Digitalización del Estado: El impulso de la pandemia
Por Fabián Ruocco – Director Ejecutivo CEDyAT. La pandemia que estamos viviendo hizo que los imponderables sean una parte nodal en la gestión. La situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 ha obligado durante estos últimos meses a las diferentes Administraciones Públicas a dedicar todos sus medios personales y materiales a garantizar su correcto funcionamiento a través de la prestación de los servicios públicos por sus empleados de forma no presencial. En ese sentido, y para atravesar la dinámica de manera eficaz, se necesita agilidad, flexibilidad e innovación en los procesos de la Administración Pública. En ese marco, se requiere aprovechar herramientas que ya están probadas y que funcionan. Con el objetivo de comprender un poco más sobre este proceso, la encuesta realizada por el CEDyAT, el CIPPEC y la UMET revelan importante evidencia para evaluar la gestión. Ahora, llegó el momento de prevalerse de los dispositivos institucionales existentes para reforzar la presencia del Estado.
Es difícil asociar la pandemia de COVID-19 a algún tipo de suceso positivo. No obstante, es innegable su influencia directa en el proceso de aceleración digital que ha cambiado el paradigma de las relaciones sociales, en general, y de los negocios, en particular, en prácticamente todas las empresas y sectores productivos del planeta. Así, abundan las cifras que confirman este acelerado proceso, aunque las más contundentes están relacionadas al aumento progresivo de las conexiones y los usuarios activos de internet. Por ejemplo, un informe de CISCO pronosticó que para 2023 se alcanzarán más de 5.300 millones de usuarios de internet, equivalente a 66% de la población. Junto con ello, habrá 29.300 millones de dispositivos conectados, y más de 14.700 millones de conexiones.
En Argentina las Unidades de Vinculación Tecnológica (UVT[1]) acompañan este proceso de transformación digital ofreciendo herramientas concretas de colaboración para lograr una Administración Pública que sea posible en el país en el “post-pandemia”. Aunque la aceleración digital se caracteriza por la implementación de soluciones como la Realidad Virtual y Aumentada, Omnicanalidad, Automatización, Ciberseguridad, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, no basta sólo con ellas para conseguir una ejecución exitosa. También es necesario que cada organización adquiera una mentalidad digital, preparando a su fuerza laboral y a sus colaboradores a migrar hacia un modelo en donde el trabajo remoto y la hiper-conectividad llegaron para quedarse. Según la encuesta realizada conjuntamente por el CEDyAT, el CIPPEC y la UMET, que analizó las condiciones de trabajo de la Alta Dirección Pública en el contexto del ASPO, se expresa la urgente necesidad de incrementar los procesos de transformación, capacitación y formación en este nuevo escenario digital.
Así, la primera impresión que surge de las evidencias recolectadas refleja que existen obstáculos lógicos que se han presentado por un cambio que no fue planificado, que surgió de una necesidad inesperada, y que, sin embargo, se afrontó de manera razonablemente exitosa.
Ante la crisis global del Coronavirus se generó una rápida migración de las tareas de los trabajadores públicos que se desempeñaban físicamente en oficinas hacia una modalidad virtual o a distancia mediante el uso de tecnología digital. Una gran cantidad de esos puestos de trabajo y de procesos se reformularon, adaptándose rápidamente a la nueva modalidad. En este marco, se actuó de una manera pragmática a fin de resolver problemas de la mejor manera posible. Esta nueva forma de trabajo remoto ha resuelto muchos inconvenientes provocados por la crisis y abrió infinidad de posibilidades para la ciudadanía que se encontraba cumpliendo la cuarentena en sus hogares.
Resulta importante destacar que es posible que, entre los sucesos negativos sufridos por la Pandemia, exista una oportunidad a ser tomada por países como el nuestro, relacionada con aprovechar el impulso de cambio tecnológico que comprende a toda la sociedad a partir de la crisis del COVID-19. El paradigma del cambio tecnológico ya estaba avanzando desde hace varios años como una profunda transformación social, que sin lugar a dudas, la pandemia aceleró. Así, se está asistiendo a una nueva era basada en los datos y en el conocimiento con un sector público que deberá adaptarse rápidamente al cambio, debiendo articular fuerzas económicas dentro de un contexto digital muy distinto a épocas anteriores.
