Cuántos años de vida se pueden ganar mediante una alimentación saludable sostenida en el tiempo
Son reconocidos los beneficios de llevar adelante una alimentación saludable, factor fundamental para una buena salud. Se estima que los factores de riesgo vinculados a una mala alimentación causan en el mundo 11 millones de muertes por año. Esto es casi el doble de fallecimientos que los que generó el Covid-19 durante toda la pandemia.
En este marco, un grupo de investigadores de la universidad de Bergen, Noruega, diseñó un modelo epidemiológico que permite calcular cuántos años de vida se pueden ganar mediante los cambios en la dieta sostenidos en el tiempo.
“El mejorar los hábitos dietarios de la población es una importante medida sanitaria que, no solo haría que las personas vivan más años, sino también que estos años sean de mejor calidad y con más salud. Además, mejorar la dieta puede tener un impacto ecológico sustancial”, subraya la Dra. Paola Caro, directora médica de vittal.
La expectativa de vida de un individuo es, a partir de una determinada edad, cuántos años se espera que viva. Esto depende de una serie de factores, como lo son la genética (es decir, los antecedentes familiares que tenemos), distintas enfermedades (tanto agudas como crónicas) y los hábitos, en los que incluimos: la dieta, el consumo de tabaco o alcohol, y el grado de actividad física que realizamos, entre otros.
“No obstante, también depende del lugar del mundo donde se vive: no es lo mismo la expectativa de vida en un país en desarrollo, que la que tiene un individuo de un país desarrollado”, aclara la Dra. Caro.
En este sentido, un grupo de profesionales de la Universidad de Bergen, Noruega, desarrolló un modelo matemático para predecir el impacto de distintas opciones de dieta sobre la expectativa de vida de las personas. Compararon 3 dietas:
● Dieta occidental típica
● Dieta óptima u optimizada
● Dieta intermedia en los cambios, es decir, viable o con un enfoque de viabilidad (sería aquella a «mitad de camino» entre la dieta más saludable, y la que la mayor parte de la población occidental consume, que sería la menos saludable).
“A partir de estos cambios y modelos de dieta, demostraron que la expectativa de vida aumenta si se introducen cambios en los hábitos alimentarios, desde la dieta occidental típica, hasta una dieta óptima u optimizada, como máxima expresión de beneficio en cantidad de años ganados”, expresa la Dra. Caro. Y consigna que “la ganancia de años se obtiene consumiendo más legumbres, cereales integrales y frutos secos, y menos carnes rojas y carnes procesadas”.
Sobre ello, la Directora médica de vittal remarca que cuanto antes se introducen estos cambios en la vida, mayor es el beneficio en años de vida ganados. “Los beneficios máximos se vieron en los que cambiaban la dieta a los 20 años”, agrega.
Los beneficios para la salud de los cambios en la dieta están relacionados con la reducción de la enfermedad cardiovascular (enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, etcétera), y de la mortalidad por cáncer y diabetes, todas ellas entre las principales causas de muerte a nivel mundial. La reducción de la mortalidad cardiovascular puede suceder tras pocos años de cambios. Para los cánceres, probablemente se necesite más tiempo.
La Dra. Caro resalta que la dieta ideal no tiene bebidas azucaradas, carnes rojas, ni carnes procesadas, tiene muy pocos granos refinados o harinas, y menos productos lácteos, leche y huevos. Y es rica en frutas, verduras, legumbres, granos enteros, pescado y agrega un puñado de frutos secos.
Se calculó una dieta de casi 2000 calorías por día para la dieta típica occidental (1931 calorías), versus poco más de 1800 calorías (1818 calorías) por día para la dieta ideal. No se calculó el efecto de la restricción sobre los resultados (es decir, no se vio si se vivía más con menos calorías).
“Se vio al cambiar la dieta típica occidental por una dieta ideal, un aumento de la expectativa de vida de hasta 13 años, para los hombres que cambiaron su dieta a los 20 años, e incluso hasta 3.4 años en los hombres que cambiaron su dieta a los 80 años. Los años de vida ganados por las mujeres que cambiaron su dieta a los 20 y 80 años fueron 10.7 y 3.4 años, respectivamente”, detalla la Dra. Caro. Y aclara que a medida que aumenta la edad, el efecto beneficioso es menor, pero igual está presente.
“En suma, y como conclusión, podemos afirmar que un cambio en la dieta sostenido, es decir, comer mejor habitualmente, puede dar beneficios sustanciales sobre la salud. Cuánto antes en la vida, mejor, y nunca es tarde para cambiar: siempre hay beneficios”, enfatiza la especialista.