¿La IA podría reemplazar a los políticos?

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El avance de la IA es tan grande y las implicancias son tan profundas que vivimos tiempos históricos (desde la pandemia venimos robando con esta frase) a cada paso que damos como sociedad globalizada e interconectada.

Las elecciones en Reino Unido están completamente empañadas por el fenómeno de la IA. Tanto es así, que surgió el primer candidato de la historia hecho con inteligencia artificial, llamado Steve AI y causó tanto revuelo que una encuesta reciente arrojó que casi la mitad de los votantes elegirían a una IA por sobre el actual Primer Ministro Rishi Sunak.

Cuando leí eso yo también puse la misma cara que vos. ¿En qué mundo estamos viviendo?

Se prevé que el Partido Conservador del Primer Ministro sufra una gran derrota. Es posible que Sunak se convierta incluso en el primer PM en funciones que pierda su propio escaño en el Parlamento. Y se espera que el Partido Laborista de la oposición forme el próximo gobierno.

Es lo opuesto de lo que ocurre en otras partes de Europa, como Francia, donde el partido de extrema derecha de Marine Le Pen acaba de ganar la primera vuelta de las elecciones legislativas.

En estas elecciones también han surgido partidos más pequeños , como los centristas Liberal Demócratas, el ultraderechista Reformista y los Verdes. La apatía hacia los dos partidos principales es alta. Una encuesta reciente del Financial Times mostró que el apoyo combinado a los dos partidos principales del país es ahora de sólo el 63%, un mínimo histórico desde que surgió el sistema bipartidista inglés después de la Primera Guerra Mundial. 

No es casualidad que un contexto de descontento social, apatía política, crisis de representación y avance de posiciones extremistas surjan candidatos hechos con Inteligencia Artificial que vienen a arreglar todos los problemas de los ciudadanos. 

Steve no es el primer político virtual. En Nueva Zelanda, SAM, creado por el desarrollador de software Nick Gerritsen en 2017, fue diseñado para responder preguntas de los electores en las redes sociales. Y Alisa se presentó contra Putin en las elecciones rusas de 2018 con la misión de crear “el sistema político del futuro, construido exclusivamente sobre decisiones racionales tomadas sobre la base de algoritmos claros”.

El interrogante principal que me surge entonces es, ¿realmente podría una IA reemplazar a un político? Pero además ¿Qué implicancias tendría esto? ¿Cuáles serían las consecuencias? ¿Qué hace un político de especial que no podría hacer una IA? 

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Y esto aplica para muchos otros roles que ejerce el ser humano en la vida pública, pero sin duda la representatividad es fundamental y está en crisis, declive y decadencia hace años.

Desde la inoperancia, la falta de representatividad, la desconexión con el pueblo, la ineficacia, etc etc, la IA podría solucionar muchas de estas cuestiones. 

Le pregunté a Gemini al respecto y esto fue lo que me dijo:

“En teoría, la IA podría realizar muchas de las tareas asociadas con la política, como:

  • Análisis de datos: La IA puede procesar grandes cantidades de información para identificar patrones y tendencias, lo que podría ayudar en la toma de decisiones informadas sobre políticas públicas.
  • Comunicación: Los chatbots y sistemas de generación de lenguaje natural podrían interactuar con los ciudadanos, responder preguntas y proporcionar información sobre políticas.
  • Predicción de resultados: La IA podría simular escenarios y predecir los efectos de diferentes políticas, ayudando a los políticos a tomar decisiones más efectivas.

Implicancias y consecuencias sociales:

Sin embargo, reemplazar a los políticos por IA plantea importantes desafíos éticos y sociales:

  • Falta de juicio humano: La IA carece de la capacidad de empatía, intuición y juicio moral que son esenciales para la toma de decisiones políticas complejas.
  • Sesgos y discriminación: Los algoritmos de IA pueden perpetuar y amplificar los sesgos existentes en los datos, lo que podría llevar a decisiones discriminatorias.
  • Responsabilidad y transparencia: ¿Quién sería responsable de las decisiones tomadas por una IA política? ¿Cómo se garantizaría la transparencia y la rendición de cuentas?
  • Pérdida de confianza: La falta de contacto humano y la percepción de que las decisiones son tomadas por máquinas podrían erosionar la confianza pública en el sistema político.
  • Amenaza a la democracia: La política es un proceso inherentemente humano que involucra debate, negociación y compromiso. Reemplazar a los políticos por IA podría socavar los principios fundamentales de la democracia.

Conclusión:

Si bien la IA puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los políticos a tomar decisiones más informadas y eficientes, reemplazarlos por completo sería un error. La política es un ámbito complejo que requiere habilidades humanas únicas, como la empatía, la creatividad y la capacidad de construir consenso. La IA puede complementar, pero no sustituir, el papel fundamental de los políticos en una sociedad democrática.”

Respecto a los riesgos me surgen varios interrogantes. ¿No es acaso más peligrosa la falta de empatía de un ser humano? ¿No es acaso más dañino para la democracia moderna la desinformación que es generada con malintención por parte de los seres humanos que utilizan herramientas novedosas para engañar al pueblo? ¿No es más grave la discriminación hacia sectores minoritarios sea cual fuesen?  

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Y que tal si hablamos del sesgo ideológico que viene corrompiendo a las nuevas generaciones a través de redes sociales poniendo unos contra otros constantemente? ¿No es más dañino para la democracia moderna la creciente ola de resentimiento que provoca crímenes de odio e incluso la justificación de los mismos? Y qué tal si hablamos de la guerra? 

Podría seguir haciendo preguntas y llenar páginas y páginas.

Entonces, la IA podría complementarnos, reemplazarnos y hasta ser más ‘eficientes’ en muchísimos aspectos que no podría abordar en esta edición. La cuestión es puramente ética, no en términos de eficiencia y eficacia. 

La IA llega a nuestras vidas en un momento de la historia que encuentra a casi todas las democracias occidentales en su pendiente hacia el abismo de lo desconocido.

Polarización extrema, resurgimiento de discursos de odio, ideologías extremistas, desinformación por doquier, radicalización de grupos -incluso- armados, crisis economicas, apatía social, aislamiento por lo que dejó la pandemia y posterior crecimiento de sentimientos individualistas, desconexión de grupos sociales hasta en el ámbito laboral por el auge del teletrabajo, etc. 

Entonces, los problemas que hoy tenemos no son por el avance de la inteligencia artificial, sino por la falta de inteligencia humana. Creo fervientemente que la clave para adaptarse a esta nueva realidad será desarrollar habilidades que complementen a la IA, como la creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la inteligencia emocional.

La invención del candidato británico Steve AI plantea más preguntas que respuestas sobre la confianza en la política. La IA puede ofrecer la posibilidad de una mayor participación pública en el proceso político, sí, es por eso que los gobiernos deberían prestar muchísima atención a lo que suceda tanto en Reino Unido como en las futuras elecciones en EEUU, adelantarse a lo que pueda pasar y dar forma a leyes que garanticen no sólo la protección de los intereses de los ciudadanos y la integridad del sistema político, sino también de lo que nos queda de humanidad… que no es mucho.

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