Javier Milei insiste con el déficit fiscal cuando el problema es el gasto público

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Por Roberto Cachanosky – La propuesta de déficit cero ya tiene un antecedente que es la ley 25.453 que fue promulgada el 31 de julio de 2001 impulsada por el gobierno de De la Rúa. El tiempo dirá si es otro discurso como el de la dolarización y la lucha contra la casta que quedaron en el olvido.

El discurso del presidente Javier Milei prácticamente no tuvo referencias al Presupuesto como, por ejemplo, estimaciones macroeconómicas, qué gastos van a recortar y qué impuestos se van a bajar, sino que se concentró en un discurso a sus militantes repitiendo algunos de sus discursos de la campaña electoral.

En esta oportunidad no habló de dolarización, pero repitió sistemáticamente que no va a haber déficit fiscal.

Justamente, Milei citó a Milton Friedman cuando afirmaba que la inflación es siempre y en todo lugar un problema monetario. Pero parece no conocer otra frase de Friedman quien sostenía que no hay tal cosa como déficit fiscal, porque el gasto siempre se financia de alguna forma: con impuestos, con endeudamiento o con emisión. Y agregaba Friedman que el problema no era el déficit fiscal sino el nivel de gasto público.

Es que, como por cada peso que se gasta de alguna forma hay que financiarlo, en el caso actual se viene financiando con más impuestos, como Impuesto PAIS, Ganancias para cuarta categoría, Impuesto a los Combustibles, emisión monetaria (la base monetaria aumentó el 145% en estos nueve meses) y endeudamiento (como los bonos entregados a las energéticas). Además, se está financiando con consumo de stock de capital. Por ejemplo, basta con transitar autopistas para ver que no hay mantenimiento.

La propuesta de Milei de déficit cero ya tiene un antecedente que es la ley 25.453 que fue promulgada el 31 de julio de 2001 impulsada por el gobierno de Fernando de la Rúa.

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Por dicha ley, si los recursos tributarios no alcanzaban para financiar el gasto público, todos los gastos se tenían que reducir proporcionalmente.

Curiosamente, en 2002, luego de la salida de la Convertibilidad, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la ley de déficit cero. Obviamente, la Corte estaba habilitando a Eduardo Duhalde el financiamiento del gasto público con emisión monetaria ya que Argentina no tenía acceso al crédito externo porque acababan de festejar el default en el Congreso de la Nación.

En su discurso, el Presidente también dijo que en la medida que la economía mantenga un curso de crecimiento y se recaude más, entonces va a bajar impuestos. Es decir, salvo el caso de la caída del impuesto PAIS a fin de año, no hubo noticias de baja de los derechos de exportación, el impuesto al cheque o tantos otros impuestos distorsivos.

Salvo el caso de la caída del impuesto PAIS a fin de año, no hubo noticias de baja de los derechos de exportación, el impuesto al cheque o tantos otros impuestos distorsivos

Un tema que no es menor es que si hay una baja de ingresos tributarios que no permita financiar todos los gastos, algún gasto habrá que bajar. Pero quienes decide en qué se gastan los recursos de los contribuyentes son los legisladores.

En ese caso, ¿tendrá el Congreso que debatir qué gasto se baja o lo decidirá manu militari el Ejecutivo sin discusión de los representantes del pueblo?

El mensaje que dio en materia de gasto es que la Nación ya hizo todo el esfuerzo de baja de gasto público y que ahora les corresponde a las provincias hacer una baja del gasto público de USD 60.000 millones, tema que es correcto porque del bolsillo del contribuyente sale la plata para mantener los tres niveles del estado: nación, provincias y municipios.

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Como puede verse en el gráfico, y según datos de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales, entre 1987 y 2022, el empleo público en las provincias aumentó el 123 por ciento. Tierra del Fuego lidera la tabla con un aumento del 541,7 por ciento. La que menos aumentó fue Formosa, pero supongo que no por eficiente, sino porque ya están casi todos empleados en el Estado.

El sistema de coparticipación federal hace que el costo político de recaudar lo tenga la nación y el beneficio político de gastar lo tenga el gobernador. Al separar ambas responsabilidades, los gobernadores tienen todos los estímulos para aumentar el gasto sin tener que poner la cara ante los contribuyentes de su provincia para aumentar la carga tributaria, a excepción de Axel Kicillof que no tiene piedad al respecto con los bonaerenses.

En síntesis, se podría concluir que Milei dijo que ya hizo toda la reducción del gasto que tenía que hacer la Nación, aunque en materia de los llamados gastos sociales hay mucho para recortar por corrupción y porque Argentina es un país que ha creado varias generaciones que se creen con derecho a vivir del trabajo ajeno.

La regla de déficit cero, ya fue probada y no cumplida en 2001. De la misma forma que la emisión monetaria estaba prohibida para financiar el déficit fiscal con la ley de convertibilidad y también se le pasó por encima a dicha ley.

La propuesta de equilibrio fiscal no está mal, el tema es que el problema principal es el nivel de gasto público y la correspondiente carga tributaria que espanta las inversiones, genera pobreza y desocupación.

El tiempo dirá si es otro discurso como el de la dolarización y la lucha contra la casta que quedaron en el olvido.

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