Libertarios: los que promocionan la esclavitud del dinero

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Pegajoso y apto para captar incautos, es el “formato” que presentan para promocionar la relativamente nueva versión del viejo liberalismo dieciochesco de Adam Smith, ya recargado con la irrupción del neoliberalismo, y ahora en versión ultra descarnada atiborrada de egoísmos presentados como si fueran virtudes, que exalta la “libertad total” como lo supuestamente óptimo en lo económico.
Este neoliberalismo ultra recargado, hábilmente presentado como “algo muy diferente” al de sus predecesores fieles cumplidores del Consenso de Washington y activos destructores de los Estados Nacionales dóciles a sus nefastas influencias, se difunde como la ideología de élite de los avanzados luchadores de “la libertad”, concepto abstracto y engañoso si los hay, pues de última plantean la libertad total…para morirse de hambre o para explotar a los sectores menos pudientes, por parte de los pocos que concentran poder político, social y económico.
¡Y notablemente, muchos clasemedieros entusiastas adherentes a esta “nueva” filosofía político – económica, la apoyan sin darse cuenta que de triunfar, estarán entre los primeros damnificados, pues los supuestos caminos hacia “el progreso sin límites” o “libre”, les estará vedado por los poderosos y sus redes de complicidades!
Incluso no pocos de los “libertarios” son empleados públicos y beneficiarios de distintos sistemas directos o indirectos de subsidios (escuelas y Universidades públicas y gratuitas, sistemas sanitarios públicos y obras sociales, sistemas jubilatorios, acceso a la vivienda propia, subsidios al transporte público, etc.), todo lo cual es aborrecido por la egoísta y excluyente doctrina libertaria.
“Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre”, fue una contundente frase acuñada en medio de los horrores y decapitaciones masivos desatados por la Revolución Francesa.
Salvando distancias, bien puede aplicarse al “libertarismo” o la ideología libertaria, la cual a su vez tiene, hasta ahora tres vertientes, que confluyen en los elementos centrales:
 Desprecio manifiesto al Estado y a cualquier medida de intervención estatal.
 Exigencia de la desregulación total de toda actividad económica y la completa adhesión a los principios del “libre mercado”, sin protección alguna para el mercado interno.
 Desentendimiento por completo de todo principio de solidaridad y asistencia total, pues consideran un derroche de riqueza todo asistencialismo y toda tarea de prevención social.
Básicamente se trata de la institucionalización del egoísmo a escala
superlativa, presentado como “virtud necesaria” para “dar mayor eficiencia” a la economía, y para “premiar merecidamente” a los que “hicieron méritos suficientes” para eso; desentendiéndose por completo de analizar y considerar las inequidades iniciales profundas, que hacen que quien nace en un entorno de pobreza, si no cuenta con apoyos especiales, nunca podrá salir del contexto en el que vive, por carecer de estímulos sociales y culturales imprescindibles para el desarrollo personal, como tampoco posee las posibilidades económicas ni los contactos personales para superar las limitaciones de su entorno o grupo de pertenencia.
No pocos de los entusiastas adherentes, de distintos segmentos de la hoy decadente (en lo socio económico y cultural) clase media, exhiben un orgulloso aire de supuesta “superioridad” intelectual, la cual hace agua ante el primer par de planteos bien elaborados, que destrozan los prejuicios de esa perversa ideología de entronización del egoísmo, travestida bajo el “bonito concepto” de meritocracia.
Claro que los presentados como “meritócratas”, en su inmensa mayoría, han llegado a ser “exitosos” por provenir de clases acomodadas y por tener entornos proclives al estudio y al trabajo sistemático, sin contar que en muchos casos recibieron todo en bandeja por privilegios de cuna, además de la cadena de contactos sociales casi imprescindibles para superar obstáculos.
Nunca se detienen a analizar que un niño, nacido en un contexto de pobreza y de limitaciones de todo tipo, debería superar enormes barreras de todo tipo, para alcanzar el estatus de “méritos” académicos y económicos, que otros los tienen en caminos libres de obstáculos y con grandes facilidades de todo tipo.
Como la solidaridad, la justicia social, el amor al prójimo y los altos valores espirituales, no solo no cuentan sino que son despreciados por la filosofía materialista y excluyente de los libertarios, a todos los excluidos sociales los dejan librados al 
abandono…¡e incluso los culpan de sus limitaciones, que en muchos casos no son sino exclusiones del contexto socio económico! Eso es simplemente insensibilidad social total, enmarcada en soberbia sin límites.
Lo “exitoso” bajo el crudo materialismo libertario, es medido casi
exclusivamente bajo parámetros económicos; nunca por valores espirituales, mucho más profundos, realmente valiosos y además permanentes, no efímeros como resultan ser en muchos casos las conquistas económicas para trepar socialmente. Trepada que se da en muchos casos pisando las cabezas de los que quedan en el camino o incluso los que se negaron al juego perverso de la competencia por la meritocracia ultra materialista.
