Familia Simón: un legado historico que marca el rumbo en los negocios

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El talento en el tratamiento de los cueros lo trajeron sus abuelos desde Europa, en 1919. Se perfeccionaron en la fabricación de calzados de seguridad industrial, lograron posicionarse en el mercado y hoy dan trabajo a más de 30 familias de Puerto Rico. Se trata de Arsenio Calzados, de la familia misionera Simon, quienes proyectan su expansión en tecnología como infraestructura. Así, con el objetivo de trabajar en dicha misión, la presidente de la Agencia para el Desarrollo Económico de Misiones (ADEMI), lic Suzel Vaider, visitó la planta.

La fábrica está ubicada a escasos 100 metros de la ruta nacional 12, sobre la calle que lleva el apellido de la familia: “Simon”; en el ingreso a la ciudad de Puerto Rico. Tienen una producción de más de seis mil pares de calzados mensuales con más de 30 trabajadores que se distribuyen en los diferentes puestos de la planta y llegan a siete provincias con sus productos.

“Nuestra historia es muy linda, pero con muchos sacrificios”, dice Esteban antes de relatar la historia de los orígenes de su Pyme. Todo comenzó con la llegada de sus abuelos a la provincia de Misiones, en 1919. Traían consigo el conocimiento de cómo tratar los cueros, a la orilla de un arroyo, de manera rudimentaria y manual. Esa instrucción pasó a los padres, quienes tuvieron que cambiar el rumbo con la introducción del plástico.

“No podían competir, por lo que decidieron dedicarse al tabaco”, dice al respecto y agrega que “vivíamos en la extrema pobreza”. Sin embargo la historia toma otro matiz cuando cuenta que “mi papá se dio cuenta que su habilidad estaba en seguir tratando los cueros, y por eso decide volverse a esa actividad para elaborar vainas de cuchillos, collares para perros entre otros productos”.

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En 1983, recibieron la visita de un empresario del Brasil quién les obsequió moldes para fabricar calzados. Incursionaron en ese mercado vendiendo sus productos, todos cocidos a mano, a los comercios de la zona. Otra vez sufrieron otra crisis con la entrada de los productos Chinos en la presidencia de Carlos Menem. “No podíamos competir”, resaltó y explicó que “allí nos informamos que la fabricación de zapatos industriales estaba protegida a la importancia y empezamos a dedicarnos a ese producto”.

Marta, su hermana y también copropietaria, agregó entre risas que “iba con moneditas a hablar con los proveedores y, cuando estabas en medio de la charla, se te cortaba la comunicación”.

La primera máquina que compraron estaba en muy mal estado, los moldes “destruidos”, pero se ingeniaron en hacerla funcionar. “Los primeros modelos se despegaban, pero los fuimos perfeccionando”, agregó. Apostaron las ganancias a mejorar la tecnología e infraestructura. Se capacitaron. Y así fueron posicionando su planta.

“Tuvimos muchos problemas, idas y venidas, nos recuperamos en varias oportunidades; sin embargo salimos adelante gracias a una administración ordenada de las finanzas”, dijo al respecto Esteban con el orgullo traducido en una amplia sonrisa.

PLANES FUTUROS

Los propietarios de la firma reconocen que es momento de ampliar su infraestructura y adquirir tecnología. “Nos hemos quedado cortos y es por eso que es momento de apostar a más”, dijo Esteban Simon sobre la situación actual. En ese sentido agradeció a la presidente de la ADEMI, Suzel Vaider por la visita y el inicio de trabajos conjuntos para conseguir el objetivo como también apuntar la visualización y expansión de la empresa.

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