales buscando destrozar la economía y el tejido social argentino, provocando la desindustrialización forzosa, la destrucción de entes tecnológicos, la desocupación masiva, la brutal concentración de los ingresos en muy pocas manos, la descomunal fuga de divisas junto con su correlato de timba financiera a escala desorbitada; todo ello financiado con el mayor y más perverso proceso de endeudamiento, a tasas muy elevadas y concentrando vencimientos en muy cortos lapsos de tiempo.
Eso se hizo perpetrando paralelamente las más abyectas acciones de entrega de soberanía, pues a personajes carentes de todo atisbo de patriotismo, como los que nos (des)gobernaron en los cuatro años precedentes, solo les interesa ser una colonia neofeudal, primando solo los intereses mezquinos de los grupos del poder concentrado, sin importarles un ápice los Intereses Nacionales.
Nada de suponer “errores”, la gestión de Macri y sus cómplices políticos ha sido marcadamente exitosa, pues lograron buena parte de los objetivos de destrucción nacional sistemática, que claramente se propusieron, como continuadores directos de los neoliberales noventistas.
A la vez fueron sucesores de los proceseros, que impusieron el neoliberalismo usando a las FFAA como tropas de ocupación en el propio territorio, en beneficio de intereses extranjeros y de las minorías locales subordinadas a esos dictados foráneos.
Todo el accionar de endeudamiento frenético tuvo dos objetivos complementarios, a saber.
1 Inicialmente basado en inversores especulativos, mayoritariamente operó como el lubricante imprescindible para perpetrar el peor proceso de fuga masiva de divisas, eliminándose todo control estatal y todo freno al mismo, mientras se consumaba el más profundo nivel de endeudamiento,
con la contracara de la mayor destrucción sistemática socio – económica de toda nuestra historia.
2 Pérdida la capacidad de proseguir el endeudamiento desenfrenado, a consecuencia del sobreendeudamiento, por lo que ante la certeza del default, se recurrió al Fondo Monetario Internacional, presentado ese crédito masivo como tabla de salvación, siendo en realidad un pesado “salvavidas de plomo” contraído en plazos y montos claramente impagables, pero acordados sin inocencia alguna, con vencimientos inmediatamente escalonados después de las elecciones.
Con ese operativo de endeudamiento que el FMI implementó –transgrediendo sus propias normativas que prohíben prestamos para financiar fugas de divisas- forzado bajo claras presiones de las Potencias Atlantistas (y en particular del gobierno de Trump), se cerraron las tenazas del ahogo financiero con el cual se embretó a nuestro país.
Todo ese proceso de endeudamiento se perpetró con la anuencia y conocimiento de los grandes prestamistas, de la imposibilidad del pago en las condiciones acordadas.
Eso significa que, más allá de los afanes de ganancias financieras exorbitantes por parte de bonistas especuladores, los préstamos fueron otorgados bajo claros objetivos geopolíticos de sometimiento perpetuo de nuestro país, a los poderes financieros transnacionales, y sus propósitos de globalización salvaje.
La utilización de la deuda como herramienta de sometimiento a los dictados de los prestamistas y de los poderes fácticos neocolonialistas a los que representan y sirven, es vieja metodología imperial, habiendo sido utilizada por Gran Bretaña, y luego por EEUU y sus aliados europeos, desde las independencias formales de nuestras naciones de Íbero América y El Caribe.
Pero desde la aparición de la doctrina neoliberal, los objetivos del endeudamiento y sus consecuentes condicionalidades, trasmutaron de la implantación de la dependencia sin solución de continuidad para las naciones subdesarrolladas, a implementar directamente la disolución o la fragmentación de los Estados Nacionales excluidos del núcleo duro del poder neocolonialista.
Existen numerosos antecedentes de procesos de agresiones económico – financieras y políticas, perpetrados contra Estados que resultaban “molestos” o que pasaron a ser, en algunos casos, víctimas fáciles de esas agresiones.
En el caso argentino, el sobreendeudamiento y la concentración de vencimientos en el corto plazo, evidencia que se perpetró con un doble objetivo geopolítico.
Si hubiera ganado el neoliberalismo macrista en las recientes elecciones nacionales, muy posiblemente –casi con seguridad- habría forzado la aceptación del infame canje de deuda por territorio, tal como quisieron hacer sus predecesores en 2001; lo cual fue fogoneado entonces por mercenarios de los medios masivos, en particular las dos muy veteranas “divas blondas teñidas” Mirtha y Susana; las que repetían como un mantra y en tono lastimero, que “no nos queda más que aceptar el canje de deuda por algunas provincias que debemos entregar en pago”.
Como presión central para consumar el desguace territorial, Cavallo y otros operadores neoliberales, impusieron el nocivo concepto de “provincias inviables”, lo cual operaba como antesala del supuestamente “necesario” desprendimiento de esas provincias, calificadas como sobrantes y provocadoras de costos nocivos que –según ese apátrida enfoque- provoca “mantenerlas”.
Es de recordar que en varios discursos, Macri se refirió en forma despectiva a los reclamos de soberanía en Malvinas, siendo a la vez burlón al sostener que la presencia argentina en la Antártida solo genera costos que no podemos afrontar.
Curiosamente, el tropel de milicos liberales, nada afectos a la lectura y al análisis bien documentado, diciéndose “muy patriotas” votaron masivamente a favor del macrismo…colonización cultural en grado profundo, que le dicen…pero este ya es otro tema.
Queda acreditado que el neoliberalismo, y el macrismo como mascarón de proa de esa ideología, se burla de la soberanía nacional y la degrada, por lo que no cabe dudar acerca de la intencionalidad negativa del endeudamiento, dentro del esquema de poder oligárquico – macrista.
Al resultar derrotado electoralmente el sector neoliberal, el endeudamiento pasó a jugar como una maraña de impedimentos y condicionamientos, con los cuales se pretende anular toda iniciativa de desarrollo socio económico, buscando con ello el descrédito del sector político Nacional y Popular, para facilitar la vuelta del neoliberalismo, y con ello completar el desguace nacional.
Eso muestra a los poderes financieros transnacionales, operando alineados con el proyecto mundial de globalización salvaje.
Y como alternativas de última instancia, esos poderes antinacionales, disponen de varias opciones violentas: a) de amplios sectores muy colonizados mentales entre las clases medias y altas, y entre los uniformados; parte de estos últimos prestos y deseosos de reprimir con violencia, al estilo perpetrado en Bolivia y Chile, por citar dos ejemplos actuales; b) las agresiones armadas desde el exterior, como amenazan hacerlo contra Venezuela, y como lo hicieron contra Yugoeslavia, Libia, Iraq y otros; c) violencia armada interna, patrocinada desde el exterior, como sucede en Siria, y como la padecimos en nuestros países, para justificar procesos represivos brutales, en cuyos marcos se implantó el neoliberalismo.

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