Influencers: Un estudio revela que no verifican la información que comparten
Un estudio reciente de la Unesco, reveló que sólo el 17% de los influencers verifica la información con documentos antes de compartirla en redes sociales.
Un estudio publicado por el brazo científico y cultural de la ONU revela que la mayoría de los influencers en redes sociales no verifican la información antes de compartirla con sus audiencias, lo que genera preocupaciones sobre la difusión acrítica de afirmaciones erróneas por parte de personalidades digitales influyentes. Según la investigación de la UNESCO, el 62% de los creadores de contenido encuestados indicaron que no verifican la veracidad de la información antes de difundirla. Un tercio de ellos admitió compartir contenido sin comprobar su validez o la fiabilidad de la fuente, mientras que el 37% aseguraron recurrir a sitios de verificación de datos.
El estudio, realizado en agosto y septiembre de 2024, incluyó a 500 creadores de contenido de más de 45 países y territorios, con más de 1.000 seguidores. A pesar de que solo el 12% de los encuestados produce contenido relacionado con temas de actualidad, política o economía, la UNESCO advirtió que la escasa verificación de la información resalta la vulnerabilidad de los influencers ante la desinformación, lo que podría tener repercusiones negativas para el discurso público y la confianza en los medios.
En lugar de verificar la información, más de cuatro de cada diez influencers afirmaron que evaluaban la credibilidad de las fuentes basándose en su popularidad (medida por la cantidad de “me gusta” y vistas). Un 20% dijo que la credibilidad se basaba en las recomendaciones de amigos de confianza y expertos, mientras que solo el 17% consideraba la documentación y las pruebas como criterios primordiales para evaluar la fiabilidad de una fuente.
“La falta generalizada de una evaluación crítica rigurosa de la información resalta la urgente necesidad de mejorar la alfabetización mediática y de información de los creadores”, señaló la UNESCO. Este estudio se lleva a cabo en el contexto de las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2024, donde los influencers desempeñaron un papel crucial como fuente de información para los votantes. Durante la campaña, figuras como Donald Trump y Kamala Harris recurrieron a influencers con millones de seguidores, como Joe Rogan y Alex Cooper, para conectarse directamente con los electores.
Según un informe de Pew Research Center, casi el 40% de los jóvenes estadounidenses de entre 18 y 29 años se informan habitualmente a través de influencers, la mayoría de los cuales no trabajan para medios de comunicación tradicionales. Además, otro estudio de Pew concluyó que más de la mitad de los adultos estadounidenses se informan, al menos en ocasiones, a través de redes sociales.
A diferencia de los periodistas, que suelen estar capacitados para evaluar la credibilidad de las fuentes y verificar los hechos, los creadores de contenido digital carecen generalmente de formación formal en estas áreas, lo que dificulta garantizar la precisión de su contenido. En cuanto a las fuentes de información, los influencers no recurren comúnmente a fuentes oficiales, como informes o documentos gubernamentales. En cambio, seis de cada diez influenciadores confían en sus propias experiencias personales, y casi el 40% se basa en investigaciones propias y entrevistas con fuentes bien informadas.
Aunque el 69% de los influencers encuestados consideraron que fomentaban el “pensamiento crítico y la alfabetización digital”, la UNESCO resaltó que, a pesar de ello, muchos no realizaban una verificación exhaustiva de los datos ni evaluaban adecuadamente las fuentes. Algunos, como Zhang Zhaoyuan, un influencer chino, aseguraron que sus publicaciones se basan enteramente en sus propias experiencias de vida, mientras que otros, como Kassy Cho, una periodista del Reino Unido, afirmó que recurre a los medios tradicionales para comprender mejor los hechos antes de compartirlos.
La desinformación promovida por influencers ha generado problemas para los gobiernos. En un caso reciente, las falsas afirmaciones sobre inmigrantes en Springfield, Ohio, fueron amplificadas por influencers de derecha y la campaña de Trump, lo que provocó amenazas y caos en la comunidad. En otro ejemplo, el Departamento de Justicia de EE. UU. presentó cargos contra varios influencers conservadores, como Tim Pool y Benny Johnson, que recibieron dinero de Rusia para promover narrativas divisivas.
Además, las redes sociales, como X de Elon Musk y YouTube, han tenido dificultades para frenar la propagación de desinformación. Si bien las plataformas han tomado medidas para abordar contenidos falsos, sus esfuerzos a menudo se ven socavados por la falta de moderación o el propio comportamiento de sus propietarios.
El estudio también reveló que los influencers no siempre son transparentes sobre su financiación. Mientras que el 53% de los encuestados dijeron haber creado contenido patrocinado, un 7% no reveló que su contenido estaba respaldado por marcas y lo presentó como si fuera contenido independiente.
Fuente: CNN