El impacto de la crisis en los ingresos de las familias misioneras
No quedan dudas, mirando con el diario del lunes, que el golpe más fuerte del escenario inflacionario y recesivo de la economía nacional estuvo principalmente en el primer trimestre. Aún sin la certeza de cuándo se comenzará a sentir una posible recuperación, los embates más profundos se dieron justamente en los tres primeros meses que combinaron inflación en doble dígito, parate de la actividad, freno brusco del consumo y pérdida de empleos en importante magnitud. Una vez cerrado el primer trimestre no existió una recuperación como tal, pero algunos indicadores mostraron algo más de moderación respecto al inicio de año.
Por ello, es relevante analizar el impacto que todo eso produjo en las familias, en este caso, de Posadas, a partir de los datos que brindó esta semana el INDEC, que abrió los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares. Si bien estos microdatos permiten analizar una amplia gama de variables, nos detendremos particularmente en lo referido a los ingresos individuales y de las familias para determinar no solamente su evolución global sino también los desempeños según los diferentes estratos sociales y sus impactos sobre los niveles de pobreza.
El ingreso promedio total familiar en Posadas, de acuerdo con estos datos de la EPH INDEC, rondó los $522.367, aunque como todo promedio, tiene extremos bien marcados. Tomando este valor promedio total, se observa que registra un descenso del 19,8% real en el período, menor al promedio del NEA cuya caída superó el 22%.
Sin embargo, como toda crisis económica en la Argentina, los más afectados son los sectores de menores ingresos, una situación vinculada a la informalidad laboral, desocupación y dependencia de contención monetaria a través de programas sociales.
Si observamos la evolución de los ingresos de las familias de Posadas por deciles, se evidencia una caída generalizada pero con mayor impacto en los sectores más postergados.
El ingreso total familiar comprende, como el nombre indica, a la totalidad de los ingresos que tuvo una familia sean de origen laboral como no laboral (pensiones, rentas, programas sociales, etc.).
Ahora sí, retomando la línea anterior, viendo los extremos en Posadas, en el decil 1, que representa a la población con la condición socioeconómica más vulnerable, la caída de los ingresos totales familiares fue del 23,1%, mientras que en el decil 10, la de personas de mayores ingresos, el descenso fue “solo” del 13,8%.
Los deciles 1 a 4 conforman lo que se conoce como el Estrato Bajo. En Posadas, los ingresos totales familiares del decil 1, sufrieron una caída del 23,1% real interanual al primer trimestre; los del decil 2, de 26,6%; los del decil 3, de 24,5% y los del decil 4, de 24,6%.
De esta forma, el agrupado del Estrato Bajo exhibe una merma de ingresos totales familiares del 24,8% real en los primeros tres meses del año.
Los deciles 5 y 6 conforman el Estrato Medio Bajo y sufrieron descensos similares: los del decil 5,23,5% y los de decil 6, 24,0%. En promedio, el Estrato Medio Bajo registró una baja de los ingresos totales familiares del 23,8%, es decir, levemente por debajo de la caída del Estrato Bajo.
Por su parte, los deciles 7 y 8 son los denominados de Estrato Medio Alto y las bajas fueron algo más moderadas en el decil 7 (-21,1%) pero más fuertes en el decil 8 (-25,5%). Así, el Estrato Medio Alto registró una merma consolidada del 23,6%, levemente por debajo de los dos anteriores.
Finalmente, los deciles 9 y 10 son los que conforman el Estrato Alto y sufrieron caídas fuertes, pero muy menores a las de los anteriores. En el decil 9 la baja fue del -14,2% y en el decil 10 de -13,8%. Así, los ingresos familiares totales del Estrato Alto cayeron -14%, muy por debajo de los estratos previamente detallados.
Estos datos confirman una situación que se observó históricamente en la Argentina: los sectores más acomodados resisten con mayor éxito los embates de una crisis profunda que mezcla recesión con inflación al tiempo que los sectores más vulnerables la sufren con más fuerza. De hecho, volviendo a lo detallado párrafos atrás, una buena parte de la baja inferior al 20% del ingreso total familiar de Posadas se explica por la disminución más moderada en los sectores más acomodados.
En este marco, es fundamental identificar como los resultados antes detallados impactan en la estructura socioeconómica del aglomerado misionero.
A partir del análisis de los microdatos de la EPH, se puede identificar que el 47% de las personas se catalogan como lo que comúnmente denominados “Clase Baja”, a partir justamente de la categorización de los ingresos. A su vez, el 28% entre en la categoría de Clase Media Baja; el 13% en Clase Media Alta y el 12% en Clase Alta. Si se compara esta estructura población respecto a la del primer trimestre del 2023, hay una clara y esperable desmejora: en aquel momento, las personas categorizadas como de ingresos bajos alcanzaban al 43% de la población; la media baja 23%, la media alta 18% y la alta 16%.
Por ende, se observa un ensanchamiento de la población de bajos ingresos (de 43% a 47%); también de la media baja (de 23% al 28%) y un achicamiento de la media alta (18% a 13%) y de la alta (16% a 12%).
Ahora bien, no debe confundirse estrato o ingresos bajos con situación de pobreza, necesariamente, aunque vayan muy de la mano. Al ser una media de los ingresos totales familiares, afectan los extremos por un lado y, por otro, el tamaño de los hogares. No es lo mismo un hogar de clase media baja con ingresos cercanos a los $800 mil mensuales que tenga dos integrantes a uno con igual ingreso pero con cuatro o cinco integrantes. Los cálculos de costo de las canastas básicas contemplan, para su valoración, el tamaño del hogar, justamente para poder medir de manera efectiva si un hogar es o no pobre, en términos monetarios, aun pudiendo tener un ingreso similar.
Pero así como no deben ser asimilados estrictamente, también dijimos que van de la mano. Los microdatos de la EPH permiten aproximarnos a una tasa de pobreza para el período. En este marco, INDEC mide pobreza e indigencia de manera semestral y no trimestral, entre otras cosas, para que no haya alteraciones de impactos de ingresos (por ejemplo, aguinaldo, que está presente en ambos semestres mientras que no lo estarían al medirlo por trimestre). Pero aun con eso se puede hacer una estimación, aclarando por supuesto estas particularidades.
Los microdatos de la EPH del primer trimestre 2024 nos permiten concluir que la tasa de pobreza en personas en el país estaría en torno al 55%, subiendo de manera muy importante respecto al cierre 2023, 41,7%, aunque ese dato es semestral.
De acuerdo con cálculos propios, estimamos que en Posadas la pobreza se ubicaría en torno al 46%, poco menos de diez puntos por encima del registro del cierre del 2023. En el NEA, saltaría del 48,4% del 2023 al 59% según estimaciones propias. La diferencia en la evolución respecto al total país (cuyo salto sería de casi 15 puntos) se explica principalmente por la alta incidencia que tienen grandes centros urbanos sobre el total nacional (como el Gran Buenos Aires); en el NEA, por el fuerte peso de las tasas de pobreza del Gran Resistencia.
Posadas suele tener niveles de pobreza inferiores a los totales regional y nacional, como se observa sobre todo desde 2018 a la fecha. Según nuestras proyecciones, mantendría esa posición pero no evitaría dar un importante salto como ocurre en todo el país. El segundo trimestre podría moderar levemente el resultado final, aunque no consideramos que de manera demasiado significativa. En septiembre recién el INDEC dará a conocer los resultados para el primer semestre y allí podremos determinar con exactitud el impacto de la crisis actual sobre los hogares de la Argentina,