Los déficits gemelos
Los voceros del neoliberalismo salvaje recargado, hoy encarnado en el macrismo, como justificación pseudo académica del presupuesto genocida en curso de aprobación y de los impuestazos y feroces recortes a partidas esenciales en Salud, Educación, Previsión, Obras Públicas y otras; intentan instalar que la severísima crisis de la Balanza de Pagos, es –supuestamente en forma muy amañada- consecuencia directa y principal del déficit fiscal; y eso es un craso error, o más bien una piedra basal en el edificio de las mentiras institucionalizadas como herramientas políticas de confusión; maniobras usuales de los liberales y neoliberales.
Si bien el desmadre de las cuentas públicas (del déficit presupuestario), tal como se lo implementó al ser financiado mediante deuda externa, termina incidiendo en el brutal endeudamiento exterior (que nos lleva a la cesación de pagos o a la balcanización territorial), el problema nodal es la política económica de apertura irrestricta con ausencia del Estado y con medidas que permiten sin límite alguno, todas las operaciones de fugas de divisas, incluso alentadas por los descontroles y los estímulos oficiales a todo tipo de operaciones negativas para el propio país.
Es grotescamente falso afirmar que con el teórico déficit cero del presupuesto nacional, se solucionará la severísima crisis de la Balanza de Pagos. Eso no sucederá mientras no se cambie acentuadamente la política económica y se anulen todas las medidas que están literalmente destrozando al país, y llevándonos a paso acelerado hacia la disolución nacional.
Forzar el déficit cero en estas circunstancias, solo podrá llevarnos a la paz de los cementerios, e incluso será inalcanzable, pues con la brutal caída del PBI, se reducirán los ingresos genuinos del Estado en concepto de impuestos, lo cual no podrá ser revertido ni con un acentuado aumento de las tasas impositivas, como se está por perpetrar. Es elemental, pues al haber menos actividad económica, los impuestos a ser recaudados caen acentuadamente, siendo función directa de la evolución de la economía…hoy involución brutal y muy acentuada.
A nadie medianamente bien informado puede sorprender el desastre generalizado provocado por el neoliberalismo macrista; en todo caso puede asombrar la extrema rapidez con la cual están perpetrando los destrozos generalizados económicos, sociales, y los vergonzosos desmadres de resignación vil de soberanía, en lo geopolítico.
Claramente vinieron a completar las tareas sucias pendientes desde el infame “proceso” cívico militar, y el noventismo de la partidocracia cleptocrática, ambos períodos antecesores directos de los actuales (des)gobernantes.
Para eso, con total desparpajo, se dedicaron –entre otras acciones infames tendientes a la disolución nacional- a incrementar en forma alevosa los déficits gemelos, como forma de resultar “inevitable” subordinarnos nuevamente al FMI.
El déficit fiscal lo duplicaron, tornándolo inmanejable, siendo la excusa “perfecta” para imponer brutales condiciones recesivas, mediante un presupuesto nacional genocida, en proceso de aprobación con las complicidades de sectores opositores tibios o directamente adocenados.
Desde el primer día accionaron para aumentar desmesuradamente el déficit fiscal, buscando además beneficiar a socios y amigotes políticos, como los de la Sociedad Rural, los grandes sojeros, la minería y el mega sector financiero, entre otros más. Para eso instrumentaron las quitas de retenciones a las exportaciones del agro y a la minería, produciendo con ello un enorme desbalance fiscal, el cual fue rápidamente usado como una más de las tantas excusas para las impresentables operaciones de endeudamiento masivo en divisas, perpetradas por Sturzenegger, “Nicki” Caputo y otros operadores financieros que pasaron a “atender de los dos lados del mostrador”.
Los desmanejos intencionales de las cuentas públicas, incluyeron llenar los organigramas con “ñoquis gourmet” (*) creando cargos insólitos con nombres extravagantes, acomodando a parientes, amantes, amigos y operadores políticos, con total desparpajo, mientras hipócritamente predican austeridad; practican el derroche a manos llenas, como por ejemplo usando helicópteros oficiales de gran porte y altos costos por hora de vuelo, para paseos o viajes privados o familiares; o practicando costosos y frecuentes “retiros espirituales” de las cúpulas partidarias, con abultados gastos; o con las muy frecuentes vacaciones que el “esforzado” presidente se toma con tanta frecuencia; por no decir la generosa chequera de la ministra Bullrich, para comprar elementos represivos de última generación, mientras las escuelas y los hospitales se sumergen en las carencias de bienes elementales, en entornos de bajísimos salarios de maestros, médicos y enfermeras.
Acorde a la usual perversidad endeudadora del neoliberalismo, varios gastos del presupuesto nacional fueron pasados de pesos a dólares, siendo otro factor que acentuó el endeudamiento. Eso sucedió por caso, para “solucionar” la descomunal bola de nieve de las LEBACs (títulos del Tesoro, vendidos a tasas altísimas), que cuando se volvió impagable, impulsaron los cambios por nuevos títulos dolarizados o que de un modo u otro terminan incidiendo en masivas compras de dólares para la fuga al exterior.
Posiblemente, en el desmadre general orquestado adrede, endeudarnos en dólares para financiar los enormes y crecientes agujeros presupuestarios (que originalmente se pagaban en pesos, o sea con moneda propia que eventualmente podía imprimirse y luego neutralizarse con diversos mecanismos financieros), ese sea el más desastroso mecanismo para fomentar el endeudamiento en divisas a volúmenes impagables.
Y para los dogmáticos de siempre, que echan todas las culpas de la inflación a la ampliación de la base monetaria vía impresión de pesos, debe enfatizarse que bajo la actual conducción del Banco Central, luego de “secar la plaza” sacando pesos de circulación en forma draconiana e induciendo una descomunal caída de la actividad general, la inflación no solo no se detuvo, sino que se incrementó, rozando ya la hiperinflación.
El tema no se agota, pero queda en claro que el déficit presupuestario, de reducirse drásticamente, no solucionará el acentuado faltante de dólares. Divisas que hoy se deberán dilapidar para pagar la casi impagable deuda externa, contraída únicamente para financiar desmanes gubernativos y las fugas de divisas de las oligarquías y los amigotes del poder. ¡Cambiamos! Volvimos al 2001.
Vamos a paso forzado hacia la disolución nacional, mientras las clases medias siguen en su sopor odiador – conformista; las progresías fuera de foco compran debates implementados para distraer la atención; y los patrioteros de bandera siguen con estulticia o cerrazón mental extrema, cegados por falaces y perimidas pautas de adoctrinamiento de los años ’70, prestos a enojarse y agredir pero no a razonar ni un ápice, si se les hace ver que bajo el falso barniz de patriotismo hueco, solo la juegan de felpudos de los intereses antinacionales.
(*) “Ñoqui” en el lunfardo argentino, se dice de aquel funcionario público que cobra sueldo pero ni se presenta a trabajar. “Ñoqui gourmet” es el ñoqui de “alta categoría”, que tiene un alto cargo en algún organigrama, que no ejerce o solo “presta rostro” sin hacer nada.