Walter Garay: “Es hora de que la economía derrame hacia los productores locales”

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Financiación y asesoramiento, la receta de Nutrinor para reactivar la ganadería en Misiones

El desafío de producir alimentos balanceados en un contexto económico adverso, Luis Garay explicó en una entrevista con Economis en la previa al After Oficce de Mejora Continua que “Nutrinor apuesta a la calidad y al apoyo financiero para impulsar la ganadería en Misiones”

Garay, CEO de NutriNor, hizo énfasis en las oportunidades de financiamiento para mantener la calidad de los productos que ofrece la compañía. “Nuestro enfoque está en brindar productos de alto rendimiento, con el respaldo de asesoramiento técnico para el productor. Hoy buscamos expandir las opciones de financiamiento con el apoyo de bancos para ofrecer mayor flexibilidad de pago en un contexto económico desafiante”, detalló Garay. Asimismo, advirtió sobre la necesidad de políticas que fortalezcan al pequeño productor, afectado en algunos casos por la competencia y las dificultades del sector yerbatero y tealero.

Desde su planta en General Alvear, Misiones, Nutrinor fabrica alimentos balanceados de alto rendimiento desde 2016. Su propietario, Walter Luis Garay, compartió su visión sobre los desafíos económicos actuales, la necesidad de políticas de estímulo, y las estrategias para reactivar la actividad ganadera en la región.

Un año de altibajos

El empresario misionero describe 2024 como un año complejo: “Venimos de una escalada fuerte en los precios de los cereales y de la ganadería. Ahora estamos en una meseta temporal, pero la economía está fría. Es necesario que el gobierno impulse medidas que reactiven la producción”.

Según Garay, la situación climática ha mejorado tras años de sequía, pero el sector enfrenta otros retos, como el debilitamiento de los pequeños productores que han apostado a la diversificación que, al no encontrar rentabilidad en los cultivos anuales de yerba y té, han empezado a vender sus animales en desventaja. Esto ha concentrado la ganadería en menos manos, afectando la actividad económica regional.

“Más allá de toda la problemática de la economía macro actual, estamos en un momento de coyuntura donde hace años que no está funcionando el té y este año ya dejó prácticamente de funcionar la yerba mate. El productor mediano a chico está empezando a ser absorbido o ya no le cierran las operaciones con yerba, y nosotros vimos que ese productor cuando le fue bien invirtió en otras cosas, invirtió en animales, invirtió en ganadería y hoy ese productor sale a mal vender los animales a gente más poderosa o económicamente en mejor situación y eso es algo que va en detrimento de nuestro sector porque más allá que nosotros podamos atender a ese otro ganadero que compró esos animales, Se genera un freno dentro de la actividad económica regional, porque se rompió la rotación porque eran muchos pequeños productores y ahora hay solo actividad con grandes tenedores, que son los menos. Eso por lo menos es la visión que nosotros palpamos estando en la calle todo el día con nuestra gente”, explicó.

La propuesta de Nutrinor: calidad y acompañamiento técnico

Nutrinor se ha consolidado como un referente en alimentos balanceados de alto rendimiento en Misiones. “No somos los más baratos, pero nuestros productos ofrecen resultados superiores. Acompañamos a los productores con asesoramiento técnico para maximizar sus rendimientos”, destaca Garay.

La empresa también ha buscado soluciones financieras para apoyar al productor. “Estamos trabajando con bancos como el Macro, Nación y Galicia para ofrecer financiación flexible que permita a los productores pagar en plazos de hasta seis meses”, explica.

Detalló que buscan apoyarse en las entidades bancarias u otros sistemas financieros “para brindar una flexibilidad mayor con respecto a los pagos. Para que el productor hoy pueda comprar el producto para capaz que cuatro meses, seis meses o hacer su desarrollo de todo el invierno y que esa financiación se la dé un banco a través nuestro, a una tasa muy, muy baja”.

Apostando por el futuro

A pesar de las dificultades, Garay reafirma el compromiso de Nutrinor con la calidad: “No vamos a bajar el nivel de nuestros productos para competir en precio. Nuestro objetivo es seguir innovando y brindar herramientas a los productores para superar este contexto”.

