La devaluación del real en Brasil ayuda a que las vacaciones en la playa no sean tan caras
Este año con un dólar que superó los 60 pesos y un “cepo cambiario endurecido” las vacaciones en Brasil para miles de misioneros van a ser, sin dudas, más caras si se miden en pesos.
Sin embargo, esta semana apareció un nuevo factor que genera cierto alivio al bolsillo de los argentinos que planean viajar hacia Brasil este verano. El real, la moneda brasileña, viene sufriendo una importante depreciación contra el dólar y el resto de las monedas del mundo.
El real, que llegó a estar 1 a 1 con el dólar en el mejor momento de la presidencia de Lula da Silva, cerró esta semana a 4,20 reales por cada billete de la moneda estadounidense.
Traducido a pesos, esto significa que el real, que estaba por alcanzar los 17 pesos, ahora está a poco más de 15 pesos.
” La última devaluación no tiene relevancia en términos de vacaciones o consumos. Por más que Brasil devalúe 5% o 15%, no revierte la destrucción que tuvo nuestra moneda en los últimos años”, dice el analista Christian Buteler, consultado por La Nación.
“Sí es negativo para el mercado en general, porque una devaluación del real implica un viento de frente para nuestra economía que no ayuda”, sostiene el economista.
Según se desprende de los principales sitios de agencias de viajes, un pasaje ida y vuelta a Florianópolis para los meses de verano parte de los $20.000, mientras que para Río de Janeiro, con mayor oferta de vuelos diarios, los valores parten de $17.250 en diciembre y superan los $23.000 para enero, consignó La Nación.
“Lo que vemos es que en Brasil los precios en cada devaluación se mantienen en moneda local y bajan en dólares, a diferencia de la Argentina, donde cada vez que sube el dólar, los precios locales ajustan mucho más rápido. Eso puede ser conveniente para quien viaje a ese país, pero este último movimiento no generó un cambio muy significativo en la demanda”, plantea Julián Gurfinkiel, fundador de la plataforma Turismocity
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