¿Cómo hizo Misiones para bajar las tasas de embarazo adolescente y mortalidad infantil?

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El último mensaje del gobernador Hugo Passalacqua ante la Legislatura dejó varios datos para analizar. En economía, la reducción de la deuda pública y su mínima exposición en dólares. En educación, la mejora en calidad en las escuelas primarias y la universalización de las salas de cuatro años, entre otros. Pero es en Salud Pública donde los datos revelan una enorme transformación, con impacto directo en el presente y desafíos futuros en todas las demás áreas del Estado. Misiones logró reducir la tasa de embarazo adolescente y la de mortalidad infantil en tiempos donde hay una enorme presión sobre los recursos por el ajuste y el retroceso de la Nación en la protección de la salud de los argentinos. ¿Cómo lo hizo?
En 2017 el porcentaje de nacidos vivos de madres hasta 19 años era de 19,7 por ciento, con un 0,8 por ciento de madres de entre 10 y 14 años y un 18,9 de madres de entre 15 y 19 años. Traducido en números, 201 madres de entre diez y catorce años y 4.908 de entre 15 y 19.
La política de prevención se aplica sobre este último grupo etáreo, ya que un embarazo en en el primero, es consecuencia de un delito y que haya menos casos depende de cuestiones culturales, educación y hasta judiciales.
El ministro de Salud, Walter Villalba puso énfasis en el trabajo con los adolescentes y logró en el último año, bajar la tasa de embarazo adolescente a 19 por ciento y la de embarazos entre 15 y 19 años, a 18,2 por ciento, el número más bajo de la historia.
El de menores de quince se mantuvo igual, aunque hubo apenas menos casos: 198, contra 201 de 2017. Entre 15 y 19, en tanto, hubo 4.548 partos, casi 400 menos que en 2017.
El plan diseñado por Villalba fue seleccionado por Unicef y hoy se convirtió en el manual con el que trabajan 18 provincias.

¿Cómo fue el proceso para bajar la tasa de embarazo adolescente?
“Cuando asumí, teníamos 23.8 por ciento de tasa de embarazo adolescente o embarazo no intencional en la adolescencia. ¿Esto qué significa? De todos los nacimientos que hay, el 23,8 por ciento era de madres adolescentes. Históricamente Misiones tenía entre 25 y 27 mil nacimientos por año en promedio, es decir que cerca de seis mil eran hijos de madres adolescentes por año.
Comenzamos a aplicar una política propia. Salimos a las escuelas, entramos a los clubes y aplicamos algunas asistenciales, directamente, no solo educativas, además de los talleres en toda la provincia con los que llegamos a cerca de 40 mil chicos por año.
Cambiamos la normativa en la cual cada mamá adolescente que ingrese a una institución pública, sale con un método anticonceptivo de largo alcance, ya sea intradérmico, ya sea un DIU o SIU –es un dispositivo pequeño que contiene la hormona Levonorgestrel y que un profesional médico coloca en dentro del útero-. Lo hicimos con fondos propios, porque la Nación se retiró en 2016, por decreto, por casi un año de la Salud Sexual.
La normativa nacional era dar anticonceptivos para adolescentes en caso de aborto o después de tener un hijo. En Misiones la cambiamos, alcanzando a todas las adolescentes: Se les explica los métodos y si nunca tuvo un evento obstétrico, de igual modo se le coloca, con consentimiento y también avanzamos en el pos parto. Antes tenía a su hijo, se iba a su casa y usualmente, volvía embarazada a los pocos meses. Ahora se van del hospital, con anticonceptivos, no solo adolescentes, sino todas las madres”.
Esa decisión trajo consigo otro resultado: después de muchos años la tasa de natalidad bajó de la línea de 25 mil nacimientos año (24.989 nacidos en 2018)
El dato no es menor. La crisis obliga a mirar con lupa y a realizar proyecciones que, aunque odiosas, son necesarias: la elevada tasa de natalidad es un problema en el presente pero puede ser mayor en el futuro. El 70 por ciento de los partos ocurre en hospitales públicos, lo que va de la mano con el poder adquisitivo o el acceso a una obra social. Eso, en tiempos de inflación y salarios deprimidos, implica un enorme desafío alimentario y en el corto plazo, educativo. Después será laboral y habitacional. Hay que pensar en 20 años.
“Si el Estado no está presente, no habría forma de paliar esa situación. Tenemos que dar respuesta, en lo que a mi me toca, desde lo sanitario. El ritmo de crecimiento demográfico es un problema. Por eso apunto a la baja de la tasa natalidad global y dentro de la tasa global, la de embarazo adolescente”, explica Villalba.
La tasa de embarazo no intencional se divide en dos: de 10 a 14 años y de quince a diecinueve. En el último grupo se puede medir el éxito de las políticas públicas. Pero, tristemente, el número de violaciones se mantiene en el tiempo: en los últimos 20 años, hubo un promedio de 200 niñas de entre diez y quince años, que terminaron con embarazos no deseados y en muchos casos, madres.
En 2018 fueron 191. “Ahí no podés medir política sanitaria. Es judicial y hay que atacar cuestiones culturales y educativas. Tal vez cuando queden presos los responsables, cambie”, reflexiona Villalba.
En Salud Pública, cada caso recibido de menores de quince años, es inmediatamente judicializado.
En el grupo de entre 15 y 19 años es donde se percibe una baja gradual de embarazo. “Esa tasa disminuyó a 18,2 por ciento y es la más baja de la historia. Cuando salen, se van con anticonceptivos, gratis, porque los paga el Estado misionero. En febrero de 2016, cuando Mauricio Macri corta el plan nacional de salud sexual y reproductiva responsable, tuvimos que salir a comprar lo que pudimos. Los implantes los compramos nosotros, Corrientes nos dio un excedente de preservativos”, enumera.
El ministro se muestra preocupado, sin embargo, por un dato de la realidad: en los talleres se encuentran con jóvenes dispuestas a ser madres adolescentes con el objetivo de lograr “independencia” o escapar de abusos intrafamiliares o violencia. “Ese es su plan de vida. Pero se plantean pasado y no futuro. La que tiene contención en la familia, sí mira hacia adelante”, cuenta Villalba.
Hay otro problema adicional, explican médicos del hospital Madariaga consultados por Economis. Muchas adolescentes tienen relaciones sin atender a las posibles enfermedades de transmisión sexual e incluso, de transmisión vertical, es decir de madre a hijo en el embarazo. También advierten los especialistas que se observó un rebrote de casos de sífilis sobre todo en embarazadas por falta de información y control obstétrico. Eso puede provocar aborto por muerte fetal. No es solo sífilis, también aparecen hepatitis B C, VIH y gonorrea. Los médicos apuntan a la educación sexual como clave, pero también cuestionan la poca participación de los padres en la formación de los jóvenes. 
 
