Camino Nuevo hacia un cambio de paradigma

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Pensar en “la chacra como una continuidad inteligente del monte” es tan sólo una de las propuestas del Establecimiento Don Leandro para generar un efecto cascada tanto en la comunidad productora como en la tierra.

En Argentina, 7 de cada 10 empresas son manejadas por familias, indicador que puede interpretarse taxativamente de la siguiente manera: representan el 80% de los puestos de trabajo del área privada y genera el 50% del PBI del país. Dicho en otras palabras, las empresas familiares tienen un rol fundamental como motor y sostén de las economías. 

La esperanza de vida es el gran problema o desafío -dependiendo de cómo se encare- al cual se enfrentan las empresas familiares en cualquier parte del mundo.  En Argentina, mientras las estadísticas oficiales indican que el 70% desaparece entre la primera y la segunda generación; que sólo un 30% la heredan los hijos y; que únicamente el 5% llega a manos de los nietos de los fundadores.

En Leandro N. Alem, crece a paso firme un proyecto empresarial que surgió hace más de 50 años,  en el seno de la familia Ruzak, de la mano de don Evaldo. La empresa no sólo superó la segunda generación sino que además, actualmente transita la tercera generación a cargo de los nietos del fundador. 

Eliseo y Marcelo afrontan cada nueva jornada laboral con vistas a nuevos mercados y modelos de negocio, planteando una nueva forma de hacer las cosas bajo la premisa fundacional de “hacer las cosas con excelencia”. Y lo hacen trabajando en equipo con Eduardo, su padre, quien está al frente de la gerencia. 

La complejidad propia tanto de los sistemas empresariales como de los familiares, se hace más interesante aún cuando hay desafíos en el horizonte. Don Leandro produce yerba mate empaquetada y las comercializa bajo las marcas Don Leandro y El hachero. A fines de 2.021, presentó en sociedad Camino Nuevo, que hace honor a su propio nombre con una propuesta innovadora en el mercado pero sobre todo, desde los yerbales. 

El Establecimiento yerbatero es una importante fuente de desarrollo local ya que más de 80 misioneros se encuentran involucrados en la actividad. Durante la época de la cosecha, se suman a los tareferos, alcanzando un total de 30 trabajadores permanentes entre continuos y de temporada, distribuidos en todos los sectores de la empresa. 

En entrevista con Economis, Marcelo Ruzak, encargado de la administración, contó que “somos una empresa y producimos un producto premium. A partir de las utilidades que genera nuestro producto, buscamos propiciar un efecto cascada hacia la sociedad y hacia la tierra, que es lo que nos da este producto tan noble”. 

CONSERVAR EL TERRUÑO. “Esta es una idea que se está gestando desde hace varios años producto de visibilizar la necesidad de recuperar la condición natural de la yerba. Históricamente la yerba se explotaba en el monte y luego, con la llegada de los jesuitas se comenzaron a armar plantines y con el tiempo se crearon los yerbales”, contó Ruzak. 

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Si nosotros con el tiempo seguimos modificando el terruño de la yerba, llegará el momento en que nos quedaremos sin yerba. Con Camino nuevo, venimos a proponer un nuevo comienzo en vista a poner en valor y recuperar la selva misionera”, sostuvo. En esa línea, el proyecto cuenta con un fuerte componente de concientización orientado a volver a tener árboles nativos en nuestras chacras. 

Históricamente, la práctica cultural consistió en sacar el árbol nativo cuando crecía cerca de la planta de yerba. Sin embargo, tal como lo viene contando Economis en diversas notas periodísticas, hay estudios aislados que denotan que la cubierta verde en yerba genera resultados positivos. 

Desde el Establecimiento Don Leandro ya están trabajando con especies nativas y cortinas verdes en los yerbales propios, que alcanzan las 250 hectáreas de yerba. Y, además de contar con el vivero propio de plantines de yerba, este año están generando sus propios plantines nativos. A fines de marzo, Camino Nuevo recibirá el primer pedido de plantines nativos de un vivero provincial y serán entregados a los más de 40 productores que abastecen de materia prima a la empresa para que ellos avancen con esta iniciativa en sus yerbales. Entre ellos, está Walter Wurfel, el productor del año del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), quien ya avanza hace un buen tiempo con el tema de la incorporación de nativas y exóticas en los yerbales. 

Luis Prietto, ex presidente del INYM y propulsor de técnicas de incorporación de especies nativas en yerbales, es uno de los partícipes del proyecto. También, Camino Nuevo avanza en conversaciones y acuerdos con ambientalistas, naturalistas y organizaciones no gubernamentales orientadas a restaurar la selva misionera. 

