Detrás de Escena: el misionero que se destaca en La Rural de Palermo
Que todo se vea bien, es el leiv motiv de cualquier reunión. Que todos los detalles estén cubiertos a la perfección, motivo de orgullo. Si se trata de un evento masivo, el esfuerzo es mayor y la satisfacción, se multiplica por diez. Estar detrás de escena es pura adrenalina, dice Tobías Berger, el misionero que hizo de la organización su modo de vida y hoy conduce -desde Posadas- una de las productoras de eventos corporativos que disputa mercado con las principales marcas que juegan de local en Buenos Aires.
Su compañía Brand TB , junto a la productora Tie Meetings y la revista THC, fueron las encargadas de “reabrir” el predio de La Rural después del letargo provocado por la pandemia, con un evento latinoamericano dedicado a el cannabis y el éxito fue total, con medidas de seguridad, coordinación con expositores de otros países y un preciso control para cumplir con las exigencias sanitarias. Experiencia sobra: el joven obereño formo parte de la organización de Matear, que en la última edición llevó más de cien mil personas.
“El trabajo de la productora es muy silencioso, siempre detrás de escena. Nos contratan para poner el ojo en el otro. Desde hace 4 o 5 años, estamos trabajando en Buenos Aires con producciones destacadas. Allá nos dicen “organiza el provinciano”. También pasa al revés, que a veces tenés buenas oportunidades acá, pero por desconocimiento se termina trayendo a alguien de afuera, cuando se podría hacer con recursos locales. El caso de “Matear” arranca un poco así. Yo de actividad tengo 16 años, porque empecé en 2005 a organizar eventos. En 2009 pongo la productora con unos socios -Juan Mc y Ramiro L-, específica para la parte corporativa. Empezamos con un evento propio que era de la construcción, primero fue el Salón Inmobiliario, después devino en el ECOVIDI, la expo de la construcción, vivienda y el diseño. Ese evento nos dio mucha experiencia y fue como la primera escuela, porque no solo hicimos la producción sino la comercialización. Somos de las pocas productoras en el país, que produce y comercializa”.
¿Vos te encargas de que las empresas se sumen a un evento?
Vendemos los espacios, a los que se denomina piso, porque se construye o se ofrece un sistema modulado y además, los sponsors y todas las actividades que hay adentro. Uno ve la foto del evento, pero detrás hay un sponsor, una empresa, un laboratorio que quiere que eso se difunda. En el caso de ECOVIDI, nos obligó a estar en contacto con otras empresas, porque el rubro es muy amplio. Entonces entramos en contacto como muchas actividades económicas, al ser un evento netamente privado porque era uno de los pocos que no tenía apoyo en ese momento, nos dio muchas libertades. En 2013, veníamos de tres años consecutivos de la expo y dijimos que, o parabamos, o nos íbamos a otra provincia, porque muchas veces te ponen el título del NEA, pero mirás las fotos y siempre son los mismos, del NEA tenía poco y nada. En las últimas ediciones, tuvimos participación de empresas fuertes de Chaco, en especial de una empresa de vidrios, que es la más importante del NEA, lo que nos incentivó a poner el ojo en Resistencia. A pesar de ser una provincia de punta del NEA, no tenía el centro de convenciones que teníamos acá. Nos entrevistamos con Jorge Capitanich y quedó encantado: “Lo van a hacer en el nuevo centro de convenciones”, dijo. “Frente al aeropuerto lo estamos construyendo”. No había nada y fuimos los primeros. La cuestión es que fue inédita esa edición, que fue la cuarta, porque no solo salimos de Misiones, sino que inauguramos el Centro de Convenciones.
¿La organización de un evento de este tipo requiere mucha inversión previa, de mucho pensar previamente?
