Grupo Warnes: del ingenio inventor a un enorme centro logístico que se expande desde Oberá
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¿Amazon? ¿Mercado Libre? No. En Oberá crece, literalmente, un enorme centro de logística y distribución que asombra detrás de una fachada que no permite adivinar el intenso movimiento interno. Con una particularidad: son miles de piezas de repuestos de automotores, que están listas para ser entregados en Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, algunas localidades de Santa Fe, y próximamente Entre Ríos, cerca del principal centro de demanda, que es Buenos Aires. Se trata del Grupo Warnes, que tiene una historia vinculada al ingenio de los pioneros y cuyos herederos asumen como legado el enfrentar grandes desafíos.

Todo empezó hace unos 50 años, cuando Rodolfo Fiedler, un hombre con espíritu innovador, detectó un problema en la cosecha del té: las herramientas disponibles eran manuales e ineficientes. Decidió inventar y fabricar la primera cosechadora, y fue el promotor de lo que hoy es un mercado consolidado con varios modelos de máquinas. Con ingenio armó cosechadoras con motores del viejo 3CV de Citröen. Con su invento, le dio un fuerte impulso a la industrialización del té.
Aquel taller de invención pronto enfrentó otro obstáculo: en Oberá no había acceso a insumos y repuestos. “Papá viajaba a Buenos Aires en camioneta a buscar motores, masas y herramientas. Empezó a traer lo que necesitaba para su producción y se fue haciendo de proveedores y contactos. Con el tiempo los vecinos comenzaron a pedirle repuestos para sus autos. Por la demanda de los vecinos, sin querer, casi contra nuestra voluntad, comenzamos a vender repuestos de motores”, recuerda Darío, uno de los tres hijos que hoy están al frente de la empresa. Los proveedores le dieron otro empujón a la incipiente empresa familiar al ofrecer la distribución de repuestos de motores de otras marcas que tampoco se conseguían en la zona, que por esos años contaba con un deficiente transporte e inexistentes centros de logística.
El crecimiento fue acelerado. Para los años ‘80, la demanda había convertido la actividad en un comercio incipiente, que se consolidó en la década siguiente. “Con la crisis del ‘91 y la hiperinflación, papá tomó la decisión: la fuente de ingresos más segura era el comercio. Ahí montamos el local en la avenida Libertad, lo que hoy es conocido como Repuestos Warnes”, detalla Darío.
El gran salto llegó en 1996, cuando la multinacional Randon, fabricante de autopartes, de Caxias do Sul, en Brasil, buscaba un distribuidor en la región. “Nosotros no teníamos experiencia en distribución, pero mi viejo, con su espíritu emprendedor, aceptó el desafío”. Desde ese año, son distribuidores del grupo Randon.




Desde entonces, la empresa creció a pasos agigantados. “Ya no podíamos convivir con la distribuidora y el local de repuestos en el mismo espacio y en el centro de la ciudad. En 2010 decidimos dar un nuevo paso, construimos un centro logístico y nos volcamos de lleno a la distribución. En paralelo, cada hermano tomó un rol específico: compras, finanzas y ventas”. Gerardo, el mayor, se ocupa de las compras. Yony, las finanzas y Darío, las ventas. “Cada uno maneja su sector y estamos totalmente independientes, pero unidos”, asegura Darío, que es psicólogo de profesión, mientras que sus hermanos son técnicos electromecánicos.
Grupo Warnes representa a marcas internacionales de la talla de ZF, Frasle, Sofape, Gates y Bernet, con estrictos estándares de calidad. Hoy son los más grandes jugadores de la región.
Darío describe la pasión familiar: “Desde que soy chico quiero tener… como se llama la empresa de Elon Musk… Tesla. Una corporación así. Y la voy a tener. Siempre visualicé sentarme en lugares importantes en Buenos Aires, San Pablo o Nueva York. De a poco lo vamos logrando. Hoy estuvo el intendente Pablo Hassan acá, vinieron ejecutivos mundiales de nuestros proveedores”.
“Pasar los filtros de estas compañías es casi un sueño. Pero lo logramos“, afirma Darío.
La trayectoria de la empresa no estuvo exenta de dificultades. La Argentina plantea desafíos intensos cíclicamente, inflación, devaluación, crisis agudas. Pero nada como el 2023. “El 2023 fue el peor año de la historia de nuestras vidas. Comercialmente sobrevivir fue una angustia absoluta. El 2024 esperábamos que sea crítico”, confiesa Darío. Sin embargo, el 2024 comenzó con mejores perspectivas. “Ya en agosto empezamos a notar una reactivación, que hoy es evidente. La demanda está en aumento, los proveedores no dan abasto, y eso es un gran indicio de que el mercado se está moviendo”.
Para Darío, Oberá es un centro logístico estratégico. “Estamos sobre la Ruta 14, que es la que viene de Buenos Aires, la más importante para la distribución. Nuestra ubicación es ideal para abastecer no solo a Misiones, sino también Corrientes y otras provincias. Oberá va a ser el Rosario de Santa Fe. Muchas empresas buscan establecerse aquí por la logística y la mentalidad emprendedora de la gente“, explica. Para explotar esa potencialidad, los hermanos consideran que Oberá debe sumar dos o tres elementos: una facultad de Medicina, el centro aduanero y el Parque Industrial.

Los dos últimos están en marcha, detalla Hassan, en una visita técnica a la planta. El centro aduanero sólo espera la habilitación de Arca, mientras que el Parque Industrial ya cuenta con los servicios necesarios y promete convertirse en una gran atracción de empresas, con más de 70 hectáreas dispuestas, con dos espacios privados al lado del municipal.
En paralelo, Grupo Warnes mantiene un fuerte arraigo local. “Todo nuestro personal es de Oberá. Nos rodeamos de profesionales y de gente comprometida. Hay un sello particular que tratamos de cultivar y proteger”.
Más allá de los negocios, hay una pasión que une a los hermanos: la música. “Todos en la familia somos músicos. Papá era profesor de acordeón y nosotros seguimos la tradición. Todos los hermanos somos profesores de piano, nuestros hijos también. Es un idioma que compartimos sin darnos cuenta, estamos unidos por cosas que ni sabemos“, relata Gerardo Gabriel.
Con la misma pasión con la que interpretan partituras, los hermanos conducen el Grupo Warnes hacia el futuro.El nuevo centro de logística sorprenderá a quienes lo visiten después de su inauguración, prevista para los próximos meses. Varios pisos de depósitos, entrada y salida de camiones en forma independiente, salas de reuniones, de capacitaciones y hasta de juego para los empleados. Hoy son cerca de 40. Serán 98 o más cuando esté todo listo. Son necesarios para las 94 mil piezas en venta, un stock permanente de más de 43 mil repuestos y cuatro mil artículos en rotación casi permanente. Más de 240 locales son alimentados con los repuestos del grupo Warnes en catorce despachos por día.