El empresario también menciona el potencial de crecimiento en la ganadería bovina, que representa cerca del 80% de las ventas de la firma, y las oportunidades en sectores como la avicultura y los ovinos, aunque con menor escala en Misiones.

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Ganaderos de Paraguay mostraron innovaciones a sus pares argentinos

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El CREA Ganaderos del Noroeste (región Córdoba Norte) realizó un viaje a Paraguay para conocer planteos ganaderos de avanzada. Fue recibido por integrantes del CREA Paraguay.

La red CREA, si bien nació en la Argentina, tiene actualmente un alcance regional y eso representa un activo sustancial al momento de potenciar la transferencias de conocimientos

A fines de agosto los integrantes del CREA Ganaderos del Noroeste (región Córdoba Norte) realizó un viaje a Paraguay con el objetivo de explorar de primera mano el desarrollo de la actividad productiva en ese país. La comitiva, compuesta por diez empresarios y un asesor, buscó identificar tecnologías y prácticas de manejo que podrían ser adaptadas a las empresas locales para mejorar su eficiencia y competitividad.

“Decidimos organizar esta visita a Paraguay porque en 2024 ya habíamos realizado un viaje similar junto a los asesores y presidentes de los grupos CREA de la región, y la experiencia fue muy enriquecedora”, explicó Osvaldo Luna, asesor del grupo.

“Esta vez quisimos profundizar en diferentes aspectos técnicos y aprender más sobre la ganadería paraguaya, centrándonos en tres ejes principales: manejo de pasturas, avances tecnológicos y el negocio ganadero”, añadió.

El itinerario incluyó visitas a dos establecimientos, Rancho Quemado y Jerovia, ambos miembros de los grupos CREA Samuú y Mariscal en Paraguay.

“Observamos planteos de recría que en los últimos cinco años pasaron de producir 200 a 300 kilos de carne por hectárea al año, aplicando protocolos de selección animal, modificando el consumo de pasturas, suplementando y tomando decisiones basadas en datos recogidos y analizados mediante caravanas electrónicas”, resumió Luna.

“Actualmente, en nuestro grupo estamos alcanzando un promedio de 200 kilos de carne por hectárea. Creemos que tenemos el potencial para mejorar, elevar nuestros estándares y llegar a los 300”, remarcó.

Diego Sáenz, presidente del Grupo Ganaderos del Noroeste, también se mostró satisfecho por la visita. “El establecimiento Rancho Quemado me impactó por la mentalidad del empresario, las métricas que utiliza y cómo las aplica. Me hizo replantearme muchas cosas”, afirmó.

“El productor compartió con nosotros su aprendizaje de diez años en el campo, cómo fue ajustando su producción, cometiendo errores y encontrando la manera de mejorar su negocio. Hoy está produciendo 300 kg/ha de carne, aprovechando mejor el pasto y la suplementación, y ahora se propuso el objetivo de llegar a los 500 kilos”, apuntó.

Rancho Quemado logró incrementar su producción mediante una combinación de selección de pasturas, un sistema rotativo de pastoreo y una rigurosa toma de datos. Estos elementos no sólo optimizan la toma de decisiones, sino que también mejoran los márgenes económicos del negocio ganadero.

“Durante la visita, exploramos diferentes pasturas que podrían aumentar el potencial productivo en nuestras propias explotaciones”, señaló Luna. Además del conocido Gatton panic, los ganaderos paraguayos buscaron diversificar sus forrajes y mejorar la genética de sus pasturas mediante la adopción de otros híbridos como Mombaza, Zuri y Quenia, desarrollados por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa, el equivalente al INTA en Brasil). Estas variedades pueden producir hasta 6000 kilos más de materia seca por hectárea que el Gatton panic, alcanzando hasta 16.000 kg/ha. Este enfoque se complementa con un estricto control de malezas arbustivas, tanto mecánico como químico, que potencia la producción forrajera.