ECOVIDI llevaba siempre nueve meses de trabajo, porque la comercialización es un proceso largo entre que la empresa toma la decisión y demás. Vos tenés un backup que son los primeros que participaron, que son los que llaman, porque están convencidos del producto, pero después hay otros que no, a nosotros nos llevó un año exacto el primer ECOVIDI. Nos llevó tiempo convencer a BGH, que ahora no existe, pero en ese momento era muy fuerte, tenía aire acondicionados y demás, que fue sponsor del evento por tres años seguidos. Lo mismo le sucedió con las Cámaras de la Construcción, nosotros teníamos el apoyo de todas las Cámaras de la Construcción provinciales, menos de la Cámara Argentina, que el primer año se abstuvo y dijo: “Quiero que lo hagan y después nos sumamos”. Al año siguiente, la cámara como todas las otras cámaras de las provincias de Misiones y también de Chaco, se sumaron y participan activamente.
¿Hoy vivís de la organización de eventos?
Claro, en Misiones es particular porque tenemos la productora de sociales, por una parte, por otra la de corporativos, porque el volumen de los corporativos hace que en un momento sea muy bueno, en otros sea necesario el evento social para equilibrar la balanza.
¿Qué hacés, tercerizas todo?
Tenemos un staff de proveedores, que dependiendo del lugar donde se haga el evento cambia. No solo por la locación, sino porque en La Rural tienen un esquema de proveedores habilitados.
¿Y cómo fue que llegaste a organizar Matear?
La primera vez que hice “Matear” fue en 2017. El Instituto Nacional de la Yerba Mate estaba con ese proyecto hacía dos años. Yo tenía un evento gastronómico on-line, que lo que hacía la gente era entrar a esa plataforma y se dirigía a diferentes ofertas que tenía la ciudad. Fue uno de los primeros eventos online antes de la pandemia. Después con la pandemia hicimos Click para la cámara de Comercio de Posadas y era “la novedad”, pero yo ya lo había hecho hacía unos años. En ese momento yo tenía la intención de hacer una ruta para la Yerba y me acerco al instituto a ver si les interesa. Me entrevisté con el responsable de Marketing y me dijo: “La propuesta que me hacés no me interesa, yo tengo esta, necesito soluciones, me lo hacés, lo que necesito es una feria, pero específicamente en Buenos Aires”. En 48 horas, llevé una propuesta porque obviamente me encantaba la idea de trabajar en Buenos Aires.
Con eso debutaste…
Claro, con eso debutamos allá. En Buenos Aires yo tengo una alianza con una productora local, Tie Meetings, para tener una pata allá, así que empezamos a producir “Matear” en 2017. Ahí es cuando me encuentro con el esquema rígido que tiene La Rural, que te quita libertades, pero está muy bien aceitado en seguros y responsabilidades. Te proponen soluciones porque hay cadenas de responsabilidades muy altas cuando uno hace un evento. En el 2017 arrancamos con Matear, con solo 2500 metros cuadrados, al año siguiente se duplicó a 5000 metros cuadrados. De 18 mil visitantes pasamos a 24 mil y en el tercer año, que generalmente es el tiempo en el que el evento madura, llegamos a 100 mil personas, eso fue en 2019, con más de 6500 metros cuadrados de exposición.
¿Acá cómo es? ¿Falta un poco?
Sí, a ver tiene que ver, por ejemplo, con ECOVIDI nosotros pusimos varias cuestiones que las aplicamos porque las veíamos como necesarias, que después las encontré en Buenos Aires y dije “no estaba tan loco”. Esto de pedir seguros, que la gente esté habilitada, determinadas medidas de construcción y demás. Vos tenés dos tipos de expositores, el que se adapta a un sistema modular, que vos podés alquilar, donde mete sus cosas ahí adentro y expone. O también tenés el que tiene un poder adquisitivo distinto, que te compra los metros cuadrados disponibles y construye. Como no sabemos con quién va a construir, nos tiene que mandar un proyecto. Hay una serie de responsabilidades que uno no las ve hasta que sucede un accidente. Después, 100 mil personas van a entrar y van a estar seguras.
¿Matear fue lo más grande que organizaste?
