El sueño de Edson, construir la primera pista de bobsleigh de Latinoamérica
Sao Paulo (EFE).- El deportista olímpico brasileño Edson Bindilatti quiere construir en São Paulo algo inimaginable: la primera pista de arranque de bobsleigh de Latinoamérica. Las obras empezaron en 2021, pero llevan meses paradas por falta de financiación. 80.000 dólares le separan de hacer realidad su “sueño”.
Bindilatti (Camamu, Bahía, 1979) es pionero de la llamada “Fórmula Uno del Hielo” en Brasil, un país tropical donde es extraño que se alcancen temperaturas bajo cero, pero que poco a poco le va tomando el pulso a los deportes de invierno, en especial al bobsleigh.
Los resultados del equipo brasileño de bobsleigh mejoran año a año. Ya han participado en cinco Juegos Olímpicos de Invierno. La última vez, en Pekín 2022, consiguieron pasar a la final, y han sido tres veces campeones de la Copa América.
Después de hacer historia en las pistas de hielo, este baiano de sonrisa fácil quiere democratizar la modalidad en Brasil y permitir que los jóvenes de la periferia puedan entrenar y convertirse en profesionales, una opción hoy apenas viable en el extranjero.
Para ello pretende levantar la primera pista de arranque de bobsleigh no solo de Brasil, sino de Latinoamérica.
“Brasil no es solo fútbol, Brasil es mucho más”, afirma en una entrevista con EFE en medio de los cimientos de la estructura a medio construir, en el Centro de Formación Mario Chekin, en São Caetano do Sul, región metropolitana de São Paulo.
Una pista de bobsleigh, un espacio único en latinoamérica
Sobre el papel, la pista suspendida tendrá unos 120 metros de largo por 6 de ancho. La primera parte será una bajada y la segunda estará inclinada hacia arriba para actuar como un freno.
Por ella pasarán unos raíles de hierro sobre los que se deslizará el trineo. El objetivo es ensayar ese primer movimiento en el que los deportistas corren detrás del ‘bólido’ para darle velocidad y se montan a toda prisa en él.
Esa suerte de coreografía, ya sea con dos o cuatro personas, es vital para obtener un buen resultado.
El espacio ya está reservado en este complejo deportivo Mario Chekin, aunque, por el momento, donde tendría que estar suspendida la pista solo crece la hierba.
“Nunca tuve un lugar específico para poder estar entrenando. Ahí vi ese sueño, con la idea de querer devolver todo lo que el deporte me proporcionó”, expresa este multicampeón brasileño, que va camino de sus sextas Olimpiadas de Invierno.
Bindilatti inició su carrera deportiva en el decatlón y solo llegó al bobsleigh inspirado en la película “Cool Runnings”, una comedia de los 90 que narra como cuatro jamaicanos pelean por competir en unas Olimpiadas de Invierno, pese a que nunca han visto la nieve.
Dinero a cuentagotas
Poner en marcha el proyecto de la pista fue una auténtica quimera. El primer aporte salió del bolsillo de Bindilatti y sus compañeros del equipo de bobsleigh.
Después consiguieron el apoyo de un gel para masajes (Progel Sports) con el que firmaron un patrocinio de 10.000 reales (1.900 dólares). Luego obtuvieron 37.000 reales (7.200 dólares) más por medio de una campaña de financiación colectiva virtual.
“Al final fueron un total de 80.000 reales (15.500 dólares) para llegar a donde estamos hoy. Infelizmente se acabaron nuestros recursos”, lamenta.
Con el dinero recaudado han construido apenas los cimientos y los muros de uno de los extremos de la pista, que incluirá una pequeña sala de musculación en la parte baja.
Bindilatti calcula que para finalizar necesitan unos 400.000 reales (80.000 dólares). Si lo consiguen, cree que en menos de seis meses la pista podría estar funcionando.
Estos días está buscando debajo de las piedras a posibles socios, patrocinadores para que aporten su granito de arena.
También ha tocado a la puerta del Ministerio de Deportes, recuperado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y que dirige toda una leyenda del voleibol brasileño como Ana Moser, que entre sus planes está fomentar el deporte en el ámbito educativo.
“Un país mejor” se construye “a través de la educación y el deporte” porque “el deporte transforma vidas”; “esa es la base” para formar “ciudadanos mejores”, afirma Bindilatti con esperanza.