El fenómeno de “breadcrumbing”: una forma de manipulación emocional

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El Breadcrumbing es un patrón de comportamiento que se utiliza para manipular. Qué opinan los expertos sobre él.

Durante una época en la comunicación a través de redes sociales y las aplicaciones de citas han convertido en un punto clave para encontrar compañía, un nuevo término ha surgido en el lenguaje de la comunicación digital: el “breadcrumbling”. Este fenómeno, en español conocido como “migajas emocionales”, es un patrón de comportamiento en el que una persona muestra interés en otra de manera intermitente, pero constante, sin tener la intención real de comprometerse emocionalmente ni establecer una relación formal.

Puede comenzar como una comunicación a través de una aplicación de citas, donde comienzan a intercambiar mensajes, pasan a otras redes, donde además aparecen likes, mensajes privados todos los días. Pero, al momento de dar el paso a conocerse fuera de lo virtual, la otra persona siempre tiene una excusa para no presentarse, por trabajo, incluso por estar enfermo, pero aún así el vínculo se mantiene y las comunicaciones siguen siendo habituales.

Este fenómeno, llamado Breadcrumbling, es considerado una forma de manipulación, donde la persona que lo practica mantiene el vínculo a través de señales de manera intermitente a fin de mantener la atención y que el otro esté siempre presente, pero sin intenciones de pasar a otro estadio.

Un estudio publicado en 2020 en la revista académica Escritos de Psicología (Psychological Writings), Navarro Olivas y otros investigadores señalan que “algo más de tres de cada 10 participantes” de un estudio realizado en España indicaba haber sufrido breadcrumbing.

Olivas utiliza la comparación entre cómo funcionan las máquinas tragamonedas en los casinos y el breadcrumbing, ya que ambos se basan en la misma lógica de refuerzo intermitente, lo que permite entender mejor cómo funciona este comportamiento.

Estas máquinas le otorgan un premio a quien juegue, pero de forma aleatoria, nunca se sabe cuándo va a ocurrir, así que la persona lo sigue intentando. “En el breadcrumbing hay un patrón de premiar a la otra persona, de ofrecerle algún tipo de contacto y luego darle algo negativo o el silencio”, afirma Navarro Olivas.

Y quienes lo padecen, dice, podrían sufrir consecuencias de salud mental, por lo que es importante identificarlo y buscar ayuda para salir de dicho tipo de relaciones. Las víctimas, podrían padecer un aumento del sentido de soledad y generar insatisfacción con la vida. 

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Y si bien este comportamiento no es nuevo, ha ganado popularidad en la era digital, donde las redes sociales y las aplicaciones de citas facilitan la comunicación y la interacción con múltiples personas a la vez.

Además, este fenómeno no solo ocurre en redes sociales, sino también en relaciones presenciales. Navarro Olivas sostiene que las personas que realizan breadcrumbling suelen tener dificultades para establecer conexiones emocionales profundas y pueden presentar rasgos de personalidad narcisista

Los patrones

La investigación también reveló que el uso de apps de citas, las relaciones a corto plazo o el hábito de vigilar la conducta online de otra persona aumentan la posibilidad de sufrir y también de ejercer este patrón de comportamiento.

En tiempo reciente, es común que alguien vigile el comportamiento de otro en las redes sociales cuando hay un interés romántico. De acuerdo con el estudio, es una forma de “reducir” la incertidumbre sobre la pareja. Pero esto puede provocar que alguien cuestione su relación, generar tensión y hacer que ocurra el breadcrumbing. “El desarrollo tecnológico lo hace más prevalente. Es más fácil realizar este comportamiento en redes sociales y apps de citas, donde no necesariamente hay contacto directo con el otro”, sostiene Navarro Olivas.

“La inconsistencia viene con un comportamiento muy errático. Cuando la persona más interesada en la relación propone planes, quien hace el breadcrumbing no es claro a la hora de quedar”.

El psicólogo apunta a que otro patrón común de quien realiza breacrumbing es ofrecer información incompleta. En aras de evitar el compromiso, el “perpetrador” puede obviar detalles sobre su familia o amigos y evitar que la otra persona les conozca. También podría negarse a introducirse en el entorno íntimo de la víctima.

“Las personas que tiran esas migajas pueden dar algunos detalles de su vida personal, con el ánimo de seguir manteniendo la atención de esa persona, pero no hay una comunicación emocional muy profunda”, comenta.

Igualmente, las personas que realizan el breadcrumbingno plantean planes de futuro. “Aparecerán excusas para no comprometerse a largo plazo, lo que contrasta con su comportamiento de continuar hablándole a la otra persona”, señala.

Sin embargo, Navarro Olivas señala que, aunque no le gustan las etiquetas, por lo que conocen actualmente rasgos de personalidad narcisista suelen aparecer en quien suelta las migajas emocionales. “Tiene cierta lógica porque lo que quiere la persona es recibir el refuerzo positivo de la víctima”, sostiene.

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De acuerdo con la Clínica Mayo de EE.UU., el trastorno de la personalidad narcisista es una “enfermedad de salud mental en la cual las personas tienen un aire irrazonable de superioridad”. Ante esto, buscan llamar la atención de otros y que les admiren. Pero en lo profundo son poco seguras de sí mismas y les cuesta comprender los sentimientos de los demás. Ante esto, de acuerdo al especialista “le gusta que le digan cosas, que estén pendientes de él, pero sobre todo tener el control sobre el refuerzo que le van a dar”.

Algunas investigaciones también indican que las personas con apego evitativo son más proclives a realizar breadcrumbing. “Porque se caracterizan por necesitar la validación, el refuerzo de los otros, pero tienen dificultades para realizar conexiones emocionales”, argumenta Navarro Olivas.

“Estas dificultades no excusan su comportamiento. Pero sí hacen que se ajusten más a la idea del breadcrumbing, de que necesitan a otros pero tienen problemas para conectar emocionalmente. Evitan el compromiso porque les produce ansiedad o estrés”.

También podría relacionarse con el apego ansioso, que ocurre cuando alguien establece un vínculo de dependencia emocional con otra persona, pero teme fracasar en una relación o que les abandonen. “No esperábamos que las personas que hacen breadcrumbing tuviesen apego ansioso, porque parecería más un rasgo de las víctimas, pero encontramos que sí, que probablemente está relacionado con el hecho de que necesita conectar con otro que cubra sus necesidades emocionales, pero como teme al abandono teorizamos que el breadcrumbing es una forma de probar si la otra persona realmente está interesada”, dice el psicólogo.

Para evitar caer en esta trampa, es importante estar consciente del comportamiento de los demás y establecer una comunicación asertiva cuando se esté interesado en establecer una relación. Además, es fundamental buscar apoyo de amigos y familiares, y considerar la posibilidad de buscar terapia con un psicólogo si se sospecha que se está experimentando una relación tóxica

Fuente: CNN

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