En cantidad de personas sí. Pero no en cantidad de metros cuadrados, porque este año batimos el récord con Expo Cannabis. Como es una industria que está en creciendo, a pasos muy rápidos, llegan del exterior. Empezamos en 2019 con 3500 metros cuadrados y un solo pabellón de La Rural. Para la segunda edición, este año, porque por con la pandemia no se pudo hacer el año anterior, pasamos a 18.500 metros cuadrados. O sea, quintuplicamos la muestra. La demanda es alta. Expo Cannabis era un evento que cinco años antes se intentó hacer y no se pudo, es un rubro muy particular, no es fácil hacer un evento donde vos estás en medio de la legalidad. Vos no podés exhibir semillas, no podés exhibir aceite de Cannabis, no podés exhibir plantas, todo lo otro sí. Entonces, es muy particular, porque podés exponer un invernadero a un tipo que después no sabes donde consigue las semillas para tener una plantita en su casa. Para el año que viene esperamos la regulación, no sé si completa, pero por lo menos en más áreas para la vida cotidiana. Expo Cannabis creció tanto, que nos vimos obligados a aumentar la superficie, porque fue inédito, ninguna de las expos tradicionales que se hacen en España, en Chile se pudieron realizar. Nosotros tomamos la apuesta en plena pandemia, que fue durísima, con tres reglas diferentes en un año, así que lo fuimos mutando al evento para que se adapte. Con muchísimo costo de todo, económico y de energía del equipo: Duplicamos los pasillos para el distanciamiento, en la entrada pusimos el mismo sistema de control de temperatura que hay en los aeropuertos. 18.000 metros cuadrados para 6 mil personas que nos había habilitado el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, después nos habilitó mil más. En dos turnos, algo inédito. En el medio tiene un sistema de desinfección, los expositores que pusieron lo mejor de sí, imagínate después de un año sin nada, era una fiesta, así que ellos se encargaban de rociar con alcohol, limpiar la superficie que la gente podría haber estado tocando. Todos los espacios tenían aforo, vos contratabas un área de 16 metros cuadrados y entraban ocho personas, no más. Pero amén al imaginario, porque mucha gente piensa que el Cannabis es transgresor por que sí, te encontrás con gente súper respetuosa, que nos apoyó un montón. El resultado, fue más de 50.000 personas en tres días, con dos turnos en cada jornada.
¿Crees qué, en 2022 vuelve la idea del evento masivo?
Creo que va a pasar un tiempo largo, donde tal vez por momentos puedan hacerse eventos masivos, en otros momentos no. Eso va a ser un trabajo, de las grandes productoras, tanto en organización, en logística, van a tener mucho trabajo, porque requiere un trabajo muy fino, saber cuándo es el momento. La pandemia va a continuar, todavía hay poblaciones muy grandes que no se vacunaron, ahí es donde está alojado el virus, variantes que van a seguir apareciendo. Para mí estamos en una época de transición larga, de octubre hasta acá no hemos tenido brotes grandes, se han hecho eventos masivos. De hecho, hay fútbol. Pero en marzo, puede ser que tengamos alguna situación epidemiológica que nos obligue a cumplir otras normas. No creo que vayan a ver más cortes, por cuestiones económicas primero, pero sí hay que estar atentos a eso, vamos a tener que planificar más.
¿Cuánta gente llegaste a emplear para un evento?
Las exposiciones llevan muchísima cantidad de personas, solamente nuestro staff de colaboradores directos, tenemos más de 50 personas. Después tenes empresas por detrás tienen proveedores y demás, que tenés que multiplicar sobre una base de 50, 60 proveedores, que detrás de eso tenes un promedio de 20, o incluso hasta 60 personas, contratadas
Entonces, para un evento estás hablando de 500 personas.
Y más, porque estamos hablando de la Rural, de 18 mil metros cuadrados, yo tenía 500 personas trabajando de manera directa e indirecta y 86 expositores. Yo recuerdo esos números, porque estábamos todo el tiempo con el aforo.
¿Hoy estás entre los principales organizadores de eventos del país?
En el nicho que estamos puede decirse que si. Nos dedicamos en especial a exposiciones y ferias, que es un nicho muy grande, pero somos muy pocos los que tenemos un flujo continuo. Ahora estamos planificando proyectos vinculados a Bit Coins, a cerveza artesanal y otros. El mercado parece muy amplio, pero no somos tantos los que lo hacemos.