Otro pilar en la estrategia de Rancho Quemado es la implementación de un sistema de pastoreo rotativo, que maximiza la eficiencia del manejo forrajero. Este sistema se basa en la altura de las pasturas para decidir cuándo deben pastar los animales. Durante la época de lluvias, que en esa región de Paraguay se extiende de octubre a mayo, los animales ingresan a los lotes cuando las pasturas alcanzan entre 35 y 40 centímetros de altura. Ahí consumen hasta dejar 10 o 15 centímetros, antes de ser trasladados a otro lote, para permitir que el área se recupere durante 21 días. “Con este método de pastoreo, el crecimiento del pasto se incrementa en un 30%”, destacó Sáenz.

Este enfoque, que asegura que los animales consuman siempre las partes más tiernas y nutritivas de las plantas, permitió mejorar los índices de ganancia de peso en los vacunos, para pasar de 500 a 800 gramos diarios.

Por otra parte, las prácticas incluyen una suplementación de los rodeos en cualquier momento del año, por ejemplo con burlanda seca, teniendo en cuenta los requerimientos del animal, más allá de la época y del clima. Incluso pueden implementar esta práctica en verano, si la oferta del pasto no es buena. Para ello realizan mediciones periódicas que les permiten evaluar cómo fue la respuesta de la suplementación y tomar mejores decisiones. Con todo esto apuntan a obtener ganancias de peso más estables a lo largo de todo el año.

“Nos resultó muy interesante observar estas prácticas porque, en general, en la Argentina se continúa haciendo un manejo más tradicional. Ellos nos mostraron una forma diferente de gestionar las pasturas”, consideró Luna.

Los animales en el establecimiento paraguayo llevan caravanas electrónicas que registran una gran cantidad de datos, como el peso en diferentes momentos, lo cual permite a los productores tomar decisiones bien informadas.

Saenz destacó la metodología empleada por la empresa para el pesaje de sus animales, que se realiza al ingresar al campo, luego a los 10 días y nuevamente a los dos meses. “Su protocolo de pesaje sigue pautas precisas para asegurar que siempre se obtengan datos equivalentes”, subrayó. Esta información se evalúa incluso en función del origen de cada animal, para elaborar un ranking de proveedores y decidir a quién adquirir ganado en el futuro.

“La caravana electrónica es una tecnología que ya utilizamos, pero quizás no la estamos aprovechando al máximo. Gracias a los datos que proporcionan, los productores ganaderos están calculando el margen bruto por cada cabeza de ganado. Todas las decisiones se están tomando a nivel individual, lo cual está mejorando significativamente el negocio ganadero”, comentó Luna.

“Esta tecnología nos permite cambiar nuestra perspectiva sobre la ganadería. Antes tratábamos a los animales como un grupo homogéneo, pero ahora podemos verlos como un conjunto de individuos, ajustar variables y ser más competitivos en el negocio”, agregó.

Luna se refirió a la genética del ganado paraguayo observada durante la visita y opinó que, en este aspecto, la ganadería argentina mantiene una ventaja competitiva. “Hay una diferencia a nuestro favor, ya que en Argentina gran parte del ganado es cruza con razas como Angus, Hereford o Brangus, mientras que en Paraguay predominan las razas cebuinas”, señaló el asesor CREA.

El ganado cebuino, sin embargo, está mejor adaptado a las altas temperaturas características de Paraguay. “Visitamos el país en agosto y nos encontramos con temperaturas de 40 ºC”, comentó sorprendido Luna. “Además, en Paraguay no cuentan con amplitud térmica y tienen una alta evapotranspiración, lo cual también limita la producción ganadera”, agregó.
Mientras en Argentina se produce principalmente novillo, en Paraguay utilizan la categoría Macho Entero Joven (MEJ), que se refiere a terneros no castrados y que en el mercado argentino tienen escasa presencia.
“A diferencia de nosotros, que producimos mayormente novillos, en Paraguay crían toros enteros. Esto les permite obtener mayores rendimientos de carne. Mientras nosotros producimos animales livianos, ellos están produciendo animales más pesados, de 480 a 500 kilos, mediante un sistema de engorde mixto, que incluye pasto y suplementación”, destacó Saenz.
Con 22 años de trayectoria, el CREA Ganaderos del Noroeste está compuesto por 10 empresas que desarrollan planteos mixtos (con agricultura y ganadería), en la región noroeste de la provincia de Córdoba. Este grupo abarca los departamentos de Ischilín, Río Seco, Cruz del Eje y San Justo, e incluye también una empresa ubicada en Sol de Julio, al sur de Santiago del Estero.

