Emergencia alimentaria: Estado y derechos humanos
En etapas de crisis con estanflación (inflación con recesión) son posibles programas sociales como políticas de Estado que garanticen derechos al presente y a las nuevas generaciones, como el derecho alimentario tan básico como comer, pero comer bien para minimizar la deuda biológica que caracteriza a la malnutrición.
¿Se puede hablar de Salud y Educación con hambre?
Hoy nos desafían a los misioneros cruentas batallas culturales, la primera discutir a los unitarios del centralismo portuario, para quienes Misiones existe solo cuando nos precisan para endeudamientos millonarios o el uso de nuestros recursos naturales-ríos- y nos devuelven migajas para continuar una lánguida obra pública y así miramos como del 100% de lo que generamos todos los misioneros solo vuelve un 30%.
Y cuando diseñan una política de infraestructura nacional como la autopista, solo llega a Paso de los Libres, cuando buscan plata prestada, que después devolvemos todos, para el gasoducto nos ignoran como territorio y como argentinos.
Hay que poblar y defender las fronteras, vieja estrategia, y el combustible como la energía eléctrica es más caro aquí que en las pampas.
Los misioneros sabemos qué hacer en las crisis y cuándo nuestro pueblo tiene problemas, solucionar con lo nuestro. Ya nos pasó hace varios años atrás cuando había alarma nacional por los índices de desnutrición y mortalidad infantil.
Recuerdo que mandaban al periodismo mercenario nacional a fotografiar a nuestros niños, discapacitados, y abuelos con problemas de nutrición, transcurría el año 2010 y se ponía en marcha el Programa de Recuperación Nutricional Hambre Cero, y por decisión política del Poder Ejecutivo, todo el gabinete provincial inició una ardua tarea que involucró a pediatras, trabajadoras sociales, educadores, todos los intendentes con sus equipos sociales, instituto de la vivienda, instituto de agua y saneamiento.
En realidad no quedó nadie fuera del esfuerzo institucional del Estado misionero, se hizo con recursos propios con el esfuerzo de Rentas para recaudar lo que permitió al Gobernador afrontar la inversión social adecuada al momento, y rápidamente, pese a las críticas se logró encauzar una problemática dolorosa: se incorporaron alrededor de 10.000 sujetos de derecho que fueron en su amplia mayoría recuperados, coadyuvando a un descenso histórico de la mortalidad infantil.
El Programa se constituyó como política de Estado hasta la actualidad. Con gran esfuerzo el Gobierno misionero continúa atendiendo el problema junto a los 76 intendentes y sus equipos, ejemplo de articulación institucional al servicio de los más vulnerables.
Hoy Argentina, nuestra Nación está siendo denigrada por políticas económicas que solo para mencionar lo más destacado: la pobreza que alcanza a más del 35% de la población, con desocupación de holgados dos dígitos, con la mitad de nuestra niñez pasando hambre, y hasta nos avergüenza que la prensa internacional nos ubique con una emergencia alimentaria que afecta a más de 14 millones de argentinos -según la ONU-. En el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019” afirma que en nuestro país se agregaron 6 millones de personas en el bienio 2016/2018”. “Se trata de un incremento de 71% uno de los saltos más importantes registrados a nivel mundial junto con Nigeria, Tayikistán, Afganistán, Egipto, Sierra Leona y Botswana” El estudio fue realizado por cinco organismos multilaterales: la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fueron estudiados 140 países con encuestas altamente confiables, basadas en escalas de experiencias de inseguridad alimentaria. Para concluir y saber de qué hablamos tomaré la definición de la ONU sobre personas que experimentan inseguridad alimentaria “moderada” ellas afrontan “incertidumbres sobre su capacidad para obtener alimentos y se han visto obligadas a reducir, en ocasiones durante el año, la calidad o la cantidad de alimentos que consumen debido a la falta de dinero u otros recursos”.-
A esto no lo soluciona el mercado, sino un Estado sensible que cuide a la gente, por ello es objetivo y meta del gobierno renovador en la Provincia. Reafirmemos en las próximas elecciones nuestro misionerismo federal y defendamos lo nuestro.-
Es imperioso defender con criterio federal y misionerista todas las acciones y programas que garantizan derechos y aportan a la felicidad de la gente.