Contra viento y marea llegaron a la casa de Maria de Loreto
En el tercer fin de semana del mes de noviembre, la diócesis de Posadas vivió una verdadera fiesta de la que participaron miles de fieles que llegaron al Santuario de Nuestra Señora de Loreto ubicado en la localidad homónima.
En la tardecita del sábado una multitud de peregrinos partió de diferentes zonas, Posadas, Jardín América y Alem para recorrer más de 50 kilómetros y llegar al Santuario para hacer memoria y celebrar junto a los santos mártires. Lo hicieron después de escuchar la bendición y el envío realizado por Monseñor Juan Rubén Martínez, quien dijo “movidos y unidos por la Fe debemos caminar para agradecer por un año que viene siendo complicado para muchos, pero que siempre estuvimos acompañados por nuestra madre que nos reconforta y protege”. En el predio de la parroquia de Fátima, el padre Miguel Ángel Moura, asesor del equipo, llamo a los peregrinos a abrazar la caminata con la esperanza de dejarnos sorprender por el amor de Dios.
El pronóstico de alerta temprana no era muy alentador porque se esperaban lluvias y tormentas eléctricas, y se cumplió pero la fe fue más fuerte y lo peregrinos siguieron caminando.
En la madrugada una fuerte tormenta golpeo a los peregrinos, pero con seguridad y acompañados por los servidores (que hicieron un servicio impresionante y silencioso), la mayoría siguió la marcha con la alegría de ir a la casa de Maria a agradecer. Siendo las 4:30 desde la ciudad de Posadas, partieron más de 200 ciclistas después de recibir la bendición y el envío del diacono y también lo hicieron con una fuerte lluvia.
En el centro de espiritualidad y el santuario, pese a la lluvia, se vivió una gran fiesta con la presencia de mucha gente llegada desde distintos lugares. Se celebraron dos misas en simultáneo por la fuerte lluvia. Una fue en la capilla nuestra señora de Loreto y fue presidida por Monseñor Carlos Viera, y la otra fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez en el templo abierto ubicado en el centro de la localidad.
Durante la homilía de la misa en el Santuario de Ntra. Sra. de Loreto, Monseñor Juan Rubén Martínez, llamó a estar de pie en la esperanza, no dejarnos decaer, pero sobre todo a actualizar nuestro Sí a Dios a pesar de las adversidades y las tormentas de la vida. También llamó a pedir por nuestros hermanos más necesitados.
Recordemos que la peregrinación al Santuario diocesano de Loreto se realiza todos los años hace 17 años y participan muchas personas, sobre todo jóvenes, que se movilizan caminando, en autos, colectivos y bicicletas desde las distintas parroquias, escuelas y comunidades de nuestras zonas pastorales saliendo conjuntamente desde Leandro N. Alem, Jardín América y Posadas (Parroquia Nuestra Señora de Fátima).
El Obispo de la Diócesis de Posadas, señaló que esta peregrinación a la casa de nuestra madre es muy importante, porque vamos a agradecer, pedir y a rezar por nuestras intenciones y por una Argentina más justa para todos. Además, felicitó a todos los peregrinos que caminaron y no claudicaron a pesar de que se mojaron mucho por la tormenta y remarcó que ese es el valor de la fe y del ejemplo de nuestros santos mártires, que no nos permite bajar los brazos por más complicado que sea el panorama.
Monseñor, explicó que “aún con las tormentas, con las dificultades que puedan presentarse en nuestro camino tenemos la entereza, la certeza de que vamos a estar de pie en la esperanza y que no vamos a decaer por muchas situaciones de un mundo mercantil y materialista que obviamente no quiere la fe, ni los valores del Evangelio y tratan de destratarlos. Por eso acá ante el ánimo de la entrega hasta el martirio de nuestros mártires queremos actualizar nuestro Sí a Dios, ante nuestra madre de Loreto queremos actualizar nuestro Sí a Dios”, porque Él es la fuente del amor y siempre nos acompaña.
El Obispo, llamó a ratificar nuestro Sí de que en este tiempo estamos con esperanza y que no vamos a bajar los brazos nunca, a pesar de que se atente contra nuestros valores, porque la Iglesia siempre sufrió formas de martirio y comentó que estamos celebrando justamente a nuestros Santos Mártires como Roque González de Santa Cruz, Alonso Rodríguez, Juan del Castillo, y el Padre Antonio Ruiz de Montoya, que supieron decirle que Sí a Dios a pesar de que ese si implicó sacrificios e incluso la vida. Ellos supieron amar y llevar el Evangelio a los que más necesitaban.
En relación a la II Jornada Mundial de los podres, Monseñor, manifestó “nuestro tiempo, caracterizado por el pragmatismo y por una proclividad a priorizar lo mercantil, va generando cada vez más pobreza y, por lo tanto, más pobres en el mundo. Lo percibimos también en nuestra Patria y en nuestra provincia. Son miles las familias que sólo sobreviven, son miles los jóvenes, niños y ancianos que sobreviven en la marginalidad. No vemos que este planteo sea tratado seriamente. Sólo se dan cifras que no motivan a ningún funcionario de la política, del mundo empresarial o sindical a sentarse a tratar como un problema de Estado el flagelo de la pobreza.
Desde los organismos internacionales que responden a los países ricos del mundo proponen caminos de eliminación de los pobres antes que caminos de equidad e inclusión. Peor aún, ven a los pobres como un peligro frente a la escasez de materia prima de cara al futuro. De ahí las inversiones de apoyo para la reducción poblacional por cualquier vía, inclusive con los programas de eliminación de los niños por nacer. El lema de la jornada de este año es «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34,7). Rezamos e imploramos junto con ellos”, dijo.
Para finalizar, el Obispo, pidió que actualicemos nuestro Sí a Dios y que llevemos el Evangelio, siempre con la mirada fija en los hermanos más necesitados, que están en el corazón del Evangelio y deben estar en los nuestros también. “Debemos responder con amor y con misericordia”, solicitó