Para el año que viene ¿qué tenés cerrado?
Tenemos la tercera edición de la Expo Cannabis. En febrero tenemos las reuniones claves de los eventos que están en agenda, Matear. Una Copa de Cerveza Artesanal Latinoamericana. Ellos querían tener su propio evento, pero no nos quieren como proveedores, sino como socios. Cuando empezamos a indagar, tienen 500 fábricas en el país de cerveza artesanal. Cuando vos arrancas una expo, arrancas con 60, 70 stands. Hay que buscar un lugar, porque lo que tiene la cerveza es que cada stand tiene un producto distinto, la gente va por eso. Ahora estamos buscando locación, si es en La Rural, o en el Hipodromo de Palermo que tiene una locación muy buena al aire libre. También estamos con una convención de Bitcoins, estamos evaluando el realizarlo, estamos buscando un partner importante a ver si nos acompaña con la gestión.
¿Generás todo desde acá, o te movés?
Trabajamos en alianza con una productora de Capital Federal, Tie Meetings. La pandemia aceleró la virtualidad. Para mi el Zoom era un aliado desde mucho antes de la pandemia y entonces trabajar a mil kilómetros de distancia no es un impedimento. Por suerte en avión estás en una hora, así que si tengo que trabajar una cosa muy puntual, estar ahí no es un inconveniente De hecho, toda la comercialización de Matear se hace desde acá, tenemos clientes de Córdoba, de Corrientes, de Capital, a todos los misioneros obviamente, todo se comercializa desde acá.
¿Y cómo lidiás con la parte económica?
La foto es muy linda, pero el trabajo previo es arduo, vivimos en un país donde tenés que hacer malabares, nosotros nos volvimos unos expertos en decir: “Esto va a valer tanto”. Lo único que nunca pegamos es cuando va a saltar el dólar, es lo único que nos desequilibra porque hay mucho insumo vinculado.
¿Y en Misiones trabajás igual?
Misiones tiene la particularidad, porque en Buenos Aires se hace muchísima diferenciación entre corporativo y social. La gente que hace sociales, no hace corporativo. En Misiones, está la particularidad se trata de evento a todo. Me ha pasado con clientes de mucho tiempo, que está lanzando un producto de la empresa y al mismo tiempo te pide asesoramiento para un casamiento del hijo. Es como que te toman como la persona de los eventos.
Tobías tiene 41 años y pese a que hoy es un experto, llegó al mercado casi de casualidad. “Con dos amigos que teníamos, uno cocinaba muy bien, el otro hablaba muy lindo, estudiaba antropología, pusimos un servicio que nunca funcionó: Divina Gula, chef a su casa. En 2005, internet era solo para mandar mails, así que todavía se ponían avisos en los diarios importantes. Nosotros poníamos como aviso, que íbamos a cocinar a tu casa, si tenías una reunión con amigos, no sé, cocinábamos, te contabamos la historia del plato para tener tema de conversación, si querías un mozo te lo dejábamos y nos íbamos. Eso no funcionó, después nos dimos cuenta que meter tres tipos en tu casa desconocidos, en esa época era mucho. Pero nos llamó un representante de una marca de piscinas de fibra. Me dice: “Me caso, tengo 200 personas. Llamé a 5 servicios, ninguno vino, no querés organizar el evento”. Ahí empezamos, contratamos un catering, lo hicimos en la bajada vieja porque había un salón allí. Nos salió buenísimo.
¿Qué profesión tenés?
Soy profesor universitario en biologia. Nada que ver. Acá te tienen que gustar los riesgos, te tienen que gustar las corridas, porque puede pasar de todo, te tiene que gustar esa parte de ver los desafíos, mucha vocación de los proyectos. A veces la gente ve la foto y creen que uno trabaja para la foto, que es solo un pedacito, pero a mí me da placer ver el desenlace. El poder lograr reunir a más de 80 empresas, que todo se haya dado, que la gente la pase bien, el objetivo se logró.