El presente desafío para la Administración Pública va a requerir de un Estado activo y del compromiso de un sector privado como ejes principales de desarrollo tecnológico, con procesos que permitan mayor capacidad de procesamiento y con nuevas herramientas de análisis de datos. Pero, fundamentalmente requerirá personal capacitado en el uso de dichas herramientas y en un trabajo que permita realizarse de manera remota. Un gobierno tecnológico es más que simplemente hacer que el servicio gubernamental sea digital. Es, también, mejorar la gestión interna de la Administración Pública para otorgar un mejor servicio, facilitar el acceso a la información y asegurar la transparencia dentro de la gestión para aumentar la confianza pública y fortalecer la participación ciudadana.
Por esos factores la presente encuesta adquirió entre los especialistas un valor importante. Desde nuestra mirada, el Sector Público necesitaba de un diagnóstico de la situación para poder formular un plan que permita desarrollar las actividades de un Estado eficiente que no se olvide y aborde los derechos de sus trabajadores en un equilibrio que beneficie a las partes y especialmente a la sociedad en su conjunto.
Así, un Estado de calidad es una deuda histórica. A su vez, el mejor legado que podemos dejar para el futuro es vencer la burocracia en su concepción vinculada a trabas y limitaciones en la gestión pública. En ese contexto, la transformación digital es una de las propuestas centrales que integran el nuevo plan de gestión 4.0 que muchas organizaciones privadas y públicas se propusieron trabajar en la colaboración conjunta con ministerios, secretarías y organismos descentralizados para mejorar el funcionamiento del sector público en nuestro país. Gracias a eso, muchas de las instituciones pueden seguir funcionando en estos tiempos de pandemia.
Una correcta inversión en digitalización genera retorno en términos de valor público. Desarrollar más y mejores UVTs, en el marco de la Ley 23.877, hace plausible evitar el empobrecimiento del campo local y la ‘fuga de cerebros’ hacia economías con mejores prestaciones para la investigación aplicada. La historia nos demuestra que esa situación impacta fuertemente en la desarticulación de equipos de trabajo, así como en una menor circulación de la producción tecnológica dentro y fuera del país.
La acumulación de capacidades tecnológicas y la especialización en materia digital facilitan un inmenso potencial de desarrollo que permite capitalizar las múltiples experiencias transitadas durante la pandemia para luego aplicarlas en la reactivación general. La necesidad de aprender de los casos exitosos es ineludible a los efectos de promocionar fuertemente la economía del conocimiento desde Argentina hacia el mundo.
Los expertos de la UVT- CEDyAT abordan la relación existente entre cambio tecnológico y empleo en el actual contexto de acelerada –y frecuentemente incierta– transformación y penetración de nuevas tecnologías, considerando asimismo las potenciales tendencias de mediano plazo en la materia que serán el gran desafío del siglo. Los destinatarios inmediatos del trabajo que realiza nuestra institución son las Organizaciones -Públicas y/o Privadas- que reciben la asistencia técnica de nuestros equipos. Pero el destinatario final de nuestra actividad es siempre la ciudadanía que recibe mejor atención y respuestas más rápidas a sus necesidades. De esta manera, el acelerado proceso de digitalizar las dependencias de la Administración Pública brinda una reducción de costos de operación notable debido a la gestión automatizada, como lo vemos en medio de la pandemia por el COVID-19, donde el flujo de información continuo y constante entre la administración y la población genera mayor confianza y transparencia.
El COVID-19 ha demostrado la importancia de que el funcionariado actúe en consecuencia con las exigencias de los nuevos escenarios. En ese sentido, fue y es trascendental promover la digitalización de trámites y servicios gubernamentales para fomentar la innovación mediante la vinculación tecnológica con instituciones habilitadas por el Poder Ejecutivo Nacional. En ese contexto, y en línea con la creciente aceptación de la idea de que el mundo del futuro tendrá que ver cada vez más con la tecnología y la innovación, resultará oportuno impulsar la inclusión de este aspecto en las agendas estratégicas de concertación política y social a plantearse tras la pandemia. Lo importante es no demorar más.
[1] Una de las principales acciones que tiene la UVT, que se desprenden de la Ley 23.877, es profundizar la Vinculación Tecnológica entre el sector científico- tecnológico universitario y los sectores empresariales, atendiendo también a las necesidades de orden municipal, provincial y nacional. Se trata de vincular a la ciencia y la tecnología con la economía del conocimiento, para poder aumentar el valor agregado, lo que a su vez generará más empleo y tendrá como consecuencia una mejor calidad de vida para los habitantes.