El Gobierno negocia con las petroleras por el atraso en sus precios de entre 17% y 20%
Las petroleras y refinadoras de crudo se encuentran negociando con el Gobierno la autorización de un nuevo aumento en el combustible antes de que se termine la era Macri. Desde el sector aseguran que los precios están atrasados entre el 17% y 20% respecto del valor internacional del barril de petróleo, por lo que aseguran que harán un ajuste en relación al precio del dólar (subió un 7.5% desde el último aumento de combustibles) y que aspiran a que los nuevos precios se apliquen a más tardar la semana que viene.
El congelamiento impuesto por el Gobierno se quiebra antes de lo fijado por el macrismo. Las petroleras aplicarán un incremento de al menos un 4 por ciento antes de que concluya octubre, según confiaron a iProfesional fuentes de la comercialización de los combustibles.
La medida en cuestión ya cuenta con la venia de la Secretaría de Energía y llega como consecuencia de reiterados pedidos de las petroleras, que desde hace semanas vienen exponiendo que el valor de las naftas ostenta un desfajase cercano al 20 por ciento.
Hace semanas, la petrolera de mayoría estatal YPF salió a advertir que el atraso en los surtidores es del orden del 17 al 20 por ciento, en coincidencia con lo que exponen los estacioneros.
Desde la compañía se indicó que a lo largo del año, los aumentos de precios corrieron por detrás de la inflación general del país y que, salvo un breve período, entre noviembre del año pasado y enero de este año, se han mantenido por debajo de la paridad de importación.
“Las complicaciones financieras que aducen las empresas es lo que más explica esto. En sí no es que se levanta totalmente el congelamiento, sino que este retoque opera como una ventana hasta la quita total de las restricciones fijada para el próximo 14 de noviembre”, dijo a iProfesional un referente del expendio.
“Tras esta suba y una vez que se levante de forma total el congelamiento, se avanzará con nuevas subas graduales con la idea de achicar el desfasaje hasta directamente eliminarlo. Las petroleras están de acuerdo, justamente, en que los incrementos que se vienen tienen que ser aplicados de forma fragmentada”, añadió.
De aplicarse la suba estimada del 4 por ciento, en Capital Federal el litro de nafta súper pasará a costar 47,41 pesos, mientras que la versión premium del combustible cotizará 54,79. El litro de diésel saltará a los 44,39 pesos, y la alternativa de refinamiento mejorado costará 52,05.
“Todavía no hay detalles de cómo se darán las subas luego del 14 de noviembre. Esto que se permite ahora es una excepción, una pausa al congelamiento por 24 horas. Luego no se podrán volver a modificar los valores de los surtidores hasta sorteada la primera mitad de, justamente, noviembre próximo”, expresaron desde el ámbito de la comercialización de naftas.
Demanda en caída
En agosto, el primer mes donde se aplicó el congelamiento a los precios de los combustibles, por primera vez en tres años y medio disminuyó la demanda de nafta súper en las estaciones de servicio.
Respecto del mismo mes del año anterior, su venta se contrajo algo más del 1%, según los datos difundidos por la Secretaría de Energía. En comparación con igual período del 2018, la venta total de combustibles —naftas y gasoil— al público registró una baja del 3,7 por ciento, a pesar de la disposición que mantuvo los precios para evitar que se dispararan como consecuencia de la fuerte devaluación en los días posteriores a las primarias (PASO).
Por otro lado, y más allá de la súper, el resto de los productos también marcaron registros negativos. El gasoil grado 2 cayó casi 1,5 por ciento, el grado 3 más del 7,5 por ciento, y la nafta en su versión premium se derrumbó más del 10,5 por ciento.
“Estamos promediando una caída general del 6 por ciento respecto del año pasado, que también fue malo. La súper se venía manteniendo en niveles similares a 2018, pero en los últimos meses empezó a caer. Desde abril de 2016 que no se daba un escenario de estas características: los cuatro combustibles tienen números negativos. Y la perspectiva no es positiva”, dijo a iProfesional Guillermo Lego, referente de CECHA, la confederación que integra a los expendedores de toda la Argentina.
El congelamiento volvió a marcar el regreso de los faltantes. En esa dirección, el desabastecimiento se hace más visible en el interior de la Argentina, con las estaciones “blancas” como las principales afectadas.
“En el país hoy se encuentran operativas alrededor de 1.000 estaciones de servicio de esas características. Y la mayoría están con complicaciones, especialmente en Córdoba”, reconoció ante este medio Gabriel Bornoroni, presidente de la mencionada CECHA.
En provincias como Entre Ríos, los expendedores sufren los alcances tanto del desabastecimiento como del cupo implementado por algunas petroleras, que buscan con esa medida mantener bajo el nivel de refinamiento de crudo.
“Las estaciones blancas y los que tienen contratos sufren el quiebre de stock, especialmente en la nafta premium y el gasoil. Es necesario tomar medidas urgentes para aportar soluciones a la cadena de comercialización”, declaró al respecto Mario Amado, presidente de la Cámara de Expendedores de Entre Ríos.
Algo similar ocurre en puntos de la provincia de Misiones, área en donde la cámara de estaciones de servicio local expuso en los últimos días graves faltantes por efecto de los cupos aplicados. “Los puntos de venta no llegan a fin de mes con la nafta que se les entrega. Hay mucho faltante de gasoil. Los problemas se acentuaron sobre todo en el último mes”, confió a este medio un empresario de ese distrito.