De los 24.989 nacimientos en 2018, hubo 4.546 madres adolescentes y 198 madres niñas.
Podrían ser más. Pero Misiones aplica el protocolo sobre el aborto no punible desde 2013.
“En Misiones se aplica el protocolo desde 2013, porque la ley de 1921 ya indica en qué casos se considera un aborto no punible. Pero además, el fallo FAL  (una joven de Comodoro Rivadavia fue violada por su padrastro cuando tenía 15 años y su madre recurrió a la Justicia para que su hija pudiera realizarse el aborto en un hospital público. Su reclamo fue rechazado en primera y segunda instancia de la Justicia de Chubut y cuando la joven cursaba la semana 20 de embarazo intervino el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) provincial, que encuadró el caso como uno de los supuestos de aborto no punible del artículo 86 del Código Penal de la Nación y permitió la realización del aborto) abre la puerta a otros casos y obliga a los Estados provinciales a poner en práctica el protocolo. Una adolescente viene embarazada y con una simple declaración jurada de la violación, se pone en marcha el protocolo. Hacemos en algunos efectores y obviamente la información no se socializa. Misiones es pro vida, pero siempre también se adaptó a la legislación, porque tenemos que garantizar el acceso al derecho que tienen las adolescentes”, sostiene el ministro.
“Después está el hecho de alarmar a los profesionales. Los médicos, enfermeros, sobre todo en el interior, cuando entra una embarazada de 13 años, la controlan como si fuera una embarazada común y corriente. Y no lo es. En paralelo, la objeción de conciencia está ligada al hecho del aborto, pero la información la tenés que manejar, es tu obligación como ciudadano denunciar una violación, que ahora es un delito de acción pública”, sentencia Villalba.
 
El otro dato saliente que dio el Gobernador en su mensaje al Parlamento fue la baja de la mortalidad infantil a un piso histórico. De 32 por mil a fines de la década de los 90 a 6,7 por mil.
“Con infraestructura, si no caen los recursos humanos, vamos a ir mejorando año a año. Aquel 32 a 34 por mil de los 90, se traducía en que morían 800 y pico de chicos por año. Ahora son 168 chicos. Son 633 familias que no están lamentado un niño muerto”, explica Villalba.
Pero advierte bajar hasta 10 puntos no es un secreto. “Bajarla de diez y en poblaciones periféricas como las de Misiones y mantenerse, hay que estar todo el día en la calle. Sostener ese número va a costar mucho. Hay que plantarse sobre esta política de Estado y sostener los promotores y la regionalización de nacimientos”.
 
¿Cómo impacta el ajuste nacional en la salud pública misionera?
En los medicamentos. El plan Remediar hizo que cada provincia deje de tener una producción local, porque Nación mandaba todo a las Caps y CICs y hospitales de nivel I. La cantidad de especialidades disminuyó a 20 y pico. Mandan cosas que no sirven para Misiones y que dijimos que no manden más.
Suplimos con producción propia y en la alta complejidad, se iniciaron compras centralizadas, que la Nación quiere que uno se meta en ese sistema para conseguir precios más baratos, que le transfieras tu plata para que ellos compren y eso es imposible por las leyes de contabilidad y sistemas de rendición que son distintos en cada provincia. En todo caso, la Nación debería poner precios de referencia para comprar más barato. Los medicamos de alta complejidad no llegan. La Nación pagaba antes una cápita por cada discapacitado, ahora duplicó la cápita, pero se corrió de proveer medicamentos caros, de más de 500 mil pesos por mes y de largo tratamiento. Las diálisis las paga la provincia. Estamos menos peor que otras provincias por una sólida gestión de salud, con centros de diálisis en Iguazú, Eldorado y Posadas, que están saturados, porque están desarrollados para los que no tienen nada.
 
¿Y cómo se sostiene la atención?
Obviamente que a nuestro Gobierno le genera preocupación, se necesita ayuda de otros estamentos estatales. Pero hoy en Misiones, todos los ministerios ayudan a la salud pública.
Hoy no hay ministerio de Salud de la Nación y pasó a la órbita de la vicepresidencia, pero la vicepresidenta no nos recibe a los ministros y tenemos un interlocutor sin poder de decisión.

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