Ganadería 4.0: un futuro necesario para el desarrollo del campo argentino
Julián Soriano Bouissou, consultor técnico en Bovinos de Carne de Provimi Cargill Animal Nutrition, destaca lo fundamental que es tener un establecimiento productivo tecnificado para potenciar su desarrollo y maximizar inversión y retorno. Drones, programas de software, automatización de proyectos, comunicaciones y un programa monitoreado 24×7 son algunas de las mejoras que ya pueden implementarse, tal como se administran hoy los campos más innovadores de Estados Unidos, Europa y Brasil.
Presentes en todo el mundo con más de 100 plantas en 30 países que producen más de 600 millones de toneladas anuales en alimentos para animales, PROVIMI, la marca de nutrición animal de Cargill en Argentina y en muchos países del mundo analiza la situación actual de la mayoría de los feedlots nacionales, en donde la tecnología no ha sido aún protagonista de una revolución 4.0 que sí se está dando en otros campos del mundo.
“Cuando nuestro equipo llega a cada feedlot, hacemos un análisis de los requerimientos y recursos disponibles. Detectamos que la mayoría de los productores de Argentina no tenían un software de manejo integral para la nutrición de sus animales o lo que tenían no cumplía con los requerimientos que nosotros necesitábamos para poder hacer una buena prescripción y un buen manejo de alimentación” explica Soriano.
“En Argentina las estadísticas son pocas. Solemos tener datos sobre cuáles son los feedlots comerciales activos, que son los que hacen una gran cantidad de hacienda, pero después es difícil poder saber cuántos animales se recrían en esos pequeños establecimientos. Es habitual que algunos productores se manejen con el encierro de sus propios animales, pero como no están registrados o no hay nadie que pueda llevar esa estadística, hay mucha variedad y la estadística es casi inexistente” completa el especialista.
En la última década, la tecnología ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de diversas industrias, y los feedlots y el sector agropecuario no son excepción. Con la creciente necesidad de alimentar a una población mundial en constante aumento, la agricultura ha abrazado la revolución tecnológica para aumentar la eficiencia y la sostenibilidad.
“Necesitamos contar con buenos gráficos con curva de consumo, con la información de la lectura de comederos de los días previos y demás. En Cargill contamos con un software proveniente de Estados Unidos que les instalamos a nuestros clientes – “Performance Beef” – que no tienen nada previo, o, si ya tiene un software, colaboramos con su proveedor para mejorar la visualización de la información procesada para poder analizarla de la forma que necesitábamos. Este sistema que brindamos es muy sencillo de manejar y nos permite que ellos mismos puedan recopilar esa información que es tan fundamental para nosotros para poder hacer un manejo adecuado de la alimentación y un posterior asesoramiento personalizado. Porque quizás tenían todos los conceptos teóricos, pero después en la práctica, al trabajar con planillas de Excel o con papeles, se volvía más complicado y esa fue nuestra primera mejora” sostiene Soriano.
“Generalmente, en agricultura hay mucha tecnología aplicada, pero en ganadería no tanto. Ese es el desafío que hoy tenemos y desde Provimi Cargill estamos continuamente innovando y estamos en proceso de desarrollo de nuevas tecnologías. Existen softwares de formulación de dietas que simplifican la creación de una dieta, softwares de manejo de alimentación para poner en el mixer y poder tener controlado lo que se entregue y poder hacer correcciones en la cantidad de comida de una forma ágil”.
También se vienen fuerte los drones en control y conteo de hacienda. “En Brasil, nuestro equipo desarrolló un software donde un dron cuenta la hacienda todos los días y compara la cantidad que contó versus indicadores de software de alimentación, proporciona alertas acerca de en qué corrales hay diferencia de stock. Porque muchas veces suele suceder que se salieron animales o se pasaron de un corral a otro o quizás los operarios pusieron a los animales en diferentes corrales y estamos dando una dieta errónea” explica el profesional.
Estos drones vuelan todos los días antes de dar de comer, cuentan la hacienda, hacen un índice de bienestar, donde han encontrado una correlación muy alta entre ese índice, que pone el software con Inteligencia artificial y después cómo se correlaciona con la conversión. Encontraron que cuando el índice cae por debajo de 8 cierta cantidad de días en el ciclo, la conversión va empeorando y la correlación esa es muy alta.
“También estamos trabajando en tecnologías que tienen que ver con el manejo de la alimentación, pero para evaluar distintos métodos de lectura de comedero. Este tipo de tarea – sobre todo la lectura de comedero nocturna – es difícil que se cuente con personal calificado y entrenado y lo mismo para prescripción. En prescripción también nos encontramos buscando métodos o tecnologías con Inteligencia artificial que puedan ayudarnos a no depender de una persona y que, al mismo tiempo, sea algo rápido. Porque la prescripción es una tarea que lleva tiempo, sobre todo cuando hay 100 o 200 corrales para analizar. Si la tecnología colabora, seguramente será de gran ayuda. Y habrá mucho más por venir seguramente” opina el técnico.
En conclusión, la próxima etapa 4.0 está llevando al sector agropecuario a nuevas alturas, impulsando la productividad, la sostenibilidad y la resiliencia. A medida que la tecnología continúa avanzando, es esencial que la sociedad en su conjunto se involucre para garantizar que estos avances beneficien a todos y contribuyan a un futuro agrícola próspero y sostenible.