Las estrategias dietéticas no logran reducir la exposición a sustancias químicas

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Escriben Maria Balhara; Dra. Barbara G. Carranza Leon. Las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, como los bisfenoles, los ftalatos y los pesticidas, que pueden alterar la biosíntesis, el metabolismo o la acción de las hormonas, están omnipresentes en nuestra cadena alimentaria.

En el congreso ENDO 2023 celebrado recientemente en Chicago, Estados Unidos, un simposio especial mostró dos factores de riesgo clave que pueden modificarse para proteger la función endocrina: las sustancias químicas alteradoras de los procesos endocrinos y los alimentos ultraprocesados.

Examinar el impacto de las sustancias químicas alteradoras de los procesos endocrinos y los alimentos ultraprocesados

Los bisfenoles, presentes en los revestimientos de latas y tapones de botellas, pueden filtrarse en alimentos y bebidas. Casi todos los adultos estadounidenses tienen niveles detectables de bisfenoles –como el bisfenol A (BPA), una sustancia química presente en plásticos y muchos artículos domésticos, y el bisfenol S (BPS), plástico utilizado en fibras sintéticas– en la orina. Los ftalatos, utilizados como plastificantes, pueden migrar de los productos plásticos a los alimentos, especialmente en condiciones de calor o acidez. Los pesticidas, muy utilizados en la agricultura, están omnipresentes en la cadena de producción alimentaria.[1]

Al mismo tiempo, los alimentos ultraprocesados, como refrescos, cereales de desayuno y papas fritas, se han ido infiltrando en nuestra dieta. “El consumo de estos productos ultraprocesados afecta los mecanismos normales que regulan el apetito y afectan al control del comportamiento”, señaló Jean-Claude Moubarac, Ms. C., Ph. D., profesor del Departamento de Nutrición de la University of Montreal, Montreal, Estados Unidos. Estos alimentos, a menudo ricos en azúcar, grasa y sal, pero pobres en fibra y nutrientes, se fabrican para consumirlos en exceso.

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Los datos epidemiológicos existentes relacionan cada vez más la exposición a las sustancias químicas alteradoras de los procesos endocrinos y los alimentos ultraprocesados con diversas consecuencias para la salud. “La evidencia existente exige nuestra atención”, subrayó Melissa Melough, Ph. D., dietista y profesora adjunta del Departamento de Salud Conductual y Nutrición de la University of Delaware, Delaware, Estados Unidos.

La exposición a sustancias químicas alteradoras de los procesos endocrinos se ha asociado con toxicidades reproductivas y del desarrollo, trastornos metabólicos, problemas neuroconductuales en niños y alteraciones de la función cardiovascular. Los alimentos ultraprocesados se han asociado con la obesidad, la disfunción endocrina, la depresión, las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por cualquier causa.

La ineficacia de las estrategias dietéticas populares

La creencia popular de que una dieta sana puede ayudar a evitar la exposición a sustancias químicas nocivas no es del todo exacta.

Nuevos estudios han investigado si una típica “dieta sana” podría mitigar los efectos de las sustancias químicas alteradoras de los procesos endocrinos. Lamentablemente, no han demostrado que el cumplimiento de las últimas guías dietéticas estadounidenses reduzca la exposición a estas sustancias. Por ejemplo, un estudio en el que se utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) de Estados Unidos mostró que cumplir o no las guías dietéticas estadounidenses no predecía las probabilidades de exposición al bisfenol.[2]

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