Los promotores visibles de la ideología libertaria, saben bien de que se trata, y claramente la juegan de mercenarios al servicio de intereses supranacionales (entroncados con la mega Banca especuladora transnacional, grandes corporaciones supranacionales y las motivaciones estratégicas de las Potencias Neocolonialistas), así como los poderosos locales cargados de egoísmo y sin pizca
de patriotismo real, como los de la vetusta “oligarquía de la bosta” y sus ramificaciones posteriores, los especuladores financieros, los extractivistas de riquezas naturales y otros grupos similares.
Esos promotores son economistas “con chapa” de expertos; otros que “hacen méritos” deambulando por diversos canales de TV y otros medios masivos; determinados comunicadores sociales mercenarios; varios políticos acomodaticios y operadores de embajadas extranjeras; militares de alto rango que operan para
los mismos intereses predicando falso patriotismo que no sienten y falseando realidades para engañar a la tropa; y algunos otros operadores tras bambalinas.
Algunas de las recurrentes falsedades a las que apelan los “libertarios”, son:
 Afirmar que los países exitosos lo son por adherir a los principios del “libre mercado” sin intervención estatal.
Eso es falso de falsedad absoluta, pues todos los países desarrollados y los que van en camino de serlo, se industrializan y desarrollan, en base a fuertes y coherentes acciones del Estado para promover el desarrollo, cuidando el mercado interno y realizando políticas activas en tal sentido. Las sucesivas oleadas de revoluciones industriales y consecuente desarrollo, fueron consecuencias directas de la decisión y acciones en concreto de los respectivos Estados Nacionales ¡Lo opuesto al “libertarismo”!
 Repetir en forma plañidera y como “mantra de fe libertaria”, que Argentina llegó a ser la sexta economía mundial basada en el liberalismo.
Eso demuestra cerrazón mental y extrema ignorancia histórica y económica.
Aquel país de feudalismo oligárquico, instituido por el agente británico Mitre y mantenido mediante el voto cantado y todo tipo de presiones y violencias, desperdició una excepcional oportunidad histórica en la cual Argentina pudo industrializarse, desarrollar tecnologías propias y tener una economía plenamente integrada, con los saldos muy positivos del comercio exterior, en épocas de bonanza para las materias primas, durante las tres décadas 
consecutivas desde 1880 aproximadamente. Pero primaron criterios estrechos, miopes y egoístas, los que priorizaron los privilegios de la oligarquía subordinada a los británicos, antes que el Interés Nacional y el debido criterio de grandeza. Esa época terminó definitivamente, y hoy el país que proponen, a duras penas podrá dar trabajo digno y bien pago a diez millones de argentinos. Todo el resto “sobramos” para ese esquema retrógrado y antinacional, que es el que está perpetrando el macrismo y al cual apuntan los neoliberales y los libertarios.
 Afirman que toda la bibliografía económica apoya las ideas liberales, “menos los peronistas” (según con sorna mal disimulada expresan algunos opinantes).
Claramente son personas de muy escasas y muy sesgadas lecturas,
encandiladas por “la biblia libertaria” que es la literatura de Ayn Rand y alguno que otro de cuño similar. Son personas de muy escasa formación en Historia, muy poca en Economía, y nula en Geopolítica.
Solo como al pasar, se pueden señalar los siguientes autores, que refutan los nulos fundamentos de los libertarios: Friedrich List, Michal Kalecki, John M. Keynes, John F. Nash, Naomí Klein, Viviane Forrester, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Thomas Piketty, Amartya Sen, Jacques Sapir, Ha Joon Chang, Aldo Ferrer, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Marcelo Gullo Amodeo, Miguel Ángel Barrios, Jorge N. Poma, Alejandro Olmos, Jorge Rachid, Federico Bernal, Axel Kicillof, Eduardo Basualdo, Carlos García Martinez, César Arias, Alfredo Zaiat, Alejandro Vanoli, Julián Marado e Ignacio Damiani…y el listado sigue. También podría incluir a muchos de mis artículos y varios de mis libros. Pero como los promotores son falseadores seriales, y los adherentes perejiles son de escasas lecturas, seguirán repitiendo como mantra de fe que “todos los economistas prestigiosos, que son la mayoría, apoyan la ideología libertaria”.
 Algunos, con claro resabio racista, afirman que “por ejemplo Alemania se desarrolló en base al libre mercado y al liberalismo”; extendiendo eso “al ejemplo de Europa”.
Por supuesto desconocen que antes que Bismarck pusiera en vigencia las ideas proteccionistas y de desarrollo inducido por el Estado, escritas por List, los muy pobres y desunidos Estados alemanes, solo exportaban maderas, trigo, y poco más, además de grandes cantidades de carne humana al mejor postor, bajo el formato de preciados mercenarios. Ignoran que el Plan Marshall fue de fuerte injerencia estatal. También desconocen que la “muy liberal” (de boca para afuera) Unión Europea, es cerradamente proteccionista cuando le conviene, como lo descubrió el muy corrupto y poco informado actual presidente argentino, cuando fue poco menos que a rogarles que nos compren materias primas, y se encontró con el educado pero rotundo NO, de las dos potencias principales del bloque: Alemania y Francia.
Realmente hay material de sobra, para escribir el Manual de Zonceras Económicas Argentinas, lamentablemente.

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