El cáncer pancreático es un tipo de cáncer que se origina en el páncreas, cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada. En Argentina, las últimas estadísticas de mortalidad por cáncer -según la localización tumoral- indican que en varones el páncreas ocupa el cuarto puesto, y en mujeres el quinto, según información publicada por el Instituto Nacional del Cáncer, ente dependiente  del Ministerio de Salud de la Nación.

Por su parte, la American Cancer Society, señala: “A menudo, los cánceres pancreáticos han crecido mucho o ya se han propagado fuera del páncreas para cuando causan síntomas”. Entre los síntomas que cita la entidad, se encuentran: la ictericia que se manifiesta a través de la piel y los ojos que se tornan amarillentos; el dolor de abdomen (vientre) o de espalda; la pérdida de peso y falta de apetito; náuseas y vómitos; agrandamiento de la vesícula biliar o del hígado que se puede detectar cuando un médico palpa este agrandamiento durante un examen o a través de estudios por imágenes. En ocasiones, la primera señal es un coágulo de sangre en una vena grande, generalmente en una pierna. A esto se le llama fleb otrombosis profunda (DVT).

Si bien su causa es desconocida, existe evidencia que los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de padecerlo: edad, sobrepeso, antecedentes de pancreatitis, tabaquismo, alcohol, diabetes, y antecedentes familiares de la enfermedad.

Cabe agregar que el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas en pacientes con pancreatitis crónica está aumentado 16 veces comparado con pacientes sin pancreatitis crónica. Por lo que resulta importante realizar un seguimiento estrecho en este tipo de pacientes.

En el marco del Día Mundial contra el Cáncer de Páncreas (16 de noviembre), la Lic. Patricia Chávez del departamento de Nutrición de DIM CENTROS DE SALUD, responde algunas preguntas sobre la relevancia de la alimentación.

¿Qué rol juega la alimentación en la prevención?

La alimentación juega un papel importante en la prevención y tratamiento del cáncer. Los factores dietéticos impactan entre un 30 y un 50%, y pueden ser modificables.

La obesidad genera un estado de inflamación crónico y promueve el desarrollo de la afección. El consumo de carnes procesadas, cocción a altas temperaturas, aumento de colesterol, consumo excesivo de alcohol, están asociados con un mayor riesgo de padecer este tipo de cáncer.

Como factores protectores se pueden mencionar el consumo de frutas y vegetales, micronutrientes como vitamina C, E, dieta Mediterránea, consumo de nueces, etc.

¿Qué pasa con la alimentación durante el tratamiento?

El plan de alimentación constituye uno de los pilares fundamentales, el cual deberá ser completo, variado, saludable y fraccionado. Es importante no restringir el aporte de grasa de la alimentación, sino que se deberá realizar una adecuada selección de las mismas, tener en cuenta la elección de carbohidratos en presencia de diabetes, asegurarse del aporte de proteínas por el riesgo de desnutrición, y de un adecuado aporte de calcio y vitamina D. Asimismo, hay que estimular la realización de ejercicio físico y suspender hábitos como fumar y el alcohol.

Algunos pacientes pueden requerir terapia nutricional a través de  la vía oral como por ejemplo, suplementos nutricionales, nutrición enteral o parenteral con la finalidad de recuperar el  estado nutricional.

Mantener un buen estado nutricional es fundamental para afrontar los tratamientos.

Por ello, la intervención nutricional debe formar parte de la atención integral de pacientes con Cáncer de Páncreas y aplicada por un Licenciado en Nutrición debidamente especializado.

Con el asesoramiento de la Lic. Patricia Chávez (MN 10039-MP 6252)

del departamento de Nutrición de DIM CENTROS DE SALUD

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