Hace diez años se iniciaba la aventura de repoblar el Iberá

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Se cumplen 10 años desde que Ivoty Porá llegase a Iberá. Esta hembra fue el primer ejemplar de oso hormiguero que volvió a pisar suelo correntino después de que, a mediados del siglo pasado, su especie se extinguiera en la provincia. Fue el primer programa de reinserción llevado adelante por Conservation Land Trust.

A día de hoy, Ivoty Porá, que tiene ya unos doce años de edad y ha sido madre al menos en siete ocasiones durante estos años, convive en libertad con más de 60 ejemplares más de su especie en Rincón del Socorro. A este número hay que sumarle los más de 30 que viven en la segunda población creada de esta especie, en la isla de San Alonso.

Durante un par de años, desde que son liberados con un arnés emisor de señal de radio, los ejemplares son monitoreados semanalmente mediante un equipo de telemetría VHF, que permite localizar al oso, conocer más de la biología de la especie, el rango de acción de cada individuo y las horas de actividad/inactividad, así como ver en qué condiciones de salud se encuentra y, en el caso de las hembras, ver si tiene cría y chequear el desarrollo de la misma hasta que se independiza de la madre a los 7-8 meses de edad.

Después de esos dos años siendo monitoreados se les retira el arnés y a partir de ahí el seguimiento se realiza, de forma menos invasiva, mediante el uso de cámaras trampa estratégicamente colocadas en todo el territorio de acción de los osos, y que obtienen fotografías de los animales cuando pasan por delante de la misma.

Un proyecto con historia:

Las primeras liberaciones de osos hormigueros en la Reserva Rincón del Socorro (una reserva de CLT incluida en el Iberá y situada junto a la localidad de Carlos Pellegrini) se iniciaron en el año 2007. Desde entonces se han seguido liberando animales en esa zona hasta alcanzar un número estimado en unos 60 ejemplares, habiéndose comprobado el nacimiento de al menos 36 crías en vida silvestre. En octubre del 2013 se liberaron los primeros cuatro animales en otra zona del Iberá, la isla San Alonso. Desde entonces se siguieron liberando ejemplares en San Alonso hasta alcanzar un total de 30 animales, incluyendo al menos 10 crías nacidas en vida libre. Según estiman desde CLT en Iberá viven actualmente entre 80 y 90 osos hormigueros distribuidos en dos poblaciones.

¿Qué es un oso hormiguero gigante?

El oso hormiguero gigante es uno de los mamíferos más llamativos y peculiares de la Argentina. Posee un hocico alargado desprovisto de dientes del que sale una larga lengua que utiliza para obtener su alimento principal: hormigas y termitas. Gracias a su larga cola estos animales pueden llegar a medir hasta dos metros de longitud. Esta especie se encuentra en la región chaqueña del Norte argentino y en los bosques húmedos de la provincia de Misiones. Debido a que sólo tiene una cría por año es un animal muy sensible a la persecución humana y a la pérdida de su hábitat natural. Todo esto ha hecho que se considere como una especie en peligro de extinción en Argentina.

¿Cómo se realiza el proyecto?

Los objetivos, acciones, metodologías, plazos e indicadores relacionados con la recuperación de la especie en la región de Iberá están detallados dentro de un “Plan de Recuperación” aprobado oficialmente por la Dirección de Recursos Naturales de Corrientes y avalado por la Dirección de Fauna Silvestre de Argentina.

En términos generales, el proyecto se nutre de ejemplares cautivos que son rescatados de casas de particulares o donados por entes privados o públicos. Muchos de estos animales son crías de oso que quedan huérfanas cuando algún cazador mata a su madre en el interior del monte chaqueño. Una vez que estos animales ingresan al proyecto pasan por una fase de cuidados intensivos en el caso de las crías, y de cuarentena sanitaria en el de los adultos.

Cuando han pasado todos los chequeos sanitarios pertinentes y cuentan con el tamaño adecuado para desenvolverse libremente en un ambiente silvestre, los osos son trasladados al interior de la reserva Rincón del Socorro donde pasan 10 días en “corrales de aclimatación”. Después de este período se abren las puertas de los corrales y los osos quedan libres para empezar su vida en los pastizales, humedales y montes del Iberá.

Cada oso liberado cuenta con un emisor de radio que ayuda a seguir su adaptación al medio natural y la posible reproducción en el caso de las hembras. Este seguimiento ha permitido saber el estado de la población reintroducida y mejorar continuamente los métodos de manejo. Se ha comenzado a quitar los radiotransmisores a aquellos animales que ya han sido monitoreados por un periodo de tiempo, con el fin de que vivan totalmente libres y sin intervención humana. En su lugar, hemos colocado cámaras trampa a lo largo de las reservas, que permiten tener un seguimiento de los ejemplares, conocer su estado, e incluso detectar el nacimiento de crías.

Paralelamente a estas actividades de manejo de los animales, el proyecto realiza actividades regulares de difusión de sus métodos y logros, como es la creación de un documental explicativo del proyecto o la elaboración de folletos y boletines informativos de las últimas novedades.

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