La actividad agrícola del grupo se centra en los cultivos de maíz, soja y trigo. También siembran garbanzo, con sistemas de riego. En relación a la ganadería, la mayoría de estas empresas lleva a cabo planteos de ciclo completo, que incluyen cría, recría y engorde.

Tras la visita a los campos en Paraguay, Luna reflexionó: “El CREA Ganaderos del Noroeste siempre estuvo a la vanguardia tecnológica en términos ganaderos, en comparación con otros productores de la zona y dentro del Movimiento CREA”.

“En muchos aspectos, Argentina tiene un mayor potencial productivo gracias a una infraestructura vial superior, personal capacitado y mejor acceso a Internet, entre otros recursos. Sin embargo, ellos lograron estar un paso adelante. Con menos recursos, prestan mayor atención a los detalles y son más agresivos a la hora de plantear un negocio ganadero. Este viaje nos desafió a ir más allá, a romper paradigmas y a proyectar un modelo más competitivo”, concluyó.

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Saneamiento de Brucelosis: operativo de vacunación en 92 establecimientos ganaderos

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Mediante un trabajo articulado entre el Ministerio del Agro, INTA, SENASA, Agricultura Familiar, Ministerio de Salud Pública y organizaciones de productores junto a la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), se llevó adelante una vez más, la práctica pre profesional en saneamiento en brucelosis y tuberculosis del rodeo bovino de productores lecheros.

Este año, el operativo abarca aproximadamente 92 establecimientos productivos y se espera abordar a unos 1.400 animales en total con el objetivo de trabajar en la sanidad del rodeo bovino, en el marco del Programa de Saneamiento de Brucelosis y Tuberculosis del rodeo lechero. Esta iniciativa interinstitucional contará con la participación de organismos de extensión rural y la participación de alrededor de 55 personas, incluyendo estudiantes, técnicos y docentes, quienes aportarán sus conocimientos y habilidades para asegurar el éxito del operativo.

Al respecto, el subsecretario de Desarrollo y Producción Animal, Carlos Caraves destacó la relevancia de este trabajo articulado y afirmó que “el esfuerzo conjunto entre la Universidad Nacional de Río Cuarto y el Estado Provincial es una oportunidad valiosa para cumplir con las normativas nacionales que regulan los procesos productivos en nuestra región. Esta colaboración no solo protege la salud pública, sino que también garantiza la soberanía alimentaria y fomenta la generación de ingresos mediante la comercialización de productos con valor agregado en mercados locales”.

Cabe señalar que, este trabajo permite obtener datos precisos y actualizados sobre la prevalencia de las enfermedades de la zona. Además, ayuda a fortalecer el proyecto de control y erradicación de estas dos enfermedades en la cuenca lechera y a lograr el cumplimiento de la resolución que obliga a todos los establecimientos inscriptos como ‘cría’, ‘cabaña’ y ‘tambo’ a realizar una determinación de estatus sanitario referente a la Brucelosis Bovina.

Esta iniciativa refleja el compromiso de Misiones con la salud y bienestar animal, así como con la calidad de los alimentos que consumen las familias. Al consolidar un modelo de desarrollo que es tanto productivo como sustentable, la provincia se posiciona como un referente en la producción responsable y en la protección de la salud pública.

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Engordar vacas no multiplica asados

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CREA demostró que subir el promedio del peso de la faena no redundaría en una mejora en la productividad del rodeo, como especulan algunos ganaderos.