Parafraseando a Alberto Roth, el agricultor suizo que se asentó en Santo Pipó y se convirtió en un conservacionista y el pionero ecologista de gran aporte a la historia ambiental de Misiones; Ruzak indicó a Economis que la chacra tiene que ser la continuidad inteligente del monte”. 

 “Volver al origen no quiere decir convertir el yerbal en monte, pero si vamos a lograr que muchos árboles comiencen a crecer y pasar a tener yerbas más sustentables, albergando aves que podrán consumir plagas como el taladro o kiritó”. A su criterio, es una relación ganar – ganar (win – win) que permitirá un camino circular. 

CAPRICHO DE FAMILIA. La planificación y el seguimiento es parte del trabajo cotidiano y propio de todo proyecto a largo plazo que apunta a generar cambios radicales tanto en hábitos como en prácticas y consumos. 

Y los resultados generan cambios que impactan directamente no sólo en los procesos productivos e industriales, sino sobre todo en el producto final. La utilización pura y exclusiva de chips de bosques implantados para la generación de energía es un ejemplo claro, así como también lo es la elección de un proveedor de envases con Certificación Forestal FSC. Estas decisiones empresariales no hacen más que garantizar que las explotaciones forestales cumplan los estándares sociales y ambientales muy exigentes y que, al final del día, permite que el consumidor de la yerba mate contribuya a la conservación de los bosques y de los valores sociales, culturales y ambientales asociados a estos.

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“Estamos encapricahados en convertir nuestras chacras en referentes” advirtió Ruzak y explicó que desde el punto de vista agronómico, trabajan con tecnología de punta y que van logrando cambios de forma progresiva. “Hemos disminuido significativamente el uso de agroquímicos. Todavía no hacemos yerba orgánica pero sí agroecológica y esto lo compartimos con los productores. Hace algunos años lo planteamos y nos decían que no se podía, hoy miran el yerbal y es evidente que sí se puede”, ejemplificó

Desde el Establecimiento trabajan con una red de 50 productores, todos ellos provenientes de la zona centro Alem y municipios circundantes. “Con ellos derramamos la visión sustentable y lo vamos logrando… cada vez tenemos charlas más interesantes con nuestros colaboradores y proveedores”. 

“El árbol nativo siempre es pensar a largo plazo… por eso tardó tanto en instalarse la cultura en la provincia. Para lograr una buena sombra hablamos de entre 12 y 15 años. Claramente es más fácil plantar un eucaliptus, pero eso es una discusión aparte”.

Ruzak considera que hoy más que nunca es momento de hablar del tema del cambio climático y la restauración de la selva con los productores y con las industrias. Con respecto a la situación crítica de sequía extrema y estrés hídrico que se está transitando actualmente, señaló que no solo dejó de llover sino que bajó abruptamente el porcentaje de humedad atmosférica, cosa que generó el daño en los cultivos. “Hemos recorrido montes y te llama la atención cómo el monte está seco por dentro. Se modificó el clima y a su vez, el suelo. El suelo colorado ha sufrido mucho y se empieza a resquebrajar y esos quebrantamientos de los suelos son tan profundos que afecta directamente a las raíces y las plantas”, detalló. 

Pero la sensibilización no se realiza únicamente de puertas para afuera, sino también hacia el interior. El contador avanza en una formación de MBA Administración de Empresas, y justamente por estos días se encuentra elaborando su tesis, focalizada en la implementación del protocolo de familia como herramienta de gestión en las empresas familiares. “Propongo una perspectiva innovadora que no sólo busca reglar las relaciones internas, sino que tiene un sentido más amplio buscando la sustentabilidad de la empresa donde también entran a jugar la misión y la visión”, aclaró. 

Para concluir esta nota, hacemos extensiva la invitación de Marcelo para graficar algunas lógicas actuales y repensarlas a la inversa: Párese ahora frente a un predio que puede estar ubicado en cualquier parte de la provincia. Observe que, como en otros lugares, para poder avanzar con el loteo se está extinguiendo un pedazo de monte nativo en la zona. Acto seguido, suponga los pasos siguientes: limpieza total del predio, construcción de calles, delimitación de lotes. Luego, construcción de las casas y, por supuesto, se volverán a plantar árboles y en unos 10 años aproximadamente se disfrutarán sus sombras.  

Frente a todo aquello, la pregunta obvia es: ¿no sería más fácil dejar los árboles y aprovecharlos en lugar de voltearlos?. “Evidentemente es la forma en que aprendimos a hacer las cosas cuando nos colonizamos. Pero hoy tenemos la posibilidad de ser protagonistas y cambiarlo”.

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