Cada 31 de mayo, el mundo entero conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1987, con el objetivo de alertar sobre las consecuencias devastadoras del tabaquismo. En Argentina, el cigarrillo es responsable de aproximadamente 45.000 muertes por año. La adicción al tabaco no solo compromete la salud física, sino también la emocional, mental y social de quienes la padecen.

“Fumar no es simplemente un mal hábito: es una adicción compleja que nos consume la salud y la vida”, advierte el Dr. Miguel Carlos Sangiovanni, máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM Centros de Salud. Y agrega: “La cesación tabáquica requiere un abordaje integral que contemple cuerpo, mente y hábitos”.

Una epidemia silenciosa pero letal

Según datos de la OMS, el tabaquismo provoca más de 8 millones de muertes anuales en el mundo, de las cuales más de 1,3 millones son atribuibles a la exposición al humo ajeno. En Argentina, el Ministerio de Salud estima que el tabaco está relacionado con:

• 45.000 muertes anuales (el 14% del total)
• 19.000 nuevos casos de cáncer
• 33.000 diagnósticos de neumonía
• 11.000 accidentes cerebrovasculares (ACV)
• 61.000 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares
• Más de 100.000 personas afectadas por EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)

No existen formas seguras de consumo: cigarrillos industriales, tabaco de armar, pipas o vapeadores con nicotina son igualmente perjudiciales.

¿Por qué cuesta tanto dejar de fumar?

El cigarrillo genera una triple dependencia:

• Social: suele comenzar en la adolescencia, influido por el entorno y el deseo de pertenencia.
• Psicológica: se convierte en un “compañero emocional”, asociado a momentos de placer, estrés o rutina.
• Física: la nicotina es una sustancia altamente adictiva, y su abstinencia genera síntomas físicos y mentales.

“Para dejar de fumar, no alcanza con abordar solo uno de estos aspectos. Es necesario un tratamiento integral, con apoyo profesional, educación, acompañamiento emocional y, si hace falta, medicación”, explica el Dr. Sangiovanni.

Herramientas disponibles

Los tratamientos para dejar de fumar son variados y pueden combinarse según el caso:

• Terapias de reemplazo de nicotina (parches, chicles, sprays)
• Medicamentos como bupropión o vareniclina
• Apoyo psicológico individual o grupal
• Educación para la adopción de hábitos saludables

Fumar no es una elección libre: es una adicción

“Vivimos acelerados, abrumados, desconectados de nuestro cuerpo. A veces no advertimos que el único vehículo que tenemos para transitar la vida es justamente ese cuerpo al que tanto descuidamos”, reflexiona el especialista. Dejar el tabaco no es solo apagar un cigarrillo, sino aprender a vivir sin esa dependencia física, emocional y social.

¿Qué ganás si dejás de fumar?

Los beneficios comienzan desde el primer momento:

• A los 20 minutos, baja la presión arterial
• A las 12 horas, se normalizan los niveles de monóxido de carbono en sangre
• A las 2 semanas, mejora la circulación y la función pulmonar
• Al cabo de 1 año, se reduce a la mitad el riesgo de enfermedad coronaria
• En 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye un 50%
• En 15 años, el riesgo de enfermedad cardíaca se iguala al de una persona no fumadora

Una decisión que salva vidas

Dejar de fumar es una de las decisiones más importantes que una persona puede tomar por su salud y su calidad de vida. Es difícil, sí. Pero es posible, urgente y necesario.

Con el asesoramiento del Dr. Miguel Carlos Sangiovanni
Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular – DIM Centros de Salud
M.N. 78.412 / M.P. 222789