Los ganaderos de Argentina vienen evaluando si bajar el peso mínimo promedio para la faena de vacunos sería la solución para compensaría, mediante una mejora de la productividad de sus stocks, la caída de los ingresos que registran tanto en el consumo interno como en las exportaciones.

Aún cuando de un año a esta parte la ingesta de carne bovina por habitante bajó a casi 45 kilos, el país sigue liderando esa estadística mundial, aunque a la vez exporta 10% menos, lo cual llevó a los productores a pensar en fórmulas que hagan disminuir la producción y engordar más a los rodeos para sacarle un poco más de jugo al asado.

Los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) salieron al cruce con un análisis sistémico de la idea que estaba germinando entre los productores, que desvincula el peso medio de la faena, o sea los kilos que pesa el animal cuando lo matan con una supuesta mayor producción de carne. 

Redundaría, según la hipótesis que manejaban los impulsores de medidas para maniobrar la oferta, en la obtención de mejor precio por peso y en la ganancia que le representaría.

José M. Lizzi, líder del Área de Ganadería de CREA, fue terminante: “Subir el peso de faena no siempre implica más producción”. 

Y sobre la mayor utilidad reflexiona que sería necesario incorporar principalmente más energía en la dieta, lo que se traduce en un costo mayor, que para ser incorporado de forma estructural en el sistema tiene que ser traccionado por el resultado del negocio, el cual “sólo será mejor si los mercados van expandiéndose (más facturación) o si el resto de la cadena transfiere resultado hacia atrás”.

Y remata diciendo que, por el contrario, una oferta mayor en el mismo mercado sólo generará menores precios.

Hipótesis desbaratada

Si por alguna razón, se tomara la decisión de implementar el peso mínimo de faena para cada categoría, de manera tal que el peso medio de faena promedio país se elevará a 265 kg rch, sin que se incrementen las ganancias de peso, se generaría un bache de oferta de, por lo menos, 7,5 meses.

Esto produciría una caída de la oferta y un incremento de los precios, estimulando la aceleración de la faena y, en consecuencia, una reducción del peso de faena. 

Esta es la razón por la que el sistema no reacciona a estímulos negativos, como poner un peso mínimo de faena por ley.

Recomienda Lizzi que lo que se debería perseguir como objetivo para impactar a escala del rodeo nacional es, no solo subir el peso medio de faena, sino también las ganancias de peso.

El escenario planteado como objetivo de 85 kg rch/cab/año de eficiencia de stock implica una reducción en la permanencia media de los animales en el rodeo de 6,8 meses, producto de un incremento en las ganancias de peso (GPM). 

Esto a su vez determina que la tasa de destete se incremente de forma tal que sea alcanzada una relación ternero-vaca de 0,78 a nivel país, para cubrir la faena de 17,164 millones de cabezas por año.

Ganadería como sistema

Otro aspecto interesante de este enfoque de la ganadería como sistema es que al aumentar las ganancias de peso se incrementa la eficiencia de stock, y eso a su vez permite aumentar la tasa de extracción o disminuir la permanencia.

El incremento de la tasa de extracción está directamente asociado a la necesidad de destetar más terneros, lo que tracciona una mejora en la cría.

Finalmente, todos estos cambios en el sistema tienen como resultado menores emisiones de gases de efecto invernadero.

Los dos grandes países ganaderos con dos modelos diferentes de “cadena de valor” son Australia y EEUU.

Ambos presentan una gran complejidad territorial, climática y productiva, incluso mayor que la de nuestro país.

No obstante, ambos tienen significativamente mejores eficiencias que las nuestras y demuestran que es biológicamente posible, solo es cuestión de tomar las decisiones correctas, como país y sector.

El principal indicador del desempeño físico del sector es el de “eficiencia de stock”, ya que resume todo lo que ocurre con un rodeo.

Por esta razón, suele ser el más utilizado a escala nacional en la comparación entre países.

Siempre que se habla de eficiencia en la ganadería argentina se hace referencia a la necesidad de mejorar la tasa de destete e incrementar el peso medio de faena, considerándolos además como aspectos independientes.

Ambas variables, junto con la tasa de extracción definen como funciona nuestro rodeo nacional y están absolutamente vinculadas. 

Consumo per cápita

Argentina continúa siendo uno de los países con mayor consumo per cápita, con una ingesta prácticamente igual al de Uruguay y superando ampliamente a Estados Unidos (38 kilos), Australia (27 kilos) y Chile (26 kilos).

Así y todo, la composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería la siguiente: “42% de carne bovina, 42% de carne aviar y 16% de carne porcina”.

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) presentó el informe “Carne Argentina, Carne Sustentable: la ganadería no es parte del problema sino parte de la solución”, un trabajo elaborado conjuntamente con la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET en el que trabajaron 45 científicos argentinos.

“Las praderas y pastizales naturales que alimentan nuestro ganado retienen más carbono en los suelos del que generan los vacunos, compensando no sólo sus propias emisiones sino también las de otros sectores productivos no rurales”, dicen desde IPCVA al ser consultados sobre cómo se inicia el proceso que culmina con la carne cumpliendo el rol de alimento en cada mesa.

Como el modelo de producción de carne vacuna en el país se desarrolla, en un gran porcentaje, en praderas y pastizales, es posible retener el carbono y agua en los suelos, conservar la materia orgánica y mantener la biodiversidad del ecosistema

Este sistema productivo permite retener 12 veces más carbono en los suelos que el promedio de países en la región.

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El Gobierno elimina derechos de exportación en productos agroindustriales

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La medida se aplicará en los productos de la categoría vaca y de las cadenas porcina y láctea. Se busca fortalecer la competitividad del campo.

El Gobierno Nacional anunció la eliminación de los derechos de exportación a los productos de la categoría vaca y de las cadenas porcina y láctea, así como la reducción del 25% en las retenciones para distintas cadenas de carne (bovina, aviar, entre otras). 

Las medidas, que habían sido anticipadas por el presidente Javier Milei en la inauguración de la Exposición Rural 2024, apuntan a darle mayor competitividad y previsibilidad a un sector productivo estratégico para la economía argentina.

A través del decreto 697/2024 publicado este martes en el Boletín Oficial se dispone la eliminación de los derechos de exportación para los productos de la categoría vaca (excepto animales vivos) cuya codificación, de acuerdo a sus características, sea A, B, C, D y E, se encuentre conforme a lo estipulado en el Anexo III de la Resolución N° 32/2018. 

Estos productos, cuyo principal destino es la exportación, tributaron más de US$60 millones en retenciones durante 2023, un monto que a partir de ahora vuelve a la rentabilidad de la cadena bovina.

Además, el Decreto establece la eliminación de las retenciones para los productos de la cadena porcina, con el fin de dotarla de una mayor competitividad y proyección internacional para un producto con alta demanda mundial.

Asimismo, dispone la eliminación definitiva de los derechos de exportación para los productos de la cadena láctea, un tributo que oscila entre 4,5% y 9% y que hoy se encuentra temporalmente suspendido hasta junio de 2025. Con su eliminación definitiva, los procesos de la industria láctea tendrán mayor previsibilidad para crecer en productividad e inversiones.

Finalmente, el Decreto implementa una reducción del 25% en las retenciones para todas las proteínas animales, cuya alícuota actual se encuentra entre 4,5% y 9%. Las proteínas animales constituyen un agregado de valor en origen a nuestros granos y tienen un impacto federal masivo, ya que ovinos, avícolas, bovinos y el resto de las especies exportables argentinas se producen en todas las provincias de nuestro país.

Solo en 2023 el 25% de los derechos de exportación que tributaron estas categorías ascendió a más de US$70 millones y, a partir de estas nuevas medidas, este monto vuelve a la cadena productiva y dota de competitividad a la transformación en origen.

Estas disposiciones que se enmarcan en un proceso más amplio de desregulación, baja de aranceles a insumos agrícolas, apertura de mercados internacionales y simplificación de trámites en el control comercial, apuntan a seguir quitando el peso del Estado de los hombros de la producción agropecuaria, responsable de 1.2 millones de empleos y del 63% del total exportado por la